La Educacion Moderna Y Postmoderna
Dorys19562 de Noviembre de 2012
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DESARROLLO
1.1 La Educación Mundial en la Modernidad y Postmodernidad
La escuela moderna descartó y canceló la subjetividad de los maestros, convirtiéndolos en máquinas reproductoras del conocimiento. La vida no entró en la escuela. Por ello es indispensable construir política, sociológica, psicológicamente y pedagógicamente un nuevo paradigma educativo que desde la vida cotidiana transforme la escuela como un centro luminoso de vida, de comprensión y entendimiento.
Dentro de las ideologías conservadoras y las revolucionarias, dentro del concepto de la modernidad, que predominaron en el siglo XX como las que siguen predominando en este nuevo siglo, han declarado como premisa filosófica política que la educación es un factor de desarrollo social. En términos causales se podría enunciar esa premisa de la siguiente manera: A mayor educación (la causa) mayor bienestar social, institucional y personal (efectos).
1.1.1 Modernidad
En este sentido, se tiene que el modernismo surge con el objetivo de generar un cambio ontológico del modo de regulación de la reproducción social basado en una transformación del sentido temporal de la legitimidad. En el mismo se da como la posibilidad política reflexiva de cambiar las reglas del juego de la vida social, gracias a unas condiciones históricas materiales que permiten pensar la emancipación conjunta de las tradiciones, las doctrinas o las ideologías heredadas, y no problematizadas por una cultura tradicional.
En cuanto al sector educación, de acuerdo a Navarro (2011), sostiene que:
Aunque la educación es un campo en el que siempre falta mucho por hacer, es a la vez un tópico sobre el cual casi no queda nada por decir. Perfectamente podrían calificarse las reformas educativas como fenómenos fundamentalmente retóricos. Los reformadores y teóricos del currículum, parece, son mucho mejores para cambiar la forma en que se habla que en, efectivamente, cambiar la forma en que se hacen las cosas. (p. 32)
Por lo tanto, en opinión de la investigadora, las cuestiones más claras, tanto para el administrador educativo como para el investigador de la educación y los docentes que de buena fe se involucran en las reformas impuestas desde arriba casi siempre. Si bien raramente los resultados son los esperados, por lo menos con cada reforma cambia la manera en que se trata de la educación. Nuevas palabras aparecen en el vocabulario oficial y cada nuevo régimen sexenal acuña sus nuevos lemas, sus nuevos términos y su renovado lenguaje.
Es importante considerar, entonces las reformas como fenómenos discursivos, no es de ninguna manera, una banalidad. Lo que se esta mostrando, por el contrario, es el poder social del lenguaje y si después de tantos años de reformas, los problemas sociales, económicos y educativos persisten.
En ese marco, y de acuerdo a lo anteriormente analizado, se evidencia la manera cómo el pensamiento modernista, la metáfora Newtoniana han permeado el pensamiento organizacional y educativo en Venezuela. Este enfoque considera las continuas y recurrentes frustraciones que las reformas educativas parecen no haber solucionado. Una tesis que se aventura aquí trata de mostrar que las reformas no han rebasado el paradigma eficientista de la racionalidad técnica en la definición de los fines sociales, naturaleza y funcionamiento de las instituciones educativas.
De particular interés resulta reflexionar sobre una de las recurrencias que han orientado las reformas recientes de la educación mundial y parecen ser la tónica dominante en los discursos actuales sobre el advenimiento del siglo XXI: la modernidad y su fe en la ciencia y la tecnología como destino inevitable del bienestar de la humanidad. Refiere al respecto Navarro (2011): “Esta idea, que se encuentra generalmente como supuesto no examinado en documentos y declaraciones, forma parte de las creencias, supuestos y sentido común de los deseos de la mayoría de los políticos, economistas y educadores.” (p. 45) Es decir, la crítica al pensamiento modernizador, particularmente dentro de la educación, ofrece muchas posibilidades, dadas las conexiones que desde la educación pueden establecerse con campos tan complejos como la filosofía, la sociología, o la economía por mencionar algunos.
