Manifestaciones de la subjetividad infantil permeadas por los ofrecimientos del parque temático y tradicional
Catalina Ob.Documentos de Investigación17 de Agosto de 2020
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Asignatura:
Práctica investigativa I.
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN.
Estudiantes:
Laura Valeria Agudelo Campiño.
Paula Andrea Cardona Díaz.
Catalina Obando Benavides.
Tatiana Meneses Moreno.
Docente:
Vivian Ospina Tascón.
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UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA CALI.
FACULTAD DE PSICOLOGÍA.
2018.
MANIFESTACIONES DE LA SUBJETIVIDAD INFANTIL PERMEADAS POR LOS OFRECIMIENTOS DEL PARQUE TEMÁTICO Y TRADICIONAL.
La subjetividad de la infancia se erige en contextos sociales y culturales en los cuales se desarrollan los niños, a través de prácticas familiares e institucionales, en donde emergen manifestaciones propias de la subjetividad. Entendiendo a esta, desde la perspectiva de Hernández (2010) como una entidad que cambia en la medida en que el niño vivencia distintas experiencias y relaciones con el otro, consigo mismo y con su entorno. Asimismo, Espinosa (2013) manifiesta que: “la subjetividad es un modo de hacer en el mundo, hacer con el mundo y hacerse en el mundo”. Es decir que, la subjetividad se construye a partir del agenciamiento del niño en cada uno de los elementos mencionados, otorgándoles a la vez, significaciones desde su posición o rol, ya sea en la familia, escuela o propiamente en el juego.
En efecto, es inevitable reconocer que los cambios sociales que se han generado a lo largo de la historia han transformado las cosmovisiones y prácticas culturales que intervienen en la constitución subjetiva del ser humano; lo que, a su vez, ha producido cambios en la concepción de la infancia y por ende en los ofrecimientos que se le brindan a la misma. En la actualidad, debido a la globalización e intervención del mercado, se considera al infante como un ente predeterminado y dispuesto abiertamente al consumo, convirtiéndolos en “pequeños adultos”, y obstaculizando la transferencia intergeneracional (Dotro, 2007). “(…) la circulación de productos culturales para la infancia se convierte en arena de diferencia y/o conflicto intergeneracional” (p. 2). En otras palabras, se evidencia la división de espacios “propios”, incrementando diferencias de intereses, género y edad, haciendo que los padres desconozcan los juegos de los niños y tomen distancia de éstos; además, muchos adultos no establecen límites a las ofertas del mercado y sucumben a las demandas infantiles como forma de suplir ese desconocimiento. “Desde el discurso, el mercado propone un mundo de niños autónomos, con sus propias reglas y códigos. En este mundo, el adulto queda generalmente afuera o encasillado en el rol de proveedor”. (p. 2).
Lo anterior, conlleva a pensar sobre los espacios que actualmente demandan los niños, de los cuales se piensa que pueden ser los parques temáticos y los parques tradicionales, en donde tal vez están emergiendo nuevas infancias y subjetividades, teniendo en cuenta que estas son permeadas por los medios de comunicación y la mercantilización del juego, por lo cual, esta investigación se centrará en evidenciar lo que le permiten o no al niño dichos lugares y las manifestaciones singulares que propician.
En ese orden de ideas, es insoslayable distinguir la diferencia entre parques tradicionales y parques temáticos; en los primeros, según Calmels (2004) se encuentran herramientas (resbaladero, columpio, pasamanos, etc.) con las cuales el niño puede desarrollar su sensibilidad, puesto que, la condición de juego es su propio cuerpo. Ahora bien, Esteve (2001) (citado por Mamani, 2016) define el parque temático como un lugar que busca ofrecer diversión a quienes lo visitan, a través de una experiencia “mágica” que se le presenta mediante atracciones mecánicas que poseen un diseño preestablecido para su uso.
En relación con lo anterior, dentro del parque temático, es posible hallar juegos virtuales, que Colmenares (1999) expone como “simulacro del juego”, dado que se da una discontinuidad de las relaciones entre la imaginación y la realidad, ya que el niño queda incorporado en un escenario ilusorio de la sensación, la imagen y la destreza, que lleva a considerar que a través de luces, sonidos y movimientos capturan la atención del niño, y llegan a provocar la distorsión de la realidad, pues el niño juega a lo deseado y no a lo real (lo real hace alusión a la re-creación que el niño hace a partir de lo que le rodea: contexto, relaciones familiares y sociales, normas, etc.). Análogamente, Levin (2006), comparte esta perspectiva frente al juego virtual, pues en éste se transfigura al niño, convirtiéndolo en pieza de una maquinaria electrónica, ya que lo introduce a dar respuesta inmediata a las reglas del juego, sin darle lugar a la intervención de su pensamiento, lo que impide que otorgue un sentido propio a la experiencia del juego.
