Liderazgo Moral
omda20 de Agosto de 2013
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1. La crisis de nuestros tiempos.
• UN PANORAMA DE NUESTRA EPOCA
La desunión es el punto central de los problemas que tan severamente afligen
al planeta. Penetra las actitudes en todos los aspectos de la vida.
Los seres humanos han olvidado, al parecer, su compromiso con los principios
y valores morales; lo que ha dado comienzo a un proceso de desintegración
en el cual los nervios de la disciplina gradualmente se relajan, la voz de la
conciencia se calla, se oscurece el sentido de la decencia y la vergüenza y los
conceptos del deber, la solidaridad, la reciprocidad y la lealtad se desvían.
Esto se evidencia en la lasitud ética y la corrupción entre los funcionarios en
todos los niveles de la sociedad, tanto en las instituciones públicas como
privadas.
De hecho, podemos decir que a nivel colectivo, la desunión, y a nivel
individual, la corrupción y la falta de una moral elevada, están en el corazón
mismo de la crisis global actual.
• LA DINAMICA SOCIAL DE ESTA EPOCA
Esta edad, suponemos de transición, está caracterizada por dos procesos
paralelos que moldean dramáticamente el destino de la humanidad y el curso
de la historia. Estos procesos gemelos han sido denominados “desintegración”
e “integración”.
Aunque aparentan ser diametralmente opuestos uno a otro, en realidad se
complementan.
El proceso de desintegración nace de la insuficiencia de las estructuras
sociales y sistemas de pensamiento, anticuados para responder a los
procesos de cambio acelerado y la creciente crisis global que ha
experimentado la humanidad durante el siglo pasado. El proceso de la
integración se origina en aquellas acciones que son una expresión de una
creciente conciencia de la necesidad de unidad en todos los ámbitos de la
vida, una conciencia que está acorde con el espíritu de la época. La acción de
estos procesos gemelos libera fuerzas que son tanto destructivas como
constructivas. A medida que estas fuerzas aceleran y amplían el alcance de
su impacto, producen cambios profundos en la vida ordenada de la
humanidad. Estos cambios inspiran tanto temor como esperanza por el futuro.
• LA NECESIDAD DE LIDERAZGO MORAL
En resumen, no son ni el dinero, ni la capacidad organizativa, ni siquiera los
conocimientos, los que faltan para mejorar el mundo, sino el liderazgo moral
necesario.
Sin embargo, es necesario definir claramente en qué consiste el liderazgo
moral. Proponemos que el liderazgo moral ha de ser un liderazgo que está
plenamente consciente de las dinámicas de desintegración - integración que
caracterizan a nuestra época y que conscientemente se alinea con los
procesos de integración; tener una visión clara de la sociedad que desea crear
y de algunas de las estrategias que ayudarán a lograrla, y en base a esta
visión y a estas estrategias, luchar activamente para construir una sociedad
mejor; llevar un profundo compromiso personal de luchar por la transformación
individual por medio del desarrollo y ejemplificación de una vida basada en
principios éticos y morales, caracterizado por cualidades tanto de la rectitud
como la bondad, y de luchar por una transformación colectiva por medio de
acciones que promueven la unidad y la justicia. Lo propuesto aquí es a
manera de propuesta base o punto de partida sobre el cual podrá elaborarse
una definición completa de liderazgo moral; como paso previo a esta tarea
debemos examinar los modelos prevalecientes, modelos mentales de
liderazgo en los procesos de la transformación personal y colectiva.
2. Modelos mentales prevalecientes.
1. MODELOS PREVALECIENTES DE LIDERAZGO
Al hablar del liderazgo, siempre debemos hacerlo en el marco del
funcionamiento de un grupo. El liderazgo no puede existir en un vacío. Existe
en el contexto de un grupo.
Las tres funciones principales de cualquier grupo, las cuales contribuyen a su
buen funcionamiento, son:
a) Conservar y fortalecer la unidad del grupo;
b) Llevar a cabo las tareas para las cuales el grupo fue creado;
c) Desarrollar las potencialidades de los miembros del grupo.
Podemos clasificar a los modelos mentales prevalecientes del liderazgo en
cinco categorías principales: autoritario, paternalista, sabelotodo, manipulador
y democrático.
Los diferentes modelos de liderazgo pueden ser evaluados según el grado en
que contribuyen al logro de estas funciones.
