La Mujer En El Mercado Laboral
Pameliitah_GTS9 de Julio de 2015
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Las mujeres en el Mercado Laboral y la gestión
La integración de las mujeres en el mundo laboral ha sido uno de los cambios más significativos de la segunda mitad del siglo XX. En la actualidad, las mujeres son cada vez más activas, y su grado de escolaridad ha aumentado, ya que dedican más tiempo a la educación y logran el éxito con grandes esfuerzos. El mercado laboral es cada vez más mixto y las diferencias en el ámbito laboral se reducen en forma progresiva. Hoy en día, las mujeres tienen acceso a todo tipo de información y pueden aspirar a todos los puestos. Legalmente, en empleos iguales, ganan salarios iguales. Para comprender las diferencias entre géneros, hay que tener en cuenta la evolución de los últimos decenios.
PRINCIPALES TRANSFORMACIONES: En todo el mundo, las mujeres son cada vez más activas. Algunas de las transformaciones que explican esta evolución son un mayor grado de escolarización, disminución del índice de natalidad, tercerización del mercado laboral y los cambios en la reacción con el empleo.
MAYOR ESCOLARIZACION: El incremento de la escolarización contribuyo a la igualdad en las posibilidades de acceso al trabajo. Las mujeres le dedican más años a la formación académica. Desde los años ochenta, asisten a la universidad y hoy sobrepasan en proporción a los hombres. Las mujeres más escolarizadas son las noruegas, españolas, canadienses y neozelandesas. Las carreras que llegan a escoger siguen concentrándose en campos que han sido femeninos, como la educación, ciencias biológicas y salud, empleos de oficina y artes. En las universidades, las mujeres están inscritas en ciencias humanas, educación, salud y letras; con poco presencia en la informática, ingenierías y ciencias físicas.
LA TERCIARIZACION Y LA FLEXIBILIDAD DEL MERCADO LABORAL: En especial algo que se refiere al incremento de los empleos de medio tiempo. En las últimas décadas, el mercado laboral ha tenido gran desarrollo en el sector de los servicios. La tercerización del empleo explica el aumento del número de mujeres en el mercado laboral, y la mayoría de loa empleos ocupados por las mujeres se encuentra en este sector. El crecimiento de este sector es el responsable de la diferencia en las condiciones de trabajo en los hombres y mujeres. Este sector ofrece una gran variedad de posibilidades de empleo y se localizan los empleos atípicos y temporales, ya que brindan menos seguridad laboral y remuneración inferior. El aumento de las exigencias de flexibilidad del mercado laboral, incrementos de empleos de tiempo parcial y trabajo autónomo, constituyen transformaciones estructurales que explican presencia creciente de las mujeres en el mercado laboral.
LA FECUNDIDAD Y LA CONTINUIDAD PROFESIONAL: El cambio de actitud de las mujeres frente al trabajo es una explicación parcial de la feminización progresiva de la población activa. Esto es resultado de muchos factores culturales y sociales, como la reducción del índice de natalidad y continuidad profesional. La continuidad profesional es un cambio social que tiene impacto significativo en la actividad profesional de las mujeres. Los periodos donde ellas dejan el mercado laboral para dar a luz y cuidar a sus hijos son cada vez más cortos. Cada vez más, viven la maternidad y el empleo simultáneamente y no en alternancia. Las madres están ocupadas y no es necesario que interrumpan sus actividades profesionales cuando tienen sus hijos. Entre más activas son las mujeres menos hijos tienen. Pues las mujeres eligen estudios que requieren más años, porque solo un salario para el hogar no es suficiente, pues las concepciones en el papel social y la autonomía financiera cambian, es decir, porque las mujeres son cada vez más activas, las parejas deciden postergar la llegada del primer hijo. El índice a la natalidad muestra una tendencia a la baja, pero esto es menos evidente en los años ochenta. Si observamos a los países miembros de la OCDE, pues los países donde las mujeres son más activas presentan tasas de fecundidad elevada, pero otros países donde las mujeres son menos activas tienen tasas de fecundidad inferiores. En lo que se refiere al apoyo que el Estado brinda a las familias, los servicios de guardería, subsidios a los padres, leyes que rigen licencias parentales, facilidades propuestas por empresas y todo lo relacionado con la conciliación entre trabajo y familia. La intervención del Estado tiene un impacto significativo en los índices de natalidad, en la conciliación entre trabajo ni familia, en la inserción profesional de las mujeres. Un estudio publicado por la OCDE en 2003 demostró que para las japonesas y las irlandesas es difícil conciliar familia y trabajo la explicación extraía en los diferentes programas institucionales de apoyo a las familias en cada uno de los países. En Japón, las políticas gubernamentales y prácticas patronales son motivo