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PROBLEMA MUNDIAL DE ALIMENTACION

alimentos22 de Marzo de 2013

4.338 Palabras (18 Páginas)617 Visitas

Página 1 de 18

El problema

mundial de la alimentación Por R.A. Olson

En la prensa mundial se sigue debatiendo

la urgencia del problema alimentario.

Algunos economistas, al comparar las

cifras de producción mundial de

alimentos con las estadísticas

demográficas, llegan a la conclusión de

que los alimentos per capita son más

que suficientes y de que, en

consecuencia, no existe ningún

problema. Pero, si no satisfechos con

estos promedios globales,

profundizamos en la cuestión,

comprobamos que hay un problema

en ciernes de tal naturaleza y magnitud

que su solución pondrá a prueba toda

la inventiva y recursos de la humanidad.

Es cierto que algunos de los países

adelantados han conseguido en la

última generación una capacidad de

producción agrícola netamente

superior a la capacidad de consumo de

la respectiva población. En estas

latitudes la palabra "excedente" ha

pasado a ser casi una maldición en este

período de ciclo meteorológico

generalmente favorable y, con objeto

de limitar esa enorme capacidad, hubo

que restringir la superficie dedicada al

cultivo de granos. Sin embargo, una

madre naturaleza voluble ha invertido

la situación a principios de los años

setenta, con uno u otro de sus muchos

caprichos en forma de sequías locales,

exceso de humedad, acortamiento

de la temporada de crecimiento, etc.,

en algunas de las principales zonas

productoras. Por tanto, hoy día se han

volatilizado los excedentes de cereales

y el mundo se encuentra con que las

reservas ya sólo alcanzan para tres o

cuatro semanas. El coste de los productos

alimenticios en los países exportadores

se ha duplicado y triplicado en los dos

últimos años. Los riesgos de hambre

generalizada exceden en magnitud

todo lo que el mundo ha conocido

hasta ahora. Con este telón de fondo

la Conferencia Mundial de la

Alimentación va a reunirse en Roma en

noviembre de este año.

SITUACIÓN ACTUAL

El granero: Las reservas acumuladas en el granero constituyen las bases de la fuerza y

estabilidad nacionales desde tiempos inmemoriales. La Biblia describe con colores vivos su

importancia en el antiguo Egipto y países vecinos. Últimamente parecía que la moderna

tecnología agrícola había asegurado unos graneros repletos para satisfacer las necesidades de

la humanidad, si bien había que ayudar a veces a algunas regiones azotadas por la sequía

u otra «alamidad, ayuda canalizada por vías tales como el Programa Mundial de Alimentos

o la Put^c Láw 480 de los Estados Unidos. No obstante, el pasado decenio ha demostrado

la gran frtfilidád de las reservas que habíamos terminado por creer intangibles. En 1974

observamoi una caída vertical de las reservas de grano, desde el 26% aproximadamente de la

cantidad total consumida cada año hasta sólo un 8%, la cifra más baja en 20 anos (Figura 1).

Uso racional del agua para evitar la salinidad y conseguir una buena producción de trigo Mexipak

en Pakistán.

2

Parece dudoso que los países exportadores permitan una nueva merma. Más concretamente,

la creciente supeditación del mundo a las exportaciones norteamericanas de alimentos,

que empezaron humildemente en 1930 y ascendieron a unos 85 millones de toneladas

métricas en 1973, ha llegado probablemente a un límite que durará hasta que empiecen a

dar fruto nuevos progresos tecnológicos comparables al uso de los fertilizantes nitrogenados.

El granero mundial está casi vacío, siendo muy precario el equilibrio entre la oferta y

la demanda.

