LA MUJER COREANA Y SU PROGRESIVO INGRESO AL MERCADO LABORAL
Gyan GaliSíntesis13 de Junio de 2019
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LA MUJER COREANA Y SU PROGRESIVO INGRESO AL MERCADO LABORAL.
Introducción
La historia del trabajo, la clase obrera y las relaciones obrero-patronales, son temas por los que desde hace ya varios años he tenido gran interés. Con las aproximaciones que he experimentado en torno a la historia y desarrollo político-económico de los países al Este de Asia -China, Corea y Japón-, por medio del Diplomado de Estudios sobre Asia, formular cuestionamientos referentes a las clases trabajadoras de éstos países, ha sido inevitable; concretamente en la inserción de las mujeres Coreanas al mercado laboral.
Para iniciar con el planteamiento de éste ensayo en torno a la cuestión principal y de modo que el lector pueda comprender el hilo de razonamiento que me ha conducido a dicho cuestionamiento, he considerado pertinente en primer lugar introducirnos brevemente al proceso seguido por las trabajadoras mexicanas en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del siglo XX, de modo que sea más comprensible mi interés en las trabajadoras de la República de Corea.
En México el ingreso de las mujeres al medio laboral, inició en las industrias textiles y tabacaleras que proliferaron hacia 1880, como consecuencia del crecimiento de la industria nacional mexicana, impulsada por la expansión del sistema ferroviario, la actividad bancaria , así como la inversión nacional y extranjera.
La transformación industrial tuvo gran impacto social; es en la Ciudad de México donde he podido estudiar con mayor claridad las transformaciones que siguieron a la industrialización, pues desde 1880 y hasta la primera década del siglo XX diversas fábricas fueron instaladas en el centro de la ciudad. Éstos talleres, manufacturas y fábricas[1] dieron a las mujeres nuevos empleos, nuevos espacios de convivencia y movilidad dentro de la ciudad.
Cuando las mujeres ocuparon los nuevos nichos de oportunidad en las fabricas, otros conflictos surgieron, entre ellos; la causa de la "natural" vulnerabilidad de las mujeres, la honra y la moral sexual; así como los conflictos obrero - patronales por salarios, cuotas y jornadas de trabajo.
La respuesta que dieron las obreras a las críticas sociales y a las presiones laborales de sus patrones, no sólo fueron el reflejo de una clase media con gran necesidad económica, sino que también fueron reflejo de un progresivo cambio de mentalidad y una autovaloración del trabajo que las obreras realizaban.
La diversidad de mujeres que se contrataban en las fábricas, variaba de acuerdo a su estado civil y situación económica. Algunas eran madres de familia, viudas, o esposas que al sufrir el desempleo, la invalidez o la ausencia del esposo, recaía en ellas procurar el sustento familiar[2]. Otro grupo de mujeres trabajadoras estaba conformado por hijas mayores de edad o mujeres solteras[3] que habían quedado solas y de algún modo debían hacerse de los medios para subsistir.
Es a razón del proceso histórico que experimentaron las mujeres mexicanas para ingresar al medio laboral, esbozado de forma muy general, que surgieron las siguientes interrogantes en torno a Corea y sus mujeres; Siendo Corea del Sur, un país que tuvo que superar distintos procesos bélicos consecutivos como la Segunda Guerra Mundial (1945), hecho que marcó el fin del colonialismo japonés; la Guerra de las dos Coreas (1950-1953) cuya consecuencia fue la división político-territorial de la península, así como su recuperación económica, mediante una rápida industrialización.
Y que además, tras la Guerra de las dos Coreas, aproximadamente tres millones de Coreanos, hombres en su mayoría, fueron muertos, heridos, o desaparecidos. [4]
- ¿Qué elementos económico-sociales fueron los que impulsaron y limitaron el ingreso de las mujeres en el medio laboral?.
- Una vez que las mujeres coreanas ingresaron al mundo laboral, ¿Qué nichos de oportunidad ocuparon?
Para responder ésta pregunta, he discernido hasta ahora dos constantes de gran importancia en la determinación del rol social de la mujer coreana:
- El Confucianismo, no como religión sino, como parte de las normas básicas de comportamiento del sistema patriarcal coreano, mismas que, hasta nuestros días son determinantes en las acciones que colectividad realiza, incluyendo a las mujeres.
- La Educación, como un elemento de empoderamiento y oportunidad de independencia social para las mujeres.
Las condiciones sociales que determinan a la mujer mexicana y coreanas, son muy distintas; por tanto, he decidido no hacer un estudio comparativo; ya que la temporalidad y contexto social en que se desarrollan las mujeres coreanas al ingresar al entorno laboral, no son similares a los que experimentaron las mujeres mexicanas. Y como expliqué al inicio de la introducción, hago mención de las mujeres trabajadoras mexicanas, sólo para explicar el razonamiento que me llevó al desarrollo de éste ensayo.
