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Educacion Y El Uso Del Tiempo Libre


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2014  •  2.329 Palabras (10 Páginas)  •  201 Visitas

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Educación para el uso del tiempo libre

1. Concepto filosófico del Juego.

El tema del juego ocupa un lugar discreto en el pensamiento de Heidegger, Heidegger se ocupa explícitamente del juego como un fenómeno fundamental respecto del Dasein y la trascendencia, empleando la frase “el mundo es el juego de la vida”. Refiriéndonos a la palabra Dasein como la relación que hay entre el hombre y el mundo.

¿Cómo pone al hombre en juego, en su relación con el ser? Según Heidegger, el “modo vigente” de pensar no puede acceder a lo esencial del juego, a lo lúdico en cuanto tal, pues se lo representa como un ente entre otros, como algo que es. Al ser de este ente le pertenecerá del mismo modo que al ente en general-un fundamento, y con ello el juego quedará determinado esencialmente como dialéctica entre libertad y necesidad. En definitiva, el juego mismo queda circunscrito de este modo en el círculo del fundamento, la razón, las reglas del juego y el cálculo. El juego en general se entendería entonces, de modo „cotidiano‟, como un ente representado bajo el modelo de la ratio y el fundamento, esto es, como actividad calculable y fundamentada acorde a ciertas reglas. En base a lo anterior Heidegger sugiere, en medio de esta insinuación al juego, traducir la frase de Leibniz “Cum Deus calculat fit mundus” de un modo alejado de la representación y la razón. Ya no se tratará de un Dios que calcula y por ello “hace mundo‟, sino de que “mientras Dios juega viene a ser mundo”.

¿A qué viene esta proposición?, ¿Se trata sólo de una acotación lateral?, ¿O debemos apoyarnos en ella para sospechar, con una facilidad demasiado fácil, que allí se esconde uno más de los “motivos teológicos” que disimuladamente escanden este pensamiento?

Respecto a esto Heidegger establece “Mientras Dios juega, viene a ser mundo”. Un Dios jugador, entonces, que en su jugar hace a la vez jugar al mundo, que en su jugar pone en juego mundo: así viene a ser mundo; tal sería la ocurrencia y el acaecer del mundo.

Fundamento, juego, mundo.

Heidegger insiste en que la pregunta donde nos lleva el salto a la “otra tonalidad‟ de la proposición del fundamento interroga acerca de “si se deja determinar en medida adecuada a la cosa la esencia del juego a partir del ser como fundamento, o si tendremos que pensar ser y fundamento, ser como fondo y abismo, a partir de la esencia del juego y, además, del juego al que somos llevados nosotros. “del juego supremo al que el hombre es llevado en esta tierra”, y en el que por supuesto está puesto en juego. En efecto, se trata de un juego en que el hombre está puesto “en riesgo y ventura‟ a la vez; lo que Ser y Tiempo llamaba, a propósito del adelantarse implicado en el modo propio de estar vuelto hacia la muerte, la “libertad para la muerte”.

Juego de la trascendencia

Heidegger conecta explícitamente los conceptos de “mundo” y “juego”. Como hemos anunciado, la ligazón entre ambos radica en la noción de “trascendencia”. En efecto, Heidegger afirma que el estar en el mundo es el original “jugar el juego” el original jugarse del juego o jugarse el juego en el que todo Dasein fáctico tiene que entrar y ejercitarse para poder desarrollarse, ocurrir, suceder, jugarse como existente, “de suerte que en a duración de su existir a ese Dasein le pueda ir, le pueda salir el juego, se la puedan jugar las cosas y los demás en tales o cuales términos y de tal o cual manera el juego se muestra como un fenómeno clave para acceder al estar-en-el-mundo, a un concepto de mundo signado por una trascendencia. El juego nos pone en juego, nos hace entrar en juego y ejercitarnos en él. Ese juego siempre habrá sido, como tiempo de juego que da mundo, en el que viene a ser mundo, el juego del ser, y ningún otro. Una única pregunta para un único pensamiento, entonces, que se puso un día en juego y pensó ese juego del ser y su tiempo, aquel en que nosotros mismo estamos puestos en juego y que jugamos una y otra vez, como un fáctico y forzoso tener-que-jugar. Juego del mundo, el mundo como juego; el juego y su tiempo, en cuyo jugarse viene a darse y acontecer el mundo, en nosotros y a través de nosotros. Juego sin otro fundamento que él mismo, remisión al libre configurar y al riesgo en que nuestra existencia, el Dasein, está ya siempre puesto en juego. Quizás sólo sea eso lo que quiera decir la expresión “el mundo es el juego de la vida”.

2. Paisaje histórico del juego.

La historia del juego es tan antigua como la de la humanidad. Los niños de la antigua Roma, Egipto o Grecia ya jugaban a las tabas y con muñecas de marfil y hueso, pelotas o sonajeros. De esa época también son las casitas de muñecas con platos y muebles. Los juguetes a cuerda eran populares en la Edad Media, sobre todo para los adultos: los artesanos los fabricaban uno por uno y los vendían en las ferias.

La primera vez que se fabricaron juguetes de forma industrial fue en Nuremberg, Alemania, en 1850. Desde allí se distribuían los juguetes hechos por los artesanos a toda Europa. Hoy en día, la fabricación de juguetes es una industria importante en la mayoría de los países. Cada año salen a la venta juguetes nuevos, pero hay algunos que tienen siempre mucha aceptación: muñecas, pelotas, bloques, pinturas...

El juego de pelota fue el deporte prehispánico más importante en Mesoamérica. Una de las últimas canchas del juego de pelota descubiertas en Chiapas, fue construida entre 1400 y 1250 a.C.; casi cinco siglos antes de las canchas que se conocían en Guatemala. A los largo de la historia son muchos los autores que mencionan el juego como una parte importante del desarrollo de los niños y son varias las teorías que se formulan acerca de éste.

Platón fue uno de los primeros en mencionar y reconocer el valor práctico del juego, dada la prescripción que hace en Las Leyes de que los niños utilicen manzanas para aprender mejor las matemáticas y que los niños de tres años, que más tarde serán constructores, se sirvan de útiles auténticos, aunque de tamaño reducido. Platón consideraba que la educación se basaba en el juego y estimaba que se debía comenzar por la música para la formación del alma y posteriormente con la educación física para el cuerpo. Aristóteles enfatiza el juego y la diferencia entre el juego físico y el juego más elaborado dirigido a otros fines.

El propio Aristóteles que se ocupa de los

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