ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Derecho Laboral

tagmst698 de Julio de 2013

25.445 Palabras (102 Páginas)341 Visitas

Página 1 de 102

DERECHO DEL TRABAJO

INTRODUCCIÓN:

El derecho el trabajo es una forma de intervención de los Estados modernos en las controversias de las clases socioeconómicas contemporáneas.

En un principio se pensaba que el esfuerzo personal a favor de otro era un simple trueco entre la fuerza de trabajo y un salario. Al principio ello fue considerado un simple arrendamiento, en el sentido que se estaba arrendando los servicios personales a cambio del pago de una renta.

Sin embargo, frente al progreso que comenzaba a emerger en los siglos pasados, los principios de libertad, igualdad y autosuficiencia, propia del derecho civil causaban en la nueva forma de trabajo “dependiente” una injusticia de grandes proporciones frente a las cuales los Estados no podían continuar en un rol pasivo, sino que se había creado la necesidad de que interviniera dentro del contrato, a fin de disponer reglas que pusieren atajo a las situaciones extremas que iban teniendo lugar.

Por ello fue necesario restringir la libertad contractual en el plano jurídico con el único fin de proteger a la parte más débil que intervenía en la relación laboral, el trabajador dependiente.

EL TRABAJO EN LA HISTORIA_

La forma de trabajo que regula el Derecho Laboral no fue conocida en los tiempos del imperio romano ni en la edad media, ya que requería de condiciones de “ambiente histórico” que sólo se generó a partir de los tiempo modernos. Estas condiciones históricas estaban dadas por la existencia de un empresario movido por el afán de lucro y en competencia que organiza la producción masiva de bienes y servicios, asumiendo el riesgo de la utilidad o pérdida en su negocio, para lo cual requiere del trabajo humano y de la máquina de producir; el trabajo pasa a ejecutarse colectivamente y en forma subordinada bajo la dirección de aquél que paga a su personal una remuneración. Esta última es costo para el empleador y a la vez medio de sustento de vida y subsistencia para los trabajadores y sus familias; aquél trata de reducirlo al máximo como costos, y éstos exigen elevarla, pues de ella depende su posibilidad real de vida.

Competencia, capitalización, renovación técnica, riesgos por una parte, y por la otra, necesidades de subsistencia para los trabajadores y sus familias, las posibilidades de desarrollo familiar, la defensa de la vida y la integridad de la persona de los trabajadores, ocupación, cesantía, protección para la vejez, los accidentes laborales, enfermedades, sindicatos, intervención del Estado, desarrollo de la empresa y necesidades del país involucradas en la gestión empresarial conllevan a la necesidad de reglamentar jurídicamente tales materias.

Hasta la edad media la fabricación de bienes era unitaria y se hacía bajo pedido previo, no se necesitaban grandes locales, que son propios de una empresa de producción masiva, con muchos hombres y máquinas.

El trabajo en la Roma clásica:

El trabajo se hacía fundamentalmente por los esclavos, en donde el pueblo que vencía a otro en la guerra, tenía derechos totales sobre los vencidos. Los romanos respetaron la vida de los vencidos a cambio de que fueran sus esclavos y dicha esclavitud aparecía explicable frente a la calidad de uno y de otro, puesto que la vida significaba gastos, el vencido debía servir a su vencedor. Dicho trabajo era incondicionado y la actividad económica más importante era la agricultura, luego estaba el comercio, el transporte, la manufactura artesanal y la fabricación en escala reducida de alimentos, vestuario y útiles. Las “personas” se dedicaban al sacerdocio, la milicia o la política y los cargos públicos eran ocupados por personas con bienes. De allí que el trabajo era despreciado y considerado como propio de los esclavos y vencidos. Si bien existía el trabajo libre, este lo desarrollaban los médicos, juristas e ingenieros, quienes por sus servicios no cobraban una retribución, sino que su éxito era recompensado por honores públicos que se les rendía; de allí viene la expresión “ad honorem” y se regulaba por las reglas del mandato. El trabajo artesanal de producción de bienes y servicios se materializaba a través de la compraventa o el arrendamiento.

El trabajo en la Edad Media:

En este período de nueve siglos, la vida de la ciudad se desplaza a los feudos luego de la caída del Imperio Romano. La vida pasa a girar en torno al “castillo” y al “señor feudal”, titular de una especie de mini Estado y sobre éste está la iglesia, y muy principalmente, junto al castillo “El Monasterio”, en donde se radicó la espiritualidad y la intelectualidad de la época.

