CULTURA DE DESARROLLO ORGANIZACIONAL

Comprender el desarrollo cultural de crecimiento organizacional durante el trasegar en la historia, parece ser que ha estado oculto al análisis mismo del ser humano y posiblemente en algún profesional que vive continuamente en la preocupación y paradigma del procurar estar en medio de la sobrevivencia para el logro personal y familiar, limitándose única y exclusivamente a cumplir con el sistema de producción en cualquier puesto de una gran organización o en vía de crecimiento.

Esta reflexión invita a penetrar en el mensaje que nos comparte el autor en la lectura guía al mostrarnos como en los albores del siglo XIX, las organizaciones e instituciones, a través de la historia han diseñado y fortalecido las estrategias del poder estar y ser actores protagónicos en el desarrollo social, en una cultura que perdura en un modelo económico en particular, ante ello la empresa red y lo que de ella se deriva es una articulación basada en la fortaleza que se requiere para hacer innovaciones y poder satisfacer de manera significativa las necesidades y requerimientos de un contexto que esta ligado al sistema de producción de las organizaciones.

Se hace necesario comprender que ha medida que se generan elementos de desarrollo en las organizaciones e instituciones, van apareciendo nuevos modelos económicos que permiten fortalecer los ya existentes, es así, como va surgiendo la economía informacional, la cual se convierte en un escenario de inserción y crecimiento, mediante la articulación con los modelos económicos ya existentes.

Dichos modelos, aunque han estado de manera latente y serena en el tiempo, manteniendo o fortaleciendo su sistema de producción, de manera significativa empiezan a insertarse en los modelos operativos de las grandes organizaciones, convirtiéndose en el apoyo de la descentralización de las mismas, permitiendo que de manera bidireccional establezcan su sistema evolutivo.

Dadas las condiciones que los sistemas de producción en serie de las organizaciones han trascendido hacia lo flexible, producto de la satisfacción de nuevas necesidades, expectativas y oportunidad en la apertura de nuevos mercados, a través de la mundialización, se hace indispensable diseñar y articular nuevos procesos que permitan diversificar la mano de obra y sistemas productivos, para lo cuál las pequeñas empresas permiten atender esos requerimientos en un sistema o vía de innovación que a la postre se convierte en un importante generador de empleo, siendo así un nuevo modelo de revolución en la gestión de las grandes empresas.

Obviamente, este nuevo surgimiento de empresa se adapta y ajusta a un modelo propio de los avances en la teoría de las organizaciones, entre ellos podemos mencionar el toyotismo , que es la participación activa entre el colectivo de los directivos y trabajadores, caracterizado también por la mano de obra multifunciónal y el control de la calidad y la reducción de la incertidumbre. Este modelo japonés al igual que el Just e time (justo a tiempo), u otros permiten optimizar los diferentes recursos de producción con que cuenta la empresa, es importante considerarlos en el sentido que la participación o combinación de técnicas, tecnologías, experiencias significativas tanto de la empresa como de los colaboradores, han permitido que los modelos asiáticos han desarrollado un potencial económico a nivel mundial, hecho que pone de manifiesto que las organizaciones deben de estudiar de aprehender de estos modelos de trascendencia global.

En este mismo direccionamiento la interconexión de empresas a través de redes han permito que se generen y fortalezcan los procesos de la economía informacional, toda vez que se ha dado espacio a las maquilas y franquicias mundiales fortaleciendo no solo organizaciones sino países y ciudades tal es el caso de China, Taiwán, Hong Kong, Corea,

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