Literatura Mexicana del siglo XIX Ensayo Final

Literatura Mexicana del siglo XIX

Ensayo Final

¿Cómo se relaciona la participación del personaje del diablo en las obras del siglo XIX del país: El fistol del diablo, y El diablo en México?

 ¿Y qué relación tienen con las obras europeas?

Raúl Ricardo Góngora Cárdenas

Universidad Autónoma de Yucatán

Campus De Ciencias Antropológicas

Literatura Latinoamericana

06/12/2017

Introducción

Tras la conquista, México (en ese entonces Nueva España) fue uno de los países donde más fue arraigado el valor de la religión. Llego al punto en que varias leyendas nativas fueron incluso mezclados con sucesos narrados en la biblia.

Pero entre los elementos más mencionados el que más resalta, es la participación del antagonista de Dios, el Diablo. Personaje que varias veces es citado en todas las obras literarias originarias de la nación, ya sea para ejemplificar las expresiones de los demás personajes; excusar las malas intenciones de uno, o como el verdadero responsable de la fechoría en la obra –cuando lo sobre natural si participa en ella–, tentando o preparando los eventos para enemistar a los personajes, o impedir la felicidad del protagonista.

Las dos obras El fistol del diablo, de Manuel Payno; y El diablo en México, de Díaz Covarrubias, son dos obras de la época donde se hace mayor mención del personaje del tema de investigación, tanto por una participación como aparición directa e indirecta, respectivamente. Fueron elegidas en un primer momento por la mención del mismo personaje en sus títulos, sin embargo mientras se sigue avanzando la lectura y se descubre la trama –aunque sin ser confirmado o negado el diablo, en la obra de Payno–. Se va confirmando la presencia del mismo de manera literal como figural.

A continuación se describirá al personaje del diablo desde la perspectiva de la religión cristiana con ayuda de las definiciones un diccionario de simbolismo; seguido de algunas escenas, párrafos o diálogos donde se encontró la figura del diablo en ambas obras junto a algunos comentarios propios. Posterior a eso se repetirá el anterior paso mencionado con una obra de origen española, donde también se maneja la figura del diablo, seguido de una comparación de su manejo entre las obras de México y la de España, para terminar después con la conclusión.

Obras Consultadas

–Diccionario de símbolos : con más de 600 ilustraciones

Diablo: La imagen popular en el cristianismo es la de un hombre con propiedades corporales de un macho cabrío: cuernos, patas y rabo; y en ocasiones se le pueden atribuir las alas de un murciélago (una creatura nocturna) para contrariar a las de los ángeles. “En ciertas leyendas populares aparece como cazador con vestidura verde o roja, y en obras plásticas medievales también como hermoso y seductor ‘príncipe de este mundo’, cuya espada, sin embargo, esta roída y carcomida por sapos, serpientes y gusanos” (Biederman, 1993, p. 150). La imagen de joven apuesto es la versión con la aparece el diablo, cuando se le personifica en dos de las tres historias manejadas en este ensayo.

Diamante, (parafraseo): A diferencia de lo que demuestra ocasionar en la obra. El diamante está rodeado de símbolos positivistas: símbolo de luz, perfección, pureza, invulnerabilidad, representa a un espíritu indomable, e incluso representa a Jesús; e irónicamente se considera una piedra con la capacidad de repeler a los malos espíritus y de hecho, el diablo lo aborrece por estos dos últimos puntos. Esto es algo contradictorio a lo que nos demuestra Payno en El fistol del diablo, donde el personaje que representa al diablo lo utiliza (indirectamente) para ocasionar más males en la sociedad. Probablemente -si era consciente de dicho simbolismo- lo utilizo con el fin de agregar un humor irónico a la obra, como el nombre de Rugiero que etimológicamente significa "El de la lanza gloriosa". Básicamente el diamante fue utilizado por la avaricia que genera su valor económico; y el sentimiento de perfección, pureza e invulnerabilidad que probablemente generaba, por lo que se entiende del simbolismo anteriormente mencionado.

–El fistol del diablo, Manuel Payno

Rugiero a Arturo al conocerse:
–Os diré mi oficio: donde hay guerra civil, allí me dirijo a envenenar las pasiones, a aumentar los odios y los rencores políticos. Cuando hay batallas, me paseo en medio de los fuegos y de la metralla, inspirando la venganza y la rabia en el corazón de los combatientes. Si se trata de diplomacia, me mezclo en las cuestiones de los gabinetes, y no inspiro más que ideas de maldad, de engaño y de falsía. En cuanto al amor, hago de las mías, y mi mayor placer es mezclarme en intrigas amorosas. Donde ves un matrimonio feliz, arrojo la discordia; a dos amantes jóvenes y candorosos, que se quieren como dos palomas, les inspiró celos, y cambie su idolatría en profundo odio. Las viejas son el instrumento de qué me sirvo; ellas siemiembran chismes, y se meten en enderezar entuertos, lo cual es bastante para que todo pase conforme a mis ideas. Ya veis, Arturo; así me divierto pesar de mis infortunios, así olvido la memoria de una patria donde vivía dichoso con un ángel y de donde salí para no volver a entrar más en ella. (Payno, 1927: 11).

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