SISTEMA ÉTICO DE KANT
pitubookInforme9 de Febrero de 2013
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SISTEMA ÉTICO DE KANT
La moral kantiana se ha dicho que es racional, formal y autónoma.
Es racional, pues el obrar correctamente -según Kant-, consiste en obrar por deber y no conforme al deber.
Obrar por deber, es hacer lo correcto, pura y exclusivamente por respeto a la ley moral. Obrar conforme al deber es actuar correctamente por compasión o lástima, o peor, aún: por obtener un beneficio personal. En estos casos el individuo no estaría actuando por deber sino por inclinación o por alguna segunda intención egoísta. Es la razón y no la piedad la que debe guiar el buen obrar de las personas.
(Cuando damos limosna o asistimos a los necesitados podemos hacerlo por compasión. En este caso nuestra conducta no será moralmente buena. Hemos actuado conforme al deber, pero no por deber.)
También nuestras acciones pueden ser contrarias al deber. Es cuando actuamos francamente mal.
Por eso mismo es que la moral kantiana es autónoma. Pues no se guía por ningún condicionante que dijera: si quieres obtener deberás hacer. Eso sería supeditar la moral a fines externos a sí misma. Debemos obrar correctamente porque así debe ser y no para ganar el cielo o la consideración ajena. Obrar moralmente bien, es obrar por respeto a la ley moral, porque esta se impone por sí misma. Posee una fuerza imperativa propia. Es lo que Kant llama un “imperativo categórico”. Una moral que estuviera regida por intenciones externas a sí misma, sería un imperativo hipotético: “si quieres lograr B, tienes que hacer A”.
Es formal, porque Kant nada dice respecto de qué cosas se deben hacer y qué cosas no se deben hacer. Nada dice con respecto al contenido de nuestros actos. Solamente dice que debemos actuar de tal forma que nuestros principios de acción sirvan de máxima universal. Según sus propias palabras:
“Obra de tal forma que la máxima que rija tu acto pueda valer como un principio de legislación universal y necesario”
O sea: lo que es bueno para mí también debe serlo para los demás. Y siempre preguntarnos: ¿Qué pasaría si los demás actuaran como yo?
Si yo considero que en determinadas circunstancias es válido mentir, debo admitir que la mentira sea válida para todo el mundo.
Kant ha dicho que la única cosa verdaderamente buena que podemos tener, es una buena voluntad. El talento, la perseverancia, la gracia o cualquier virtud que podamos tener puede convertirse en algo muy dañino si no está guiada por una buena voluntad. La buena voluntad es valiosa en sí misma, independientemente de los resultados que podamos obtener, siempre y cuando hayamos agotado todos los recursos para lograrlo. Y la buena voluntad no es otra cosa que el respeto puro por la ley moral.
LA MOIRAL EXISTENCIALISTA ATEA DE SARTRE: SINTESIS DE “EL EXISTENCIALISMO. ES UN HUMANISMO”
Sartre declara que Dios no existe. Al no haber un creador del hombre, tampoco puede haber una idea definida de qué es el hombre antes de que este exista. A diferencia de cualquier objeto mano facturado, que existe en la mente de su creador antes que en la realidad, al hombre –que no tiene creador- le es dada primero la existencia. Su esencia dependerá de él. Así, pues, no hay “naturaleza humana”, pues no hay Dios para concebirla.
El hombre es tal como él se concibe, tal como él se quiere: el hombre no es más que lo que él se hace. Este es el primer principio del Existencialismo, llamado SUBJETIVIDAD. El hombre es ante todo, un proyecto que se vive subjetivamente. El hombre es responsable de lo que es. Por eso el existencialismo devuelve al hombre la RESPÓNSABILIDAD vital de lo que ha elegido ser. Y cuando decimos que el hombre es responsable de sí, también decimos que el hombre es responsable de todos los hombres. Porque al elegir afirmamos el valor
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