Asimismo, tanto los parques temáticos como otros medios pertenecientes al mercado, ofrecen un “entretenimiento” superficial, ligado implícitamente al consumo e igualmente, resulta como un pretexto para que los padres suplan la falta de tiempo con sus hijos, debido a la demanda de trabajo que generalmente tienen las familias contemporáneas, tal como lo plantea Bustelo (2007):
(…) la familia está presionada por la necesidad de asegurar su reproducción o sobrevivencia. Trabajan el padre y la madre (…). Esto se traduce en un menor contacto temporal entre padres e hijos, y dicha temporalidad vacía de vínculos frecuentemente se cubre con un televisor encendido (p. 79-80).
Por otra parte, organismos internacionales como la ONU se han interesado en el bienestar de la infancia por medio de la Declaración de los Derechos del Niño; en el principio 7, se hace énfasis en el disfrute de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia la educación e instan a los Estados a promoverlos. De igual forma, las políticas públicas nacionales han “velado” por los derechos de los niños, incluyendo en estos la recreación, como lo establece la Constitución Política de Colombia, en su Artículo 44. Al igual se ha legislado la ley 1225 de 2008, la cual reglamenta y regula el correcto funcionamiento de la maquinaria y el control de riesgos de aquellos espacios, sin embargo, a lo largo de sus artículos, no refieren los límites frente a los estímulos y el entretenimiento que le brindan al niño.
Esta situación suscita la preocupación sobre cómo y dónde se están formando las subjetividades de los niños y niñas contemporáneos en la ciudad de Cali, teniendo en cuenta que, la constitución de la subjetividad está permeada por múltiples factores; guiándose por la postura de Bustelo (2007) se considera que, actualmente, se encuentra influenciada por los medios de comunicación masiva, video juegos, televisión, entre otros. Sin embargo, nos enfocaremos en el entretenimiento de los parques temáticos como posibles dispositivos que moldean y condicionan la subjetividad, tanto para el consumo mercantil como de realidades prestadas por los diseñadores de estos juegos.
Para ser más precisas, se pretende abordar desde una perspectiva psicológica la relación que tiene la construcción subjetiva del niño y sus prácticas ligadas a estos espacios y sus “objetos de juego”, por lo cual es necesario delimitar los aspectos psicológicos de la subjetividad infantil que se tendrán en cuenta en esta investigación, como lo son: corporalidad, ser simbólico y la relación con un otro que el infante pueda establecer, puesto que, pueden existir diferentes manifestaciones de la subjetividad dependiendo del lugar en el que el niño interactúa; lo anterior con el propósito de comprender esta dinámica y servir como guía a otras investigaciones locales que deseen estudiar la misma temática.
PREGUNTA
¿Cuáles son las manifestaciones psicológicas de la subjetividad infantil que se despliegan en el juego dentro de un parque tradicional en un barrio del oeste en la ciudad de Cali y el parque temático de un centro comercial en la misma?
OBJETIVO GENERAL
Analizar las manifestaciones psicológicas de la subjetividad infantil que se despliegan en el juego dentro de un parque tradicional en un barrio del oeste en la ciudad de Cali y el parque temático de un centro comercial en la misma.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
- Identificar el tipo de relación que establece el niño con el objeto de juego, con su acompañante y con sus pares.
- Distinguir las manifestaciones dentro del juego que dan cuenta de la corporalidad del niño.
- Comparar las diferencias respecto a las posibilidades del juego simbólico de los infantes en cada uno de estos espacios.
MARCO TEÓRICO:
Cambios sociales en la subjetivación de la infancia:
Para pensar las infancias contemporáneas, resulta imprescindible considerar los cambios sociales que han transcurrido y surgido en el devenir de la modernidad a la postmodernidad. Debido a que la infancia es una construcción histórico-cultural cada sistema social establece formas de ser niño e identidades subjetivas conforme a sus necesidades; como bien lo expone Lejarraga (2012), la modernidad construye una subjetividad moderna, que marca el final del medioevo y su manera de concebir al mundo. En la modernidad, se instauraron modos de ser y estar guiados por una vida institucional (familia, escuela, fábrica, etc.), y en torno a la disciplina, que repercuten en el comportamiento, relaciones y funcionamiento del sujeto dentro del Estado; constituyendo, a la vez, una subjetividad disciplinaria: “Es así que el ciudadano moderno cree en el Derecho, en el Saber, en la Ciudadanía, en las instituciones modernas” (p. 319).
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