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Efectos de la crisis en los resultados electorales de los partidos en el Gobierno

MarnieBimbiEnsayo19 de Diciembre de 2018

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                      Efectos de la crisis en los resultados electorales de los partidos en el Gobierno


CONTENIDO

INTRODUCCIÓN        

ARGUMENTOS        

Muestra y variables        

MÉTODOS        

Operacionalización de las variables        

DATOS        

RESULTADOS        

CONCLUSIONES        

BIBLIOGRAFIA        


INTRODUCCIÓN

“Siempre pensé que Europa se haría entre crisis y que sería la suma de las soluciones que diéramos a esas crisis”. (Monnet, 1988).

Europa, desde hace siglos, ha sido un referente mundial por ser artífice del modelo de Estado-nación en el que, actualmente, se divide la totalidad del territorio planetario. Así mismo, como artífices de la democracia representativa a la que muchos países han aspirado y aspiran actualmente, nuestro continente se ha erigido como lugar de libre expresión, de defensa y protección de los derechos humanos basados en la libertad, la igualdad y la fraternidad, de regeneración democrática y de bienestar para la mayoría de la ciudadanía, en especial tras la Segunda Guerra Mundial que agitó el continente.

Actualmente, Europa se ve adentrada en un proyecto paneuropeo sin precedentes: la Unión Europea. Diferentes Estados, de orígenes, culturas y sociedades muy diversas, se han unido en términos económicos y políticos. Entonces, siendo países tan divergentes, ¿en qué se asemejan para formar dicha unión? Bien, la respuesta es simple y rápida: la democracia representativa y un modelo socio-económico capitalista.

El primer elemento consiste en la competición política en la que diferentes partidos políticos concurren en unas elecciones limpias y competitivas para representar los intereses de los y las votantes en las diferentes instituciones. Esto significa, básicamente, que los partidos políticos obtienen escaños en una cámara de representantes que elegirá a un presidente que, posteriormente, formará un gobierno. De hecho el único Estado en la que esta afirmación debe matizarse es en el caso de Francia en la que la jefatura del Estado no tiene funciones meramente simbólicas.

La segunda característica es un sistema socio-económico que, aparte de caracterizarse por la protección del derecho a la propiedad privada, de la libre iniciativa de empresa y del libre mercado, también lo hace, como Karl Marx señaló, por tener un comportamiento cíclico. Es decir, el capitalismo presenta momentos de crecimiento económico que, por diversas razones, se ven truncados y se entra en un proceso de crisis económica que vendrá seguido por un periodo de expansión y, así, sucesivamente.

Un ejemplo de este comportamiento cíclico fue en 2008, cuando el mundo entró en una de las crisis económica y social más  importantes de la historia reciente. Esta situación económica ha tenido importantes consecuencias sociales y políticas, sobre todo para los países del sur y del este de Europa. Sociales debido a que los indicadores macroeconómicos no acaban de ser del todo positivos (inflación, deuda pública, índice de Gini, etc.), pero, ¿y las consecuencias políticas?

Hemos observado diferentes reacciones políticas como el auge como de los  partidos de extrema derecha en Francia, Grecia, Reino Unido, etc., o movimientos de protesta social como en España. Sin embargo, en este trabajo, se pretende dar un enfoque  más institucional a las implicaciones políticas de la crisis económica. Buscamos ver cómo ha alterado la crisis económica los resultados electorales que han obtenido los partidos políticos que, actualmente, se encuentran en el gobierno de los Estados miembros de la Unión Europea.

El objetivo es, por tanto, ver la implicación de la situación económica en los resultados electorales es decir, cual es la relación causal entre la realidad económica de un Estado y sus resultados electorales así como la fuerza y la dirección de dicha relación, en el caso que ésta exista. Esto nos permitiría conocer mejor la realidad en la que nos encontramos y nos facilitará la tarea de intentar prever acontecimientos futuros como por ejemplo anticipar la ideología política de los gobiernos en crisis futuras.