De igual forma, se observa que las organizaciones han generado desde la crítica al paradigma modernista aborda la concepción objetivista y cientificista de la filosofía positivista y el estructural-funcionalismo sociológico que han dominado el pensamiento sobre las organizaciones. Al respecto González (1990) menciona que:
El sustento cosmológico de estas corrientes de pensamiento es el paradigma Newtoniano del universo, conocido como la metáfora mecanicista por entender al universo como una máquina y presupone que el todo es la suma de sus partes y que las partes pueden ser conocidas y comprendidas en su propia existencia con una dinámica que le es propia.” (p. 34)
En consecuencia, el todo es siempre la acumulación de las partes y para entender el todo lo que se requiere es entender a las partes. La idea del movimiento y la energía en el paradigma Newtoniano se comprende siempre como una propiedad de la materia y nunca a la inversa. La herencia de esta concepción es el pensamiento racionalista occidental que permea la concepción de las cosas y, del interés particularmente, en las organizaciones educativas.
1.1.2 Postmodernidad
La idea de la postmodernidad hace referencia en primer lugar y más que a ninguna otra cosa, a la aceptación de la pluralidad del mundo, que no es una mera parada temporal en el camino hacia una perfección todavía por alcanzar, sino todo un elemento constitutivo de la existencia. La postmodernidad invierte los signos o valores centrales de la modernidad, como el de la uniformidad o el universalismo.
Por lo tanto, al abordar la cuestión postmodernidad dentro del contexto de la educación se evidencian las tareas pendientes que el Estado y la sociedad tienen respecto a la necesidad de crear condiciones educativas que transformen de manera sustantiva el mundo en que vive la sociedad.
Por consiguiente, el momento histórico por el cual atraviesa la humanidad es de gran significado para el hombre actual, la transición entre dos períodos, uno que esta llegando a su fin (modernidad) y otro que se inicia (postmodernidad). trae asociados cambios fundamentales en el plano político, económico, social, cultural, educacional, etc. Esta culminación e iniciación de un nuevo tiempo requiere un cambio paradigmático en la vida del hombre.
En este sentido, la educación ahora más que nunca tiene un papel importante que jugar a fin de transformar el modo de pensar y de actuar y de afrontar la complejidad progresiva, la vertiginosidad de los cambios culturales, políticos, sociales, económicos, tecnológicos y comunicacionales que se van produciendo actualmente a nivel mundial.
Al respecto, Melero de la Torre (2008), sostiene que:
La educación es un factor decisivo en la construcción de una visión y una práctica que descubra lo que hay de oportunidad en la postmodernidad y lo que radicalmente deberá ser superado. Nuevas políticas educativas, nuevos programas y proyectos, nuevos sujetos, nuevas relaciones, nueva sociedad para que demanda un futuro justo, comprometido y solidario. (p. 21)
Por tal motivo, la educación es una mediación importante pero no la única para afectar la organización y relación asimétrica existente en el mundo. Desde ahí, se impone el desarrollo de procesos que formen para aprender a establecer alianzas, a formar redes reflexivas – críticas que se mantengan alerta ante las acciones de los Estados.
Desde el punto de vista de la filosofía política, la postmodernidad significa abandonar el proyecto ilustrado de fundamentar los primeros principios del orden social. La crítica postmoderna debe estar dirigida al universalismo abstracto y más concretamente contra la concepción abstracta y universal del ser humano que viene asociadas con los principios de la democracia liberal.
Romanovich (2000), sostiene que: “La vigencia de la postmodernidad dentro ámbito educativo mundial, en la medida en que la modernidad ha sido superada, por lo menos, en algunas de sus condiciones substanciales, sostiene que la crisis actual de la concepción de la historia.” (p. 12). Es decir, entendida como proceso unitario ya no prevalece, pues existen imágenes del pasado propuestas desde diversos puntos de vista, la vigencia de la postmodernidad en la medida en que la modernidad ha sido superada, por lo menos, en algunas de sus condiciones substanciales.
Por consiguiente, es imposible definir el fenómeno postmoderno, ya que la dificultad de su definición radica en su reciente aparición y en la dispersión y diversidad de formas y facetas; la dificultad es mayor al intentar catalogar las distintas corrientes de pensamiento actuales en una sociedad como la nuestra. No obstante, a pesar de las dificultades que hacen complejo el tema la Postmodernidad se relaciona con la Modernidad.
Desde el punto de vista de Mclaren (2004), refiere que: “La postmodernidad ha generado y continúa fomentando sus valores culturales que con la pretensión de endoculturación o incorporación de las personas a dicha cultura, hace difícil el entendimiento entre adultos y jóvenes.” (p. 54) Es decir, la cultura al igual que la educación siempre estará sometida a un permanente cambio.
Es por lo que, en opinión de la investigadora el fundamento en unos u otros valores hace imposible la pluralidad de
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