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El género en disputa RESUMEN


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  1.355 Palabras (6 Páginas)  •  310 Visitas

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EL GÉNERO EN DISPUTA

LAS “MUJERES” COMO SUJETO DEL FEMINISMO

La teoría feminista ha asumido que existe cierta identidad, entendida mediante la categoría de las mujeres, que no sólo introduce los intereses y objetivos feministas dentro del discurso, sino que se convierte en el sujeto para el cual se procura la representación política. Representación, es la función normativa de un lenguaje que, al parecer, muestra o distorsiona lo que se considera verdadero acerca de la categoría de las mujeres. La cuestión de las mujeres como sujeto del feminismo plantea la posibilidad de que no haya un sujeto que exista “antes” de la ley, esperando la representación en y por esta ley. La invocación per formativa de un “antes” asegura una ontología pre social de individuos que aceptan libremente ser gobernados, y con ello, la legitimidad del contrato social.         Aparte de las ficciones fundacionistas que respaldan la noción del sujeto, está el problema político con el que se enfrenta el feminismo en la presunción de que el término “mujeres” indica una identidad común. Si una es mujer, es evidente que eso no es todo lo que una es; el concepto no es exhaustivo, no porque una “persona” con un género predeterminado sobrepase los atributos específicos de su género, sino porque el género no siempre se constituye de forma coherente o consistente en contextos históricos distintos, y porque se entrecruza con modalidades raciales, de clase, étnicas, sexuales y regionales de identidades discursivamente constituidas. Así, es imposible separar el “género” de las intersecciones políticas y culturales en las que constantemente se produce y mantiene.

        La creencia política de que debe haber una base universal para el feminismo, y de que puede fundarse en una identidad que aparentemente existe en todas las culturas, a menudo va unida a la idea de que la opresión de las mujeres posee alguna forma específica reconocible dentro de la estructura universal o hegemónica del patriarcado o de la dominación masculina. El punto de partida crítico es el presente histórico, como afirmó Marx. Y la tarea consiste en elaborar, dentro de este marco constituido, una crítica de las categorías de identidad que generan, naturalizan e inmovilizan las estructuras jurídicas actuales. Examinar los procedimientos políticos que originan y esconden lo que conforma las condiciones al sujeto jurídico del feminismo es exactamente la labor de una genealogía feminista de la categoría de las mujeres.

EL ORDEN OBLIGATORIO DE SEXO/GÉNERO/DESEO

        La diferenciación entre sexo y género plantea una fragmentación en el sujeto feminista, esa diferenciación sirve al argumento de que, con independencia de la inmanejabilidad biológica que tenga aparentemente el sexo, el género se construye culturalmente: por esa razón, el género no es el resultado causal del sexo ni tampoco es tan aparentemente rígido como el sexo. Si presuponemos la estabilidad del sexo binario, no está claro que la construcción de “hombres” dará como resultado únicamente cuerpos masculinos o que las “mujeres” interpretan sólo cuerpos feministas. Además, aunque los sexos parezcan ser claramente binarios en su morfología y constitución, no hay ningún motivo para creer que también los géneros seguirán siendo sólo dos. El género no es a la cultura lo que el sexo es a la naturaleza, el género también es el medio discursivo/cultural a través del cual la “naturaleza sexuada” o “un sexo natural” se forma y establece como “pre discursivo”, anterior a la cultura, una superficie políticamente neutral sobre la cual actúa la cultura.

GÉNERO: LAS RUINAS CIRCULARES DEL DEBATE ACTUAL

        La afirmación de que el género está construido sugiere cierto determinismo de significados de género inscritos en cuerpos anatómicamente diferenciados, y se cree que esos cuerpos son receptores pasivos de una ley cultural inevitable. Cuando la “cultura” pertinente que “construye” el género se entiende en función de dicha ley o conjunto o conjunto de leyes, entonces parece que el género es tan preciso y fijo como lo era bajo la afirmación de que “biología es destino”. En tal caso, la cultura, y no la biología, se convierte en destino.

Simone de Beauvoir afirma que “no se nace mujer: llega una a serlo”; sostiene rotundamente que una “llega a ser” mujer, pero siempre bajo la obligación cultural de hacerlo. El cuerpo es un instrumento o medio con el cual se relaciona sólo externamente un conjunto de significados culturales.

TEORIZAR LO BINARIO, LO UNITARIO Y MÁS ALLÁ

        La crítica feminista debe explicar las afirmaciones totalizadoras de una economía significante masculinista, pero también debe ser autocrítica respecto de las acciones totalizadoras del feminismo. Sería erróneo suponer anticipadamente que hay una categoría de “mujeres” que simplemente deba poseer distintos componentes de raza, clase, edad, etnicidad y sexualidad para que esté completa. La hipótesis de su carácter incompleto esencial posibilita que esa categoría se utilice como un lugar de significados refutados que existe de forma permanente. La política de coalición no exige ni una categoría ampliada de “mujeres” ni una identidad internamente múltiple que describa su complejidad de manera inmediata.

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