muy poderoso para que las mujeres que tienen hijos decidan abandonar su vida profesional. El modelo japonés de implicación profesional, que se mide por el tiempo que los empleados y ejecutivos dedican a las empresas, contribuye a que el número de horas que trabajan los japoneses sea uno de los más altos. Solo funciona porque las responsabilidades familiares y de cuidado de hijos recaen en las mujeres. Casi el 70% de japonesas salen del mercado laboral cuando tienen un hijo, y si regresan lo hacen con inestabilidad y en malas condiciones de trabajo. Otro ejemplo es el cuidado de los niños en Irlanda, pues es una costumbre que los familiares y amigos se encarguen del cuidado de los hijos de las mujeres que trabajan. Pero la falta de apoyo a las familias por parte del Estado hace que la presencia de las mujeres en el mercado laboral sea más lenta, pues no hay mujeres irlandesas en el mercado laboral. Estudios en Estados Unidos, demostraron que hay una fuerte relación entre la existencia de subsidios familiares para pagar por el cuidado de los niños y participación femenina en el mercado laboral. Las disposiciones legales conciernen a la igualdad entre hombres y mujeres, pero en el plano profesional, no son las mismas en todos los países. En Irlanda y Japón, corroboran la importancia del papel de la organización institucional de un país, en el mercado laboral y el papel que cumplen las instituciones responsables del apoyo a las familias para aumentar la presencia de las mujeres en el mercado laboral, tasa de natalidad y continuidad profesional.
PERSISTENCIA DE LAS DESIGUALDADES: Aun existen diferencias importantes en los salarios, división sexual del trabajo, condiciones laborales y tipo de empleos desempeñados. Algunas desigualdades se reducen, otras se transforman y se reproducen. De otra manera, las desigualdades no desaparecen, se transforman.
AL TRABAJO IGUAL, SALARIO IGUAL: La diferencia entre los salarios de los hombres y de las mujeres se ha reducido. En los países industrializados siguen existiendo un desequilibrio considerable. Los salarios de las mujeres siguen siendo inferior al de los hombres. Esta diferencia representa el 84% del salario de los hombres, esto se puede atribuir a la elección de carrera, experiencia laboral o características de empleos ocupados, situación familiar o diferencias en las calificaciones. Las diferencias en las remuneraciones profesionales por la segregación de empleos: las mujeres y hombres no hacen los mismos trabajos, y todos los empleos no ofrecen ni las mismas condiciones ni las mismas posibilidades. Trabajar en mayor medida en una industria, en sectores privado o público, en empresas grandes o pequeñas, o el ocupar ciertas categorías profesionales tiene un impacto en las características de los empleos ocupados y en la remuneración. Ciertos empleos son más valorados que otros, los empleos ocupados por mujeres no son los mejores remunerados n los que ofrecen las mejores condiciones laborales. Los empleos femeninos siguen siendo subvalorados en el aspecto salarial. La ley sobre la equidad salarial adoptada en Quebec en 1996, busca eliminar las diferencias entre el valor que se confiere a los empleos femeninos por tradición y aquel que se otorga a los tradicionalmente masculinos. El salario medio entre hombres y mujeres jóvenes hoy, es más bajo que el de la generación anterior. Si consideramos los jóvenes universitarios que acaban de integrarse al mercado laboral, dos años después de obtener su diploma, los jóvenes no ganan el mismo salario. Los hombres y mujeres no ocupan los mismos puestos y no tienen las mismas responsabilidades. Por otro lado, las carreras de los hombres y mujeres no avanzan al mismo ritmo. Un estudio llevado en Estados Unidos en 2004, entre egresados de la Maestría en Administración de Negocios, los hombres esperaba una remuneración de 89.933 dólares, mientras que las mujeres esperaban una de 81.962 dólares o 9% menos que los hombres. Entre más experiencia adquieren, mayor es la diferencia en las expectativas salariales. Las diferencias de capital humano es un argumento central para explicar las desigualdades salariales. Estas se explican en las diferencias en las características “productivas” de los individuos, y por el hecho de que la formación y experiencia profesional no son equivalentes. La teoría del capital humano, dice que en el mercado laboral hay empleados y trabajadores actúan como agentes racionales UE buscan maximizar su utilidad. Las decisiones profesionales, se toman en función de la optimización de los ingresos, teniendo en cuenta las preferencias de los individuos, obligaciones y capacidades. Los empleadores buscan maximizar sus utilidades y siempre contratan pensando en minimizar sus costos. Las desigualdades se reducen de ahora en adelante, las mujeres que tendrán la misma formación y el mismo tiempo de escolarización. Las mujeres tienen mayor riesgo de interrumpir
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