ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

PROGRAMA DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN POLÍTICO A DISTANCIA-VIRTUAL

Jesvane25Informe13 de Febrero de 2017

5.215 Palabras (21 Páginas)307 Visitas

Página 1 de 21

UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX”  [pic 1][pic 2]

DIRECCIÓN GENERAL DE FORMACIÓN POLÍTICO SINDICAL[pic 3]

PROGRAMA DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN POLÍTICO A DISTANCIA-VIRTUAL

[pic 4]

IV DIPLOMADO

EN LIDERAZGO POLÍTICO

MÓDULO IV[pic 5]

DOCENTE TUTOR: Dr. Pedro Mariobo M

LLALLAGUA –NORTE POTOSI- BOLIVIA

2015

TEMA Nº 2

Parte II

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Introducción

 Como afirmábamos en la parte I del presente modulo, luego de casi una década del hundimiento de la URSS y lo que se conoció como socialismo real, y al calor del reverdecer de las lucha de clases en Latino América,  impulsada esencialmente por movimientos de carácter campesino y popular empezó a tomar cuerpo la idea de un nuevo paradigma socialista que no tuviera nada que ver con las experiencias del siglo XX y que pudiera dar respuestas a variados problemas que quedaron planteados en la experiencia soviética. Aunque la idea del socialismo del siglo XXI, es comprendida de diversa forma dependiendo de los autores e intelectuales en cuestión, tienen algunos puntos de contacto común. Así por ejemplo mientras Samir Amin opina y difiere con la idea de que el socialismo del siglo XXI será el resultado de la elaboración intelectual especulativa, como es el caso de Heinz Dieterich, u otros que intentan elaborar planes rigurosamente detallados de lo que tendría que ser el nuevo paradigma socialista, tienen en común que son hostiles a la idea de clase obrera y lucha de clases y adoptan más bien una visión nacional o como mínimo latinoamericanista, del proceso. Samir Amin formula esta concepción, retomando una vieja formula política organizativa de los partidos comunistas latinoamericanos al plantear: “la primera exigencia es la constitución de frentes populares y democráticos antimonopolios, sin lo cual ningún cambio sería posible. (…) Los frentes no solo tienen que definir objetivos económicos y sociales por etapas realistas, así como la manera de cumplirlos, sino también considerar la necesidad de poner en tela de juicio las jerarquías en el sistema mundial (…) en este sentido se trata de un concepto progresista de la nación y del nacionalismo (…). Este nacionalismo progresista no subestima la cooperación regional”.[1] Esta idea se completaría con la búsqueda de un internacionalismo, entre los pueblos del norte y el sur que busque una globalización sin hegemonías. Amin se define asimismo como “militante del socialismo que pone su formación intelectual al servicio de la liberación de los pueblos”, cuestión que adquiere importancia ya que para este autor la polarización norte-sur, como inherente al capitalismo, es decir comparte la visión de Wallerstain, Gunder Frank o Arrighi es el resultado no de algunas condiciones y determinantes concretas, sino producto de la ley de acumulación capitalista a escala mundial, como afirma la vicepresidencia del estado plurinacional de Bolivia en la presentación al texto de Amin. Esta visión es la que alienta ese espíritu regionalista de este nuevo socialismo, y pese a las diferencias de método y origen con Dieterich, los conduce a ocupar la misma trinchera del chavismo o el Evo Moralismo.

En este sentido Comparten entre sus presupuestos teóricos  el punto de partida básico que es la lucha contra lo que ha venido en llamarse economía de mercado y neoliberalismo.

Sin embargo son tan variadas las corrientes de pensamiento de este socialismo, articuladas más que por una visión ideológica común, por el rol de Chaves en Venezuela y los que ha venido en llamarse la revolución bolivariana y los diversos gobiernos “progresistas” del continente. A diferencia del socialismo científico, propugnado por Marx Engels, Lenin, Trotsky o Gramsci, que planteaba como prerrequisito el desarrollo de la lucha de clases contra la burguesía y el sistema capitalista, planteando como condición sine qua non la toma del poder por la clase obrera y sus aliados y la expropiación de la burguesía, como punto de partida de cualquier construcción teórica sobre el socialismo, este nuevo “socialismo” plantea la lucha por el poder como mecanismo o de poder llevar adelante las transformaciones estatales necesarias, pero ya no es un prerrequisito ni el rol de la clase obrera, ni su organización política como clase, y tampoco esta entre sus postulados la necesaria expropiación de los expropiadores. En su construcción teórica se encuentran como elementos fundantes la lucha contra el neoliberalismo y la economía mercantil que al basarse en una distorsión entre valores y precios conduce al empobrecimiento de amplias regiones del globo y en el otro polo a un enriquecimiento obsceno de pequeñas minorías de potentados globales. En el terreno político-institucional, el socialismo del siglo XXI se puede entender, y así lo afirman sus principales exponentes, como el desarrollo de la “Democracia Participativa” para oponerlo a la democracia representativa y plutocrática que expropia la voluntad popular. En las líneas siguientes exploraremos más detenidamente estos contenidos.