ARGUMENTOS

“Cuando pienses en economía piensa en elecciones y cuando pienses en elecciones piensa en economía”. Ésta es la principal idea que Tufte (1978:65) nos muestra y es en la cual nos basaremos para explicar qué es aquello que en ciencia política se denomina como voto económico. Básicamente, se trata de premiar o castigar a los gobiernos a través del apoyo electoral o de la retirada del voto basándose en la percepción que los ciudadanos tienen acerca de la situación económica del país y de la responsabilidad que tiene el Gobierno sobre ésta. Key (1964) considera que la principal premisa sobre la cual se sustenta el voto económico es que los ciudadanos votan a los Gobiernos si la economía funciona mientras que le despojan del voto si la situación económica es negativa.

Si realizamos un breve repaso por la literatura existente acerca de esta cuestión, encontraremos que la mayoría de autores han seguido la idea expresada por Key y, a partir de ésta, han desarrollado diversos estudios de carácter empírico que les han permitido determinar cuál es la importancia de cada variable económica y cómo se comporta el votante frente a diversas situaciones. Autores como Kinder y Kieweit (1981) defendieron que los electores utilizan las elecciones como un referéndum sobre cómo el Gobierno del Estado ha manejado la economía realizando esta evaluación a través de tres variables: la primera se denomina como “target” y hace referencia al objeto de la evaluación que puede ser la situación económica nacional o las finanzas personales. Al primer tipo de votante se le denomina como votante “sociotropic” o “collective” mientras que el segundo obtiene el calificativo de votante “egotropic” o “pocketbook”.

En segundo lugar, encontramos el tiempo: podemos encontrarnos frente a una ciudadanía que analiza la gestión que ha hecho el gobierno de la economía y por tanto basa su voto en las acciones pasadas o frente a unos votantes que toman como referencia sus expectativas respecto a las políticas que pueden implementar los posibles gobiernos en un futuro es decir: se puede tratar de un votante retrospectivo o de un votante prospectivo. Por último, se analiza el contexto; el nivel de conexión que tiene el Gobierno con la situación económica actual. Ambos autores concluyen que el votante tiende a ser “sociotropic” y el carácter de su voto es retrospectivo. Sin embargo, autores posteriores como Downs (1957), plantean que cuando una persona vota está ayudando a escoger el gobierno del siguiente periodo y por tanto basa su decisión en una comparativa entre las situaciones futuras, que él espera, de los diferentes partidos que compiten por llegar al gobierno es decir, su voto es prospectivo.

Estudios posteriores apoyan estas hipótesis, entre muchos otros, destacamos el realizado por Kramer (1971)  respecto al apoyo de los ciudadanos a los candidatos al Congreso de los Estados Unidos de América, el cual concluye que el apoyo electoral a los candidatos al Congreso de los partidos del Gobierno aumenta cuando aumenta el empleo y disminuye cuando aumenta la inflación. Así como el que llevó a cabo Jean-Dominique Lafay en 1970; el estudio realizado en Francia utiliza como variable dependiente el porcentaje de respuesta positivo a la pregunta "¿Está usted satisfecho con X como Presidente?”. Dicha pregunta se incluía en la encuesta que realizada por el Institut Francais d’Opinion Publique (IFOP). En cuanto a las variables independientes, éstas se basan en factores económicos como son los ingresos, la inflación y el desempleo. Lafay concluyó que la popularidad del ejecutivo, en un momento previo a las elecciones, permite predecir el resultado de éstas. Si el Presidente en la Asamblea Nacional goza de una coalición, los ciudadanos le hacen responsable de la situación económica de la nación. Sin embargo, si el Presidente y el Primer Ministro son de coaliciones rivales, la responsabilidad económica y política recae en el Primer Ministro.

Por otra parte, trabajos como el de Sanders (1987) hicieron especial hincapié en indicadores macroeconómicos como la inflación y el desempleo para acabar concluyendo que estos no tienen ningún efecto. Sin embargo, las evaluaciones personales-económicas, como las expectativas o las percepciones de inflación y de desempleo tienen efectos predecibles significativos. La conclusión del estudio que Sanders realizó en el Reino Unido es que los votantes premian al gobierno con su apoyo si sus perspectivas económicas son positivas y si perciben que el desempleo y la inflación están cayendo o bien castigan al Gobierno retirándole su apoyo si las expectativas respecto a la economía son negativas y/o si perciben que el desempleo o la  inflación están aumentando.

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