Entrando en materia, primero desarrollaré la relación de las mujeres con la doctrina confuciana y la educación; de modo que posteriormente pueda explicar mejor el progresivo ingreso de la mujer coreana al medio laboral y el modo en que se desenvuelve en él.
Confucianismo y las mujeres coreanas
Para poder comprender la forma en que las mujeres coreanas se han ido insertando progresivamente en el medio laboral, es necesario considerar que el confucianismo ha conducido los roles sociales de la sociedad coreana por varios siglos[5].
Desde la introducción de la filosofía confuciana en Corea, pasando por el colonialismo japonés, su posterior liberación y hasta la actualidad, las características de los roles sociales han sufrido importantes cambios[6], sinn embargo, a continuación contextualizaré el rol social que debían desempeñar las mujeres coreanas hasta antes de la ocupación japonesa.
La dinastía Choson [7] ó dinastía Yi,[8] se mantuvo en el poder desde 1392 a 1910, durante este periodo la sociedad estuvo regida bajo un modelo patriarcal en el que las mujeres tuvieron poco o nulo reconocimiento.
Durante la dinastía Yi, la sociedad estaba dividida en 3 estratos sociales principales. La clase yangbang[9], estaba conformada por los integrantes civiles y militares de la burocracia, quienes además eran la clase terrateniente.
El siguiente estrato lo conforman los plebeyos, campesinos encargados de la producción de de alimentos y diversos bienes; por debajo de ellos, se encontraban los de clase baja, ch´onmin, en su mayoría esclavos de los gobernantes y la clase yangbang.
Las mujeres de la clase Yangbang gozaban de ciertas ventajas sobre el trabajo doméstico y familiar sobre las clases inferiores, sin embargo, su vida era de mayor confinamiento que las de otras mujeres.
En el periodo temprano de la dinastía Yi, las mujeres gozaban de mayores libertades ,mismas que, poco a poco fueron restringidas por considerarse que su participación en dichas actividades no eran propias de la doctrina confuciana.
Poco a poco se alentó a las mujeres a retomar de manera más estricta las virtudes confucianas, mediante la publicación de un libro guía para el correcto comportamiento llamado Los tres principios de una conducta virtuosa[10]. Algunas de las actividades prohibidas fueron cierto tipo de deportes, recepciones en montañas, ríos o lugares abiertos; también se les prohibió salir de sus casas e incluso pasear en sus jardines, más que recibir o despedir familiares. Las pocas ocasiones que se les permitía salir de casa, debían llevar sus rostros cubiertos con velos, sin importar su clase social.
La presencia social de las mujeres fue mínima[11], de modo que muy pocas veces se conoce el nombre de ellas, ya que su representación giraba en torno a las figuras masculinas en su vida y al ser referidas en documentos en su juventud se les mencionaba como "la hija de..."; al casarse "la esposa de..."; y en su vejez o viudez "la madre de....".
Las mujeres de clases inferiores, las plebeyas, aunque no poseían comodidades materiales de la misma forma que las de la clase yangbang, participaban de forma más activa en la sociedad ya que debían ayudar a la economía doméstica mediante labores que en ocasiones les requería salir de casa, librándolas parcialmente del confinamiento que dictaba la doctrina confuciana. Este tipo de comportamiento se mantuvo casi inamovible hasta antes del colonialismo japonés.
Las principales características del rol de las mujeres en la sociedad coreana hasta antes de la colonización japonesa eran las siguientes:
- De acuerdo a la filosofía confuciana, se consideraba natural y virtuoso para la mujer, obedecer de manera consecutiva a tres hombres en su vida; a su padre hasta su casamiento, su esposo durante el matrimonio y a su hijo después de la muerte de su padre.[12]
- La participación social de las mujeres, estaba limitado a las labores domésticas, entre ellas: el cuidado de los hijos, proveer cuidados y atención a su esposo, así como a los padres de éste. Tarea que no concluía con la muerte de los suegros, sino que la labor debía continuar mediante los rituales de honra para los ancestros de la familia[13].
En la familia tradicional coreana, se impulsaba las mujeres a aprender a escribir y conocer sobre cultura general, más no a desarrollar habilidades ocupacionales; Y al contrario de los hombres, cuyo status familiar era prácticamente otorgado como un derecho y obligación de nacimiento, el Status de las mujeres dentro de la familia debía ganarse. El medio para obtener status en la familia de su cónyuge al casarse primordialmente consistía en dar luz a un hijo varón y de manera secundaria ser obedientes y serviciales en la familia.
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