El trabajo se desarrolló fundamentalmente en los talleres de las corporaciones, era en el fondo, el lugar del trabajo más libre. También se ejecutaba el trabajo en los campos en donde los siervos eran sometidos por el señor feudal, que suponía dependencia laboral, personal, familiar y fidelidad a cambio de que el señor feudal se comprometía a su defensa, lo que era muy importante por las frecuentes guerras. El señor feudal también utilizaba los servicios de siervos para todas las labores de su castillo. También existía esclavitud pero en menor grado que en la antigüedad.

El trabajo de manufactura, de comercio, de construcción y de servicios variados, incluyendo los de médicos, juristas y otros, estaba en la “corporación”, constituida justamente por actividad para la defensa de sus integrantes frente a los grandes poderes.

El pensamiento religioso de la época, en cuanto a que los actos del hombre tenían una finalidad “post morten” y por temor al castigo eterno y divino, no persiguió en general la riqueza ni el lujo, lo que se evidenció en las construcciones, muebles y ropas; los bienes se conciben como medios y no fines, se buscaba el justo precio de las cosas y la moderación patrimonial. El comercio se apreciaba severamente y los intereses de los préstamos estaban prohibidos.

En esta época el trabajo se revaloriza, no es despreciado y se le concibe como un deber de todos, alentándose su práctica como cualidad inherente a toda persona humana. En los Monasterios el trabajo material se practicaba también por los propios monjes.

El hombre común, trabajador libre, se relacionaba con su iglesia y con su señor feudal por medio de la “Corporación”, que eran organizaciones sociales intermedias que cumplían funciones múltiples en el campo religioso, político, económico, profesional, asistencial etc.

La Corporación era reconocida por la iglesia y el feudo, ella pagaba a esos poderes ciertos tributos y quien no estuviera inscrito en la Corporación no podía actuar al margen de ella. Estaba organizada como una persona jurídica, tenía nombre, registro de socios, domicilio y estatutos que regulaban su actividad. Ellas se constituían por ciudades y por actividad, estaba organizada piramidalmente con maestros, compañeros y aprendices, en donde los conocimientos se impartían en forma escalonada. Conducía la corporación un jefe o presidente que era el maestro más calificado. El espíritu del trabajo no era especulativo, por medio de el no se trataba de obtener el máximo del comprador, sino de hacer un bien en la mejor forma posible, casi con arte, de allí el término artesano; la producción era unitaria y por ende no existía riesgo de que, una vez fabricada la especie, ésta no fuera vendida.

Las Corporaciones eran jerarquizadas y asociadas; en el fondo eran relaciones de trabajo institucionalizadas, no había un patrón ni trabajadores dependientes, con intereses contrapuestos. Ordenado un trabajo, éste se hacía colectiva y asociadamente, donde el precio convenido se repartía entre los que habían intervenido en la producción, una vez deducidos los costos. Es importante diferenciar este “precio” del medioevo, del “precio” de los tiempos modernos, ya que este último se aumentó para cubrir nuevos rubros de costos, como eran la máquina y su renovación, el riesgo de no venta, pues se pasa a producir masivamente y sin orden previa de colocación y, el afán de riqueza, de lujo y de poder que alienta al empresario.

En el trabajo libre de la Corporación de la Edad Media no hay empresa ni empleador, ni trabajadores dependientes, por lo que no hay bases para un contrato ni un Derecho del Trabajo.

En cuanto al trabajo en los campos y en el Castillo, se reguló por las reglas del arrendamiento de servicios, en donde cada hombre arrendaba no sólo su esfuerzo, sino que comprometía su persona y la de su familia, toda su vida, e incluso la de sus hijos.

Contra esta dependencia personal y sumisión luchará la Revolución Francesa.

El trabajo en los tiempos modernos:

Hacia el centenio del 1400 operaron cambios por una nueva mentalidad, favorecida por la vuelta de la vida a las ciudades y varios fenómenos políticos, bélicos, culturales, socio económicos y comerciales.

Esta mentalidad pidió más bienes, la riqueza comenzó a desearse, el lujo pasó a ser necesario para diferenciarse; la mayor demanda hace nacer al comerciante empresario, quien trata de satisfacer las nuevas exigencias, operando con lucro. El mayor consumo exige una producción más masiva y rápida y se crea la máquina. El comerciante empresario contrata entonces a los primeros trabajadores “dependientes”, congregándolos en locales mayores, en los que empieza a trabajarse con espíritu de fábrica.

De América, hacia el siglo del 1600 empieza a llegar gran cantidad de metales preciosos que causa una inflación, lo que provoco una “fiebre” de comprar bienes para defenderse de la desvalorización. Cabe agregar

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (163 Kb)
Leer 101 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com