Condiciones meteorológicas: La meteorología y la producción alimenticia están

indisolublemente unidas. Afortunadamente, las calamidades meteorológicas que pesan sobre

la agricultura azotan raras veces muchas regiones al mismo tiempo y suele ser posible

compensar las pérdidas de un país con las abundantes cosechas de otros. Las condiciones

meteorológicas fueron favorables en las principales regiones productoras de alimentos en

1971, lo que infundió considerable optimismo en los organismos internacionales

competentes, que creyeron haber conjurado para el futuro previsible una crisis inminente.

Sin ambargo, los caprichos del tiempo trastornaron la situación en 1972, año en que la sequía

en la India, China y la zona saheliana de Africa, juntamente con las grandes pérdidas de

grano causadas en Rusia por un riguroso invierno, puso en grave aprieto el abastecimiento

mundial de cereales.

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Figura 1. Reservas mundiales de grano entre 1960 y 1974. Comprenden la producción potencial de

tierras laborables en barbecho. (Fuente: compilación de Lester R. Brown y Erik P. Eckholm para

Ceres, Vol. 1,N* 2, pág. 60)

4

La vuelta de las condiciones generalmente favorables en 1973 (excepto en la zona

saheliana) permitió una abundante cosecha, pero sin la correspondiente formación de

reservas. La actual sequi'a (julio/agosto) en la región centro-occidental de los Estados

Unidos, que se ha convertido verdaderamente en el granero mundial, habrá de tener sus

repercusiones internacionales en 1974-1975. Hay buenas razones para estar preocupados a

este respecto, pues las llanuras de los Estados Unidos y del Canadá están sometidas a ciclos

de sequía con una periodicidad de unos 20 años. El último ocurrió en 1955-1956, y el

anterior en 1933-1938. Si la sequía del verano de 1974 marca el comienzo de otra tan

larga como la de los años 30, es muy posible que la población mundial se encuentre ante

unos años de vacas muy flacas.

La crisis energética y el coste de los alimentos: El súbito despertar, en 1973, a la realidad de

que los recursos mundiales de combustibles fósiles son finitos, ha repercutido tanto en la

agricultura como en cualquier otra actividad humana. El coste de los factores indispensables

para la producción agrícola ha dado un salto el año pasado, tras la subida de los

{Combustibles, de tal magnitud que el precio de la mayoría de los productos se ha duplicado

o triplicado. La tonelada de urea, que en el mercado mundial valía 100 dólares en 1973,

cuesta ahora 300 dólares o más. Y lo mismo ocurre con los herbicidas, los insecticidas, y

prácticamente todos los demás elementos utilizados en agricultura, en particular,

el combustible.

En el último eslabón de la cadena, los propios alimentos, también los precios se han

duplicado o triplicado para el consumidor en tan poco tiempo. Las siguientes cifras dan

una indicación de las tremendas fluctuaciones ocurridas:*

1971

1972

11973

1974

Trigo

(duro, de invierno.

N2 2 f.o.b.. Golfo,

Estados Unidos)

62

70

139

208

Primer trimestre

Maíz

(Amarillo, N2 2

f.o.b., Golfo,

Estados Unidos)

Soja

(Estados Unidos,

ci.f.,

Rotterdam)

Dólar/Tonelada métrica

58

56

98

126

126

140

290

263

Arroz

(Tailandia, blanco,

5%, f.o.b..

Bangkok)

129

151

368

569

* Datos compilados por un comité preparatorio del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas

para la Conferencia Mundial de la Alimentación, 8 de mayo de 1974.

Las consecuencias especialmente graves para los países más pobres se evidencian poniendo

en relación estos precios con los datos del Cuadro 1. Si los recursos alimentarios

disponibles son escasos, es evidente que se atenderán primero las necesidades de los países

que puedan pagar. Las amas de casa de los países desarrollados gruñirán y pagarán a

regañadientes, pero sin grandes dificultades, pues sólo tendrán que dedicar a la alimentación

del 15 al 30% de sus ingresos. La cosa cambia por completo en el mundo en desarrollo,

donde acaso haya que destinar el 75% de los ingresos o más a la alimentación. Además,

...

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