La violencia como punto critico de estudio

             Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda.[pic 1]

Área Ciencias de la salud.

Programa Medicina.

   Unidad Curricular: Trabajo Comunitario IV.

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Las causas que originan y perpetúan la violencia son múltiples. La desigualdad social, el desempleo, la precariedad económica y la exclusión son factores determinantes que favorecen un ambiente propicio para las agresiones. Cuando una sociedad se caracteriza por profundas divisiones sociales y falta de oportunidades, las tensiones aumentan y se crean escenarios de desesperanza y frustración que pueden derivar en violencia. A esto se suma la debilidad de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad y la justicia, cuyo mal funcionamiento genera impunidad y desconfianza en las autoridades.

Partiendo del concepto de violencia que facilita la OMS en el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud, publicado en 2002 (1) "La violencia es el uso intencional de la fuerza física o el poder real o como amenaza contra uno mismo, una persona, grupo o comunidad que tiene como resultado la probabilidad de daño psicológico, lesiones, la muerte, privación o mal desarrollo" se puede identificar de forma clara la complejidad en dicha palabra ya que va mucho más allá de lo que se conoce vulgarmente.

En el núcleo de la violencia se encuentran las predisposiciones individuales, una amalgama de la biología y la psicología. Si bien no hay un "gen de la violencia" que condene a un individuo, ciertas inclinaciones genéticas pueden influir en el temperamento, la impulsividad o la forma en que el cerebro procesa las emociones. Desequilibrios neurobiológicos, como los que afectan la regulación de impulsos o la empatía, pueden jugar un rol, aunque nunca de forma aislada; siempre interactúan con el entorno.

Asi    mismo, los conflictos políticos y sociales, los enfrentamientos ideológicos y la crisis de valores éticos también contribuyen al incremento de conductas violentas. En algunas sociedades donde el deterioro económico y la inestabilidad institucional son parte del día a día, se registran altos índices de violencia en todas sus formas, afectando no solo a los sectores más vulnerables sino también a la población en general, que vive expuesta a situaciones de inseguridad, abuso y violación de sus derechos fundamentales.

Es indispensable evidenciar, que la violencia se manifiesta de muchas formas, entre las cuales se encuentran la  interpersonal donde el violento y el violentado son la misma persona, siendo esta una de las violencias más complejas y más difíciles de identificar, o también yendo dirigida desde una persona a otra donde el violento y el violentado no son la misma persona generando un grado de deterioro social por más de una persona, siendo esta última una de las ramificadas, ya que se puede dar en diferentes ámbitos de interés como lo son el trabajo, el colegio, la universidad o de forma comunal.

La violencia como herramienta se ve de muchas formas, entre las más comunes podemos encontrar la violencia de género, la misma es un concepto entro muy amplio que abarca cualquier tipo de abuso que violente la integridad del individuo basado en su género, cómo por ejemplo la violencia sexual, en la cual la víctima se ve sometida por actos de coacción o amenazas a realizar cualquier tipo de actividad sexual en contra de su voluntad. En otro sentido también podemos encontrar violencia de índole familiar y social en las cuales se mantiene una relación que causa entre los individuos que termina generando irregularidades en los mismos, cómo lo son la violencia económica, descrita como la privación de una economía propia, hasta la violencia laboral, en la cuál se utilizan los rangos jerárquicos como base para someter a la víctima a distintos tipos de abuso, acoso y/u hostigamiento.

Las consecuencias de la violencia son devastadoras. A nivel personal, deja secuelas físicas, emocionales y psicológicas que pueden durar toda la vida. Las personas violentadas suelen presentar cuadros de depresión, ansiedad, estrés postraumático y pérdida de confianza en su entorno. En el plano familiar, la violencia destruye relaciones afectivas, fomenta entornos tóxicos y perpetúa ciclos de agresión intergeneracional. Cuando un niño crece en un ambiente violento, es más probable que reproduzca esos patrones en su vida adulta, creando así una cadena difícil de romper.

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