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Evolución de la mujer en el mundo laboral


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2015  •  Síntesis  •  3.627 Palabras (15 Páginas)  •  1.016 Visitas

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LA MUJER EN EL MUNDO LABORAL

Introducción

En este trabajo, estudiaremos y analizaremos la temática de la mujer en el mundo laboral. Comenzaremos por su historia y evolución a lo largo del tiempo, así como casos reales de mujeres luchadoras por la igualdad laboral y sus conflictos más señalados. Por otra parte, le daremos un enfoque más actual al tema, profundizando sobre la normativa laboral vigente, así como la responsabilidad social de las empresas en referencia a la mujer.

Como breve introducción, señalamos que la evolución del trabajo de la mujer a lo largo de los siglos ha atravesado diferentes etapas, en algunas de claro retroceso, en otras, de cierto reconocimiento, hasta llegar a la actualidad, en la que si aún existe alguna diferencia no es jurídica sino social.

No ha sido un proceso fácil. Ha tenido que sufrir durante siglos el papel secundario al que ha sido relegada, acompañada de un sometimiento hacia el hombre, en todos los aspectos de la vida, incluido el laboral.

Podemos ver cómo desde fechas muy tempranas, filósofos como Stuart Mill hacían referencia a ello, como la que encontramos en su obra La esclavitud femenina: "El régimen de la desigualdad no ha sido nunca fruto de la deliberación, o del pensamiento libre, o de una teoría social o de establecer el buen orden de la sociedad y el Estado. Este régimen proviene de que, desde los primeros días de la sociedad humana, la mujer fue entregada como esclava al hombre que tenía interés o capricho de poseerla y no podía oponerse, dada la inferioridad de su fuerza muscular. Las leyes empiezan siempre por reconocer el estado material de las relaciones ya existentes, entre los individuos. Lo que en los comienzos no era más que un hecho brutal, un acto de violencia, llega a ser derecho legal, garantizado por la sociedad".

Es de admirar la iniciativa que tuvieron las mujeres pioneras que decidieron combatir la desigualdad. Gracias a la aportación de todas y cada una de ellas, las mujeres han conseguido sobrepasar la situación laboral tan precaria que tenían, no sólo laboralmente, y reducir distancias con respecto a los hombres. El día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en el cual se recuerda a las mujeres que murieron por reivindicar sus derechos como trabajadoras: más seguridad y salubridad en el trabajo, al igual que la lucha por la igualdad de salario. Esto sucedió en 1908 en una fábrica textil de Nueva York.

Sin embargo, bien es cierto que a pesar de todos estos avances, hoy por hoy la mujer no ha conseguido terminar de romper el rol que se le ha asignado a lo largo del tiempo, debido a que cierto sector de la sociedad actual sigue manteniendo un pensamiento cerrado y arcaico, el cual resulta difícil de quebrar. Un ejemplo claro son las desigualdades de salario. Es más, según la ONU, la sociedad tendrá que esperar 80 años para que las mujeres consigan una situación equidistante con respecto a los hombres, tanto en la vida cotidiana, como en aspectos sociales, laborales y culturales.

Evolución histórica

Edad Media

En el antiguo Egipto, las mujeres mantenían una posición activa en la producción textil, al mismo tiempo que se les permitía también culturizarse. Eran iguales ante la ley y gozaban de la misma libertad que los hombres, aunque la mayoría eran esposas y amas de casa. Entre las actividades que realizaban eran segar, hacer combustible, tejer, algunas eran comerciantes, otras eran sacerdotisas y músicas e incluso, participaban en la construcción. Cabe destacar que las tareas que la mujer debía realizar eran ofensivas para el hombre.

En Grecia, mientras que los hombres realizaban las tareas agrícolas, ganaderas y se dedicaban a la guerra, a la mujer se le asignó la recolección de aceitunas, la vendimia y tejer. Sin embargo, sólo se permitía realizar unos pocos oficios que no guardasen relación con el trabajo de campo. Por ejemplo, podía ser comadrona pero no médico. Sin embargo, a diferencia de las mujeres egipcias, a las griegas no se les permitía el acceso a la cultura, por lo que no sabían leer ni escribir. La única vía por la cual podía adquirir conocimientos era a través de su marido. La mujer estaba relegada al cuidado de la casa y a las tareas que se producían en su interior, mientras que el hombre, a las de fuera. Esto era lo que se conocía como “dicotomía hombre-mujer”.

En Roma, las circunstancias eran similares: las mujeres eran las encargadas de tejer, de la producción de alimentos e incluso, algunas trabajaban en las minas junto a los hombres.

En Germania y la Galia, comenzaron a existir trabajos oficialmente considerados como femeninos, como el trabajo con el oro y la seda. Las principales actividades de las mujeres eran la agricultura, la ganadería y la fabricación de ropa. También existían talleres en los que las sirvientas trabajaban no a cambio de salario, sino de comida.

Es entonces cuando el papel de la mujer comienza a sufrir un deterioro, el cual se hacía manifiesto en bajos salarios y situaciones laborales precarias. Dicho esto, resulta una contrariedad teniendo en cuenta el movimiento ideológico propio del Renacimiento, el Humanismo, el cual reivindicaba la defensa del trabajo humano, la educación y la enseñanza.

Posteriormente, gracias a la mecanización, la mujer consigue trabajos más sofisticados, como el encaje y el bordado. Sin embargo, el salario que obtiene a cambio no constituía ni la mitad del de un tejedor. Cabe destacar que ya la mujer se limitaba a trabajar en casa, lo cual se mantendría hasta el siglo XIX, o incluso, hasta la actualidad, como en los casos de la economía sumergida.

En esta época, la mujer no tenía derecho al acceso a la escuela, lo que constituye la causa de las primeras reivindicaciones feministas.

Siglos XIX Y XX

Denominado “El siglo del trabajo”, trajo consigo numerosos filósofos que trataron este tema en sus escritos, de los cuales destacamos a Proudhon, uno de los mayores antifeministas, quien contribuyó a la promulgación de las corrientes contrarias al acceso de la mujer al empleo fuera del hogar, sobre todo en Europa. Narraba que la mujer era naturalmente inferior al hombre y que no debía progresar. Sólo tenía la obligación de cumplir con las labores domésticas y el servicio de su esposo.

Gran debate se abrió con la crisis agrícola y la llegada de la industrialización. Estas circunstancias provocaron

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