Informe de lectura, necesidades crecientes
ashllee0125Informe29 de Enero de 2022
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Las necesidades crecientes.
Cuando hablamos de la palabra necesidad, nos referimos al estado en qué se encuentra un ser que carece de un elemento, un elemento que resulta indispensable para encontrar su bienestar, en aspectos que pueden ser tanto físicos como espirituales. Estas necesidades, se pueden dividir en diversos grupos y hacen parte de la naturaleza de la vida humana, siempre habrá una necesidad que cubrir. Sin embargo, cuando hablamos del aumento de las mismas, en nuestra vida y nuestro entorno social, algunos puntos de tipo socioeconómico y político entran en juego.
Los indicadores de tipo socioeconómico, nos permiten analizar y medir la situación en qué la población se encuentra en función a la satisfacción de sus necesidades. Siendo una persona posicionada en el tercer estrato social, y en la clase media, en base a la estructura de división que manejamos en Colombia, he vivido en carne propia el incremento notable de los menesteres, y del impacto que la economía, la política, y factores de cultura y prejuicios impregnados en la sociedad, en la proliferación de las mismas, así como también la transformación de los derechos en servicios.
Muchos de estos requerimientos para una calidad de vida, hacen parte de nuestros derechos básicos como ciudadanía y seres humanos, como la alimentación, la salud, y la educación, siendo conscientes de esto, se supone que el estado debe responder por el libre acceso a los mismos para todas las personas en todo tipo de población y condición, sin embargo, estos también han sido convertidos en un servicio, y de alguna manera, involucran sumas de dinero que no todas las personas pueden pagar, y que influyen con la calidad de los mismos.
Por ejemplo, en Colombia, el salario mínimo corresponde a $908.526, y el presupuesto necesario para una vida medianamente digna, es de aproximadamente $2’300.000. Esto significa, que quienes tengan un salario mínimo, ganan mucho menos de lo que necesitan para vivir y para acceder a sus necesidades básicas, como la alimentación, los gastos del hogar, el estudio, entre otros. Mientras los precios de la comida aumentan en los supermercados, el salario sigue igual de reprochable, y por ende, en un país donde el 30% de la población no tiene acceso a 3 comidas al día, se incrementa este porcentaje de personas sin la capacidad económica de acceder a la alimentación regular, acrecentando está necesidad básica de alimentación, por factores de tipo económico.
En base a lo anterior, podemos plantearnos escenarios muy parecidos con diferentes carencias básicas, como la salud y la educación, en dónde juegan un papel importante los sectores públicos y privados. Al hacer algo privado, lo convertimos en un servicio, y siempre que se adquiere un servicio, como consumidores pagamos con la intención de tener una garantía de calidad, de esta manera, con la privatización de la educación y la salud, se cae en el estigma de que lo que involucra un dinero garantiza ser mejor. Y no solo eso, a raíz de la corrupción y el mal manejo de los valores monetarios destinados a la educación y la salud de nuestro país, cada vez las necesidades que se encarga de cubrir el estado en el sector público son decadentes. Mientras más personas hayan con un sistema de salud pobre, la falta de algo tan necesariamente básico, como la salud de calidad y accesible, incrementa, y de esta manera, evidenciamos la forma en que la corrupción, la estigmatización, y la economía, conllevan muchas veces a la intensificación de las necesidades de la población.
No solo la estadística me permite como persona llegar a este tipo de conclusiones, sino que el conocimiento de mi entorno socioeconómico me ha posicionado cara a cara con las limitaciones y desigualdades que deterioran las capacidades para adquirir las necesidades de la población colombiana, desde mi propio hogar. Al tener la oportunidad de conocer el funcionamiento sociocultural de los estratos socioeconómico, mediante personas que conforman mi círculo familiar y amistoso, he podido experimentar y reconocer las diversidades y la transformación de menesteres en privilegios, como ejemplo tenemos la movilidad, que se acopla al bolsillo de la persona que la requiere. Una persona sin el dinero suficiente para la compra de un automóvil o una moto, se ve obligado a movilizarse por la ciudad en el transporte público, mientras que alguien con los ingresos altos, suficientes para comprar el auto de la mejor marca y del último modelo, suple esta misma necesidad de movilidad de una manera diferente, en dónde interfieren sus ventajas socioeconómicas, y transforman la necesidad básica y el derecho de la movilidad en un bien, en un beneficio que involucra cuestiones de privilegio. Este factor, no solo interviene con aspectos como el medio por el que nos movemos alrededor de la ciudad, sino también con los servicios salud que adquirimos, los alimentos que consumimos, y la educación que recibimos.
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