A) EL LIDER AUTORITARIO
El líder autoritario da órdenes. Espera una obediencia inmediata, exacta y sin
cuestionamiento a su autoridad. Evita el diálogo y no permite que nadie le pida
una explicación acerca de sus órdenes. Los subordinados de un líder autoritario generalmente sienten resentimiento, el cual puede ser expresado de manera abierta o indirecta.
B) EL LIDER PATERNALISTA
Un individuo que ejerce un modelo paternalista de liderazgo puede
sinceramente desear el bienestar de los otros miembros del grupo y estar
motivado por un verdadero sentimiento de cariño hacia ellos. Mientras el líder paternalista está respondiendo activamente a las
necesidades de los demás miembros del grupo, puede parecer que exista la
unidad en el grupo y que las tareas se lleven a cabo competentemente. Pero
en realidad, el trabajo no lo hace el grupo. Todo depende del gran “padrelíder”.
Por lo tanto, el liderazgo paternalista básicamente cultiva actitudes de
dependencia y desvalimiento que paralizan la iniciativa creativa y el sentido de
responsabilidad personal. Como consecuencia, cuando este tipo de líder se
va, el grupo tiende a desbaratarse, porque ningún otro miembro del grupo
tiene la capacidad, conocimiento, experiencia o iniciativa para tomar su lugar.
C) EL LIDER SABELOTODO
Este modelo de liderazgo a menudo ocurre cuando existe una marcada
diferencia entre los conocimientos o experiencia de un individuo y aquellos de
los otros miembros del grupo. Esta actitud de superioridad tiende a crear sentimientos de inferioridad entre
los miembros del grupo. Como resultado, aunque el líder solicite las opiniones
de ellos, muchas veces son renuentes a dar sus ideas por temor a que tengan
poco valor, comparadas con los conocimientos superiores del “experto”. Así,
se pierde la riqueza del conocimiento vivencial que el grupo pueda tener con
respecto al tema, y el líder sabelotodo a menudo se desanima, quejándose
que nadie participa ni contribuye. La falta de integración entre el líder y los
otros miembros del grupo afecta tanto la unidad del grupo como la ejecución
de sus tareas.
D) EL LIDER MANIPULADOR
Los que practican los tres modelos anteriores de liderazgo quizás sean
sinceros en su deseo por ayudar al grupo o estimular su participación, sin
darse cuenta de cómo sus propias actitudes de superioridad obstruyen su
capacidad de hacerlo. En contraste a ellos, el líder manipulador sólo aparenta pensar en el bienestar de los demás, para esconder sus verdaderos motivos e intereses personales.
A menudo las personas responden a este tipo de liderazgo, que es muy
común en la política, con desilusión y falta de confianza. Cuando las personas
se dan cuenta de que han sido manipuladas, frecuentemente se vuelven
cínicas y desconfían de cualquier organización o proyecto posterior que ofrece
ayudarle.
DESVENTAJAS COMUNES DE LOS MODELOS PREVALECIENTES DE
LIDERAZGO
Todos tratan de dominar al grupo por medio de controlar el proceso de la toma de decisiones, ya sea a través de la fuerza de la autoridad, el “cariño”, el conocimiento o la manipulación. El empeño de mantener el control por medio del dominio, en el análisis final, responde a una necesidad egoísta del poder.
Además, ninguno de estos modelos de liderazgo son medios eficaces para
cumplir con las tres funciones principales de un grupo, que se mencionaron al
comienzo de este capítulo.
Los cuatro modelos ignoran por completo la tarea de desarrollar las
potencialidades de los miembros del grupo, por medio de ayudarles a cultivar
nuevas capacidades y de mejorar su práctica de aquellas que ya tienen.
E) EL LIDER DEMOCRATICO
Dos características distintivas del liderazgo democrático son su compromiso
con el proceso de elecciones y con los procesos participativos en la toma de
decisiones.
Para evitar estos problemas y para que la participación dé los frutos de la
sinergia, la persona en la posición de liderazgo ha de:
a. Considerarse más como un coordinador del grupo que su líder, evitando
usar su posición para tomar crédito para sí mismo, sino más bien,
buscando oportunidades de reconocer las contribuciones de otros
miembros del grupo y permitiendo que ellos reciban crédito por lo que el
grupo hace.
b. Ayudar a todos los miembros del grupo a comprender las ventajas de
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