El diagnóstico de la sociedad actual

Quien acuño la expresión de “socialismo del Siglo XXI” va a ser Heinz Dieterich Stefan y quien le va dar una difusión de alcance mundial será el fallecido presidente de Venezuela Hugo Chaves Frías, a mediados de la década del 2000. Dieterich, intenta, sin negar explícitamente el marxismo clásico, convertirse en una versión superadora, que luego de analizar y comprender las debilidades de los que se llamó el socialismo real colapsado en 1989-1991, presenta un nuevo paradigma y un norte para las luchas de los pueblos en el siglo XXI.

Para tal fin intenta realizar un diagnóstico de la situación actual, particularmente luego del momento de transición que habría significado la década de los 90 con el fin del socialismo real y con el del orden mundial forjado al fin de la segunda guerra mundial. Este momento de transición se abría agotado con el atentado a las torres gemelas el 11 de septiembre del 2001. A partir de ese momento y el despliegue de una política crecientemente intervencionista de EEUUU impulsada por el ex presidente George Bush se habría dado inicio al llamado “tercer Orden Mundial”. Un nuevo intento de convertir al mundo en una gran factoría global, en una gran maquiladora militarizada.

En este escenario, Dieterich, ve como parte de este fenómeno el agotamiento de lo que se conoce como Economía Nacional de mercado, superada por la extensión de las interrelaciones económicas y el surgimiento de los que periodísticamente se conoce como “globalización”. Este desarrollo global de la economía asimismo habría puesto en evidencia el agotamiento de lo que Dieterich denomina “El Estado Clasista” y sus formas institucionales de dominación como la “Democracia Plutocrática formal”.  La sociedad estructurada según estas características produciría seres humanos no críticos, con “antivalores” como el egoísmo, la sed de poder, de explotación y que en la lucha por el Socialismo del Siglo XXI buscaría lograr seres humanos arropados con nuevos valores, que actúen de manera crítica, ética y estética en sus propias definiciones.

En el corolario de este diagnóstico, nos afirma que la necesidad de un nuevo modelo societal que supere a la actual sociedad burguesa está en el hecho de que esta sociedad es “disfuncional” a las necesidades de las grandes mayorías y por lo tanto es “antiética”.

¿Cuál la causa del agotamiento de la sociedad burguesa y del “proletariado histórico”?

Un elemento fundamental para comprender el planteamiento de los propugnadores del “Socialismo del siglo XXI” está dado por el hecho de que la apertura  de un fenómeno nuevo, la “sociedad global” habría quebrado por el eje todos los paradigmas anteriores y junto con los adelantos y descubrimientos científico -técnicos se estaría desbrozando el camino hacia un nuevo tipo de sociedad caracterizada por la “democracia participativa”.

En esta visión, tanto la sociedad burguesa como el proyecto socialista impulsado por el triunfo de la revolución rusa, habrían estado sometidos a condiciones comunes que condujeron a su agotamiento:

  • La producción industrial en gran escala (fordismo)
  • La economía  mercantil (mercado) y
  • El estado vertical.

Sobre el primer punto aunque no profundiza, existe una extensa literatura al respecto, con una visión similar, donde el fordismo (o “americanismo” en palabras de Gramsci) habría sido superado por la incorporación de tecnologías informáticas al ámbito de la producción industrial basada en el “justin time” o también conocido como “toyotismo”.

El mercado, en el que la distorsión entre la producción de valores y precios, provoca el empobrecimiento de franjas importantes del planeta, agravando las desigualdades y convirtiéndose en “disfuncional” para la satisfacción de las necesidades humanas, objetivo de cualquier modelo económico. Si el modelo no puede satisfacer estas necesidades entonces debe ser remplazado por una economía que esté acorde a los cambios que se han producido en la sociedad. Es así que la clave radicaría en la implementación de un sistema de intercambio de bienes y servicios, no basados en las leyes del mercado de “oferta y demanda”, causa de esta desincronización entre valores y precios, sino la búsqueda, en esta aldea global de llevar adelante los intercambios sobre la base de equivalencias de valores, intentando retrotraernos a las formas de intercambio que rigieron el comercio mundial antes del surgimiento del sistema capitalista, donde los seres humanos y los pueblos realizaban sus intercambios sobre la base de “trabajo socialmente necesario” para producirlos, es decir sobre la base de sus valores.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (34 Kb) pdf (488 Kb) docx (1 Mb)
Leer 20 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com