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PLAN DE TRABAJO PARA EL PROBLEMA EJE


Enviado por   •  8 de Mayo de 2013  •  Trabajos  •  2.283 Palabras (10 Páginas)  •  489 Visitas

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INSTITUTO DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR DEL DISTRITO FEDERAL

“FELIPE CARRILLO PUERTO”

PLAN DE TRABAJO PARA EL PROBLEMA EJE

Folio Fecha de Registro

Datos Generales

Nombre del Estudiante Ortiz Zarate Guadalupe Javier Roberto

Matrícula 0303080193

Tema del Problema Eje: Revisión de la función política e ideológica de los vitrales en la arquitectura de la Ciudad de México, semblanza de los efectos causados por los vitrales en la población de distintas épocas, tanto en el ámbito religioso como el político. Aplicaciones políticas y religiosas con distintos fines.

Título del Problema Eje: Vitrales: función ideológica-política en la Cd de México.

Preguntas de investigación del Problema Eje: ¿Donde tienen sus orígenes el vitral?

¿Qué es un vitral?

¿Cómo fue el considerado como primer vitral mexicano?

¿Qué motivo la introducción de estos?

¿Qué función ideológica tuvo en la época de la colonia?

¿Qué utilidad política se le dio en la época del porfiriato?

¿Qué aplicación le dieron los muralistas?

¿Qué efecto causo en los feligreses que visitaban iglesias que estaban sumidas en la oscuridad?

¿Se emplearon únicamente para iglesias estos vitrales?

¿Cuales eran los propósitos posrevolucionarios?

¿Cómo fue la trancision a la época moderna? Año 2000

Director del Problema Eje Profesor: Santiago P. Chavarría Guevara

Revisor del Problema Eje Profesora: Alejandra Olvera Martínez

1.- JUSTIFICACIÓN

En la actualidad existen en la Ciudad de México, una gran cantidad de vitrales principalmente en las iglesias, ya que estos les dan una tonalidad especial de acuerdo a la intensidad de luz, y causan un efecto de tranquilidad al observarlos. EL arte, ha sido protagonista en la historia de México desde tiempos remotos. En muchas ciudades del mundo existe una gran diversidad de culturas, tradiciones, leyendas y cada una tiene sus propias reglas costumbres y formas particulares de conmemorarlas. México no es la excepción pues desde los tiempos en que las culturas prehispánicas se encontraban en su apogeo, se tenían diferentes manifestaciones sobretodo de tipo religioso, en las cuales se esmeraban en elaborar sus mejores atavíos, collares y penachos esto con la finalidad de agradar a sus diferentes deidades. Con la conquista de los españoles, vinieron órdenes de religiosos Franciscanos, Dominicos y Jesuitas los cuales implementaron talleres para la elaboración de diferentes artesanías las que fueron aprendidas y transmitidas de generación en generación hasta nuestros días.

El principal propósito de estos religiosos era que no se apartaran de la fe cristiana, pues pensaban que con el reconocimiento del alma habían accedido a la categoría humana, el camino hacia la nueva morada del nuevo Dios que había hecho a los hombres a imagen y semejanza, para ello edificaron capillas e iglesias de las cuales todavía existen vestigios de sus antiguas construcciones, otras han sido modificadas con el paso del tiempo, a algunas les cambiaron los muros y les agregaron cristales de colores que luego fueron sustituidos por vitrales con dibujos de flores soles y sobretodo representaciones de personajes bíblicos.

¿Pero que es un vitral?

Para ello es menester que nos remontemos un poco a la época de nuestros antepasados. Con la conquista española, muchos tuvieron que aprender unos de otros, y la manufactura del vidrio fue uno de los aprendizajes que los españoles dieron a los mexicanos en el siglo XVI. Aun cuando poseían sustancias para su elaboración, como sílice, óxidos alcalinos y cal, nuestros antepasados indígenas no fabricaban vidrio. Sólo se admiraban ante los minerales cristalinos por naturaleza, que se parecían al vidrio en aspecto y transparencia, pero que eran muy distintos en su dureza y en la forma de trabajarlos.

El único vidrio utilizado por nuestros antepasados antes de la Conquista fue el vidrio volcánico oscuro, llamado por los tarascos tzinapu, por los mexicas itztli, y por nosotros obsidiana en sus variadas tonalidades: rojiza, azulada, verde oscuro y negra. La obsidiana se ha utilizado en nuestro país desde hace miles de años en la elaboración de herramientas, como puntas de flecha, lanzas y cuchillos; después empezó a tallarse y a utilizarse como adorno, aun cuando en el México prehispánico no se sabía cómo fabricar el vidrio a partir de arcillas empleando hornos especiales, los aztecas lo usaban y lo trabajaban para crear utensilios de guerra y ornamentales; nunca se imaginaron que la obsidiana fuera un vidrio. Hoy en día mucha gente tampoco sabe que lo es.

El vidrio fue inventado en la antigüedad en el Medio Oriente, por fusión de arenas, sosa, y cal y antes de la llegada de los españoles, los aztecas no imaginaban ni remotamente con la tecnología y la industria ya establecidas en Europa. La filosofía de los indígenas consideraba al tiempo como un perpetuo recomenzar de la vida que giraba en torno al círculo trazado por los dioses.

Plasmaban en el arte toda su ideología y no había interés por la industria. Hacían sus estatuillas normalmente para ofrendas o representaciones de sus dioses, La obsidiana la encontraban en el suelo abierto sin ninguna dificultad, pero si se quería obtener obsidiana de mejor calidad tenían que buscarla a más profundidad en la tierra. Sabiendo esto, los indígenas explotaron minas como la del Cerro de las Navajas, en el estado de Hidalgo, para abastecer al valle de Anáhuac de obsidiana con características óptimas de color, tenacidad y homogeneidad.

Ya con la evangelización se expandió la lapideria y empleaban el tecali u onix, que labrada en delgadas laminas fue utilizada con frecuencia en la Nueva España para cubrir los vanos de iglesias y capillas, constituyendo así la primera forma aunque sea incompleta de “vitral mexicano” en el siglo XVIII se sustituyeron

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