ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Desafios De La Educación En El Siglo XXI


Enviado por   •  23 de Agosto de 2012  •  3.845 Palabras (16 Páginas)  •  1.036 Visitas

Página 1 de 16

Introducción

La educación es tan antigua como la historia de la humanidad, cada generación trata de transmitir sus experiencias, habilidades, conocimientos y creencias a través de la familia y el entorno social, pero en todas las civilizaciones importantes existe la educación formal que busca una transmisión más efectiva y es ahí donde el docente hace acto de presencia, y es quien ha creado diversos tipos de enseñanza y aprendizaje, a continuación hablaremos sobre los desafíos que encuentran los docentes en este siglo XXI.

Los desafíos de la educación en el siglo XXI

El siglo XX - XXI se ha caracterizado no sólo por los cambios sino por la velocidad de los mismos. En cierto sentido, estos cambios son responsables y, al mismo tiempo, consecuencias de lo que podríamos llamar "la cuestión educativa". Esto es, la educación convertida en objeto de discusión, revisión y crítica constante; la educación como problema social central. En segundo lugar, trataremos de delinear los rasgos que pensamos deberán caracterizar a la educación que proponemos como desafío para el siglo XXI.

Ahora bien, de la diversidad de procesos que caracterizan y hacen tan complejo “nuestro mundo” nos interesa destacar la democratización, la globalización y, aunque parezca contradictorio, la desigualdad.

Es muy significativo el valor que toma la participación de un ciudadano en la sociedad. “El valor de la participación se asienta en tres cuestiones fundamentales. En primer lugar, se apoya en una concepción de la sociedad como una construcción de hombres libres, con derecho a intervenir en los procesos en los cuales se toman las decisiones que de un modo u otro afectan su vida. (...) En segundo lugar, destaca la necesidad de contar con el compromiso de los actores para poder llevar adelante cualquier programa o proyecto institucional (...) En tercer lugar, resalta la necesaria contribución a la construcción de un régimen democrático.”(3)

En un sistema que atribuye una significación fundamental a la participación, y que espera que la participación sea posible para todos, se exige un ciudadano educado y esto supone que la educación también sea para todos. "(...) El principal aporte de los sistemas educativos a la gobernabilidad democrática está vinculado a su capacidad de brindar sin exclusiones las competencias necesarias para el ejercicio de una ciudadanía integral. Ello implica la elaboración de políticas educativas tendientes a dotar a los futuros ciudadanos de las condiciones requeridas para pugnar por una participación plena tanto en el mundo de la política como en el del trabajo y los derechos sociales."(4)

Es decir, el papel que desempeña el sistema educativo en un gobierno democrático como el de nuestro país es sumamente importante y cumple un papel esencial en la formación del ciudadano y la del futuro.

Otra de las características que decidimos destacar es la del contexto globalizado. La globalización ha provocado cambios sociales, económicos, culturales, comunicacionales y educativos. Como preocupación frente a estos cambios, cuya importancia no discutimos, es que, en general, se han visto signados por la prioridad de lo económico frente a lo político y por supuesto, como consecuencia, también frente a lo educativo. Las consecuencias que ha generado este proceso de desplazamiento de lo político a favor de lo económico han resultado, en su mayoría, negativas, y además, muy difíciles de manejar, sobre todo en los países más débiles. La educación y la escuela en particular deben responder en el siglo XXI a este desafío. Para ello, creemos que la primera condición es asumir la realidad y desde allí recrear la política educativa.

En relación a la desigualdad, recordamos que la mayoría de países de América Latina del siglo XXI están sumergidos en un proceso de desigualdad importante y cuya consecuencia es el alto índice de pobreza, marginalidad e indigencia. Esta tendencia -creemos- no es ajena a la educación ya que es un factor de movilidad social ascendente, además, se ha constituido en uno de los campos en los que más se nota la brecha ya que se ve atravesado por abismales desigualdades: entre provincias ricas y provincias pobres, escuelas públicas mejor dotadas y escuelas carenciadas, escuelas privadas más modernas y avanzadas y establecimientos privados quedados en el tiempo, zonas de las provincias en donde una parte de la población es rica y la otra, pobre. Así, los contenidos de la educación, el trato que se recibe, la infraestructura y los materiales que se utilizan, todo es diferente entre los dos tipos de escuelas existentes. Sin duda, se trata de diferencias que no enriquecen sino que empobrecen, que no permiten crecer a cada hombre como persona en su dimensión individual y social. Son las diferencias que generan y profundizan la discriminación, la desigualdad, la marginalidad, situaciones todas que, como sabemos, se reproducen en el círculo vicioso de la pobreza y la marginalidad. Estos rasgos de nuestra escuela hoy nos parecen incompatibles con nuestra propuesta para el siglo XXI.

Sin embargo, para evitar una mirada reductora y con el fin de entender un poco más las características de nuestro ámbito, diremos que las mismas no son siempre desfavorables, sino que todo depende de la perspectiva desde la que las analicemos. Si observáramos la evolución de las ciencias y las tecnologías, no podríamos negar su desarrollo vertiginoso y sus múltiples consecuencias tanto favorables como desfavorables. Esto puede ser estudiado desde las posibilidades de la comunicación, la salud, el medio ambiente, lo urbano o lo rural. Todo depende de la perspectiva de análisis.

Frente a estas condiciones, que son las que caracterizan a nuestro mundo, tan cambiantes, tan diversas, a veces contrapuestas, proponemos subrayar lo más simple y esencial: la identidad del alumno. Quisiéramos que cada niño, cada joven argentino, cualquiera sea la provincia que habite y la institución a la que concurra pueda sentir que es parte de una sola educación y de este modo, de una sola nación, de un mismo país. Sin duda, esto no es tarea fácil. Primero, tendría que cambiar el sentido de la política, para que la educación sea un objetivo fundamental; y luego, la política educativa; finalmente, la micro política-educativa que es en la que se juega, dentro del aula, la acción educativa. Repetimos: no es fácil, pero tampoco es una tarea difícil. Si cada político antepone el bien del país al suyo propio; si cada escuela aporta su “granito de arena”; si la familia

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (23.6 Kb)  
Leer 15 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com