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Marginación, Exclusión Y Pobreza


Enviado por   •  25 de Enero de 2014  •  4.979 Palabras (20 Páginas)  •  320 Visitas

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1. Introducción

A partir de la bibliografía propuesta para este tema: marginación, exclusión y pobreza, se realiza un análisis del enfoque que adopta el concepto de la exclusión social en nuestros tiempos, tomando como base los planteamientos teóricos de la obra de Subirats y colaboradores, y complementándolos con el análisis realizado por el resto de autores consultados.

Actualmente, hablar de exclusión social conlleva ampliar el espectro de ámbitos de análisis a muchas otras esferas de la vida que son susceptibles de generar integración y exclusión social. Por tanto, se tiene que entender la exclusión social como un proceso multidimensional. Para poder abordar la discusión conceptual de la exclusión social en tanto que eje estructurador de una nueva agenda de política de bienestar, se analizaran tanto los cambios socioeconómicos como los cambios socioestructurales, así como los principales vectores de impacto y los factores y mecanismos generadores de exclusión.

La flexibilización, adaptabilidad o movilidad de la globalización económica ha hecho que las distancias físicas cuenten menos, la sociedad del conocimiento busque el valor diferencial en el capital intelectual y se ponga en juego la propia idea del trabajo como elemento estructurante de la vida y del conjunto de relaciones, inserciones y derechos sociales.

La doble función, económica y política, que el empleo desempeñó en la primera época de la sociedad industrial, hizo que el Estado benefactor -al reinsertar en el trabajo a los desocupados- resultase una inversión sensata y rentable; pero lo que fue una inversión razonable se presenta actualmente como un injustificable derroche del dinero de los contribuyentes. Por eso no puede sorprender que, prácticamente en todas partes, el Estado benefactor se encuentre en retirada. En un mundo poblado de consumidores no hay lugar para el Estado benefactor.

En el presente trabajo se intentan mostrar los vínculos entre la nueva perspectiva que adopta el concepto de exclusión social y disminución de prestaciones sociales por parte de los estados de bienestar europeos.

2. Nudo / Desarrollo de la argumentación: confrontación / relación de lecturas

El concepto de exclusión social fue introducido por los sociólogos para referirse a las nuevas causas de desigualdad. La exclusión alude a cómo los individuos pueden verse apartados de una completa participación en el conjunto de la sociedad. La exclusión social es un concepto más general que el de la pobreza, aunque incluye a ésta. Los enfoques tradicionales en el análisis de la pobreza ponían el énfasis en los factores de exclusión derivados del ámbito económico básicamente, pero el concepto se centra en una amplia gama de factores que impiden a individuos y grupos tener oportunidades con las que cuenta la mayoría de la población. El Estudio realizado en el año 2000 sobre Pobreza y Exclusión social desarrollado por D.Gordon y colaboradores citado por A. Giddens (2006:356) distingue cuatro dimensiones de la exclusión social: la pobreza o exclusión de una renta o unos recursos adecuados; la exclusión del mercado de trabajo; la exclusión de los servicios y la exclusión de las relaciones sociales. También para Subirats y colaboradores, hablar de exclusión social, conlleva ampliar el espectro de ámbitos de análisis a muchas otras esferas de la vida que son, en la actualidad, susceptibles de generar integración y exclusión social. Por tanto, se tiene que entender la exclusión social como un proceso multidimensional, y la dimensión pobreza, cuando desemboca en una realidad compleja de marginación, se presenta en contacto con otras dimensiones de la precariedad personal.

Es interesante mencionar que, como se ha indicado anteriormente, la exclusión social es un proceso, no una condición.

Desde la perspectiva de Z. Bauman en el momento que se instala y promueva un orden esto significa poner en marcha la exclusión, imponiendo un régimen especial sobre todo lo que debe ser excluido, y excluyéndolo al subordinarlo a ese régimen. Por otra parte, están las normas, por ejemplo la ética del trabajo, que actúan forma indirecta, haciendo que la exclusión aparezca como simple automarginalización. En ambos casos se culpa a los excluidos de su propia exclusión. En sus palabras (2000:132): “Los pobres, desde siempre, fueron y son el paradigma y prototipo de todo lo «inadaptado» y «anormal» […] ser pobre significa estar excluido de lo que se considera una «vida normal»; es «no estar a la altura de los demás» […] la pobreza implica, también, tener cerradas las oportunidades para una «vida feliz»; no poder aceptar los «ofrecimientos de la vida»”.

En el caso concreto de los “sin techo” estudiado por E. Tejero y L. Torrabadella, se ilustra este aspecto multidimensional de la exclusión al mostrarnos la heterogeneidad del colectivo. También explica como “la normalitat, o la norma, per a les persones entrevistades rau en una societat que premia els bons i castiga els dolents, quan sabem que ben bé no és així […] compartiesen l’aspiració a formar part d’allò que ells perceben com a “normal” (2005:206). Y como Bauman, afirman que las desigualdades se reproducen, siendo estas personas víctimas de procesos de exclusión de nuestro tiempo y sociedad, una sociedad individualista según la cual se acaba culpando a la propia víctima de su desgracia. Advierten del peligro que supone pensar en las personas “sin techo” como personas que escogen la vida que llevan: “En aquest sentit, la figura literària del rodamón bohemi i lliure, una figura pròpia de l’imaginari col•lectiu i sovint plasmada a través dels mitjans de comunicació, no tindria altra funció que tranquil•litzar les conciències de la nostra societat benestant” (2005:201).

Siguiendo con la argumentación de Subirats, actualmente, el contexto en el que opera la idea compleja y emergente de exclusión social en las sociedades avanzadas es el de la segunda modernidad o modernidad reflexiva, con lógicas culturales mucho más pluralistas, subjetivizadas y con conciencia más extendida de los riesgos ecológicos socialmente producidos. Para abordar la discusión conceptual de la exclusión social en tanto que eje estructurador de una nueva agenda de política de bienestar, es necesario analizar tanto los cambios socioeconómicos como los cambios socioestructurales. Respecto a los primeros, la flexibilización, adaptabilidad o movilidad de la globalización económica ha hecho que las distancias físicas cuenten menos, la sociedad del conocimiento busque el valor diferencial en el capital intelectual y se ponga en juego la propia idea del trabajo como elemento estructurante de la

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