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RESPONSABILIDAD SOCIAL Y CIUDADANIA


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2016  •  Resúmenes  •  3.598 Palabras (15 Páginas)  •  249 Visitas

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RESPONSABILIDAD SOCIAL Y CIUDADANIA

Pasión por la lectura

Profesor Miguel Nájera

Andrés Cerecedo Rangel

03 de mayo de 2016

El elemento común tanto de Felícito como de Ismael, tan diferentes en su origen y personalidad, es un sentido estricto de la justicia y de la dignidad, que defienden tercamente y sin dudas, sin importar cuáles sean las consecuencias (seguros de que al final sus valores terminarán imponiéndose). Frente a ellos destacan, por el contrario, la mezquindad y la debilidad de quienes tratan de sojuzgarlos, cuya actitud, sin embargo, puede producir un gran daño. Al comienzo del libro la historia se desarrolla alternando las historias entre los dos personajes principales.

Historia de Felícito.

En el primer capítulo aparece un individuo llamado Felicito Yanaqué, el cual manejaba un negocio de transportes llamado Narihuela. La historia da inicio cuando Felícito Yanaqué, dueño de la Empresa de Transportes Narihualá, salió de su casa aquella mañana, como todos los días de lunes a sábado, a las siete y media en punto. Vivía en el centro de Piura y en la calle Arequipa había ya estallado el bullicio de la ciudad, las altas veredas estaban llenas de gente yendo a la oficina, al mercado o llevando los niños al colegio. Algunas beatas se encaminaban a la catedral para la misa de ocho. Los vendedores ambulan tes ofrecían a voz en cuello sus melcochas, chupetes, chifles, empanadas y toda suerte de chucherías y ya estaba instalado en la esquina, bajo el alero de la casa colonial, el ciego Lucindo, con el tarrito de la limosna a sus pies. Todo igual a todos los días, desde tiempo inmemorial. Pero había lago diferente ese día pues el encuentra un pequeño sobre azul pagado en la puerta de su casa con un mensaje sutil de extorción. “…Que a su empresa de transporte Narihuala le vaya tan bien, pero también es un riesgo, pero no se preocupe nuestra organización se encargara de proteger a transporte Narihualá…”  y una simbólica araña dibujada al final de dicho mensaje.Este mensaje, al principio le pareció una broma de mal gusto pero planto preocupación en su subconsciente. Recordó las palabras de su padre que decía “No te dejes pisotear por nadie”. Guardó la carta y fue a su trabajo, después decidió que lo mejor era ir a la estación de policías a poner una denuncia. Ahí, lo hicieron esperar por horas, hasta que lo recibió finalmente el sargento. Este al leer la carta, no le dio la mayor importancia y le dijo que no se preocupara que la estación de policía se encargaría si algo llegase a pasar. Molesto, Felicito se retiró de la estación de policía. Después se topa con una vieja amiga Adelaida, quien es conocida como bruja por sus “poderes de premonición”. Felicito le entrega la carta y ella la saborea y la huele y le dice que solo se trata de dinero a lo que él le responde que no, que se trata de “no dejarse pisotear". Felicito cuenta sobre Gertrudis, su esposa, una mujer no muy guapa con olor a ajo y cebolla con quien fue obligado a casarse a la fuerza, ya que en sus tiempos jóvenes solía ir en su camión, y pasar por una posada donde cada fin de semana se hacían fiestas y el, tras darse buena borrachera, se acostaba con Gertrudis, hija de la Mandona, dueña del lugar. De estas ocasiones, Gertrudis quedó embarazada y se le reclamó la paternidad a Felicito. Este se casó con ella pero siempre tuvo en duda si de verdad Miguelito era hijo suyo o no ya que no se parecía a él y era de piel más oscura a diferencia de su segundo hijo Tiburcio que era prácticamente idéntico a él. Tiempo después, conoció a Mabel, una chica mucho más joven que él, de quien se enamoró perdidamente. La conquistó con regalos y salidas al cine y al parque, hasta que logró convertirla en su pareja. Cubriendo sus necesidades y gustos, aunque sin descuidar sus responsabilidades con sus hijos y su esposa. En su visita a casa de Mabel, no logra tener una erección y decide contarle su preocupación a Mabel respecto a la carta de la arañita. Ella le aconseja que valla a la estación de policía y él le dice que ya lo hizo y que no sirvió de mucho. Cuando decide marcharse, abre la puerta y descubre un sobre parecido al suyo pegado en el pórtico de la casa de Mabel, donde se le advierte que pagará por haber ido a la estación de policías y que ese es solo el comienzo.

Se encontraban, el sargento Lituma y el capitán Silva, examinando las cartas y dibujos de los chantajistas, cuando el sargento recordó que había conocido, hace mucho tiempo, a Josefino Rojas, el cual hacía dibujitos muy parecidos a los de las cartas. Habían crecido juntos, él, Josefino y los primos del sargento, José y el mono León. Josefino Rojas se convirtió en un proxeneta de un lugar llamado la Casa Verde, y un hombre de la mala vida. Lituma le contó toda la historia al capitán, que éste último terminó sospechando del tal Josefino. El sargento se fue a Piura en busca de recuerdos y respuestas y se encontró con su primo José León. Le trajo muchos recuerdos conversar con su primo, y se le vino a la mente, que no había sido el tal Josefino el que dibujaba, sino su primo José.

Al regresar a la comisaría el señor Felicito, había llegado con otra carta de chantaje, que decía que habían secuestrado a Mabel, la amante del señor Felicito.

Después de que pasaran seis días de la publicación del segundo aviso de Don Felicito en el periódico “El Tiempo”, no habían encontrado ningún rastro de los secuestradores de Mabel. El capitán y el sargento pensaban que la noticia de la búsqueda algún día dejaría de ser asunto importante para la prensa y la radio. Ellos logran emborrachar a don Felicito y logran ver su rostro donde se notaba el verdadero sentimiento y preocupación que tenía hacia la mujer.

Don Felicito les cuanta la razón por la cual él no quiere entregarle el dinero a los secuestradores, y es que no es por orgullo, sino porque  el esfuerzo que tanto hizo su padre para tenerlo donde estaba, no lo quería desperdiciar para dárselos a unos tontos, pero el comisario lo convence de hacer el trato para que suelten a Mabel y así agarrar a los malhechores, al final Felicito acepta.

El comisario al parecer sospechaba de los hijos del Felicito y los citó al día siguiente. En ese momento la secretaria le avisó que lo estaba llamando Don Felicito Yanaqué, y ahí es cuando le dice con mucha alegría, después de colgar, que Mabel había aparecido y que estaba en la casa Chiquita de Castilla, diciéndole que se habían tragado el cuento y por eso la soltaron, y fueron ellos emocionados con la esperanza de atrapar a los presuntos mafiosos. Mabel estuvo secuestrada 7 días, justo después de esto llegó el comisario y su ayudante tomando las declaraciones de lo sucedido, al instante el ayudante se pudo percatar de que todo había sido una farsa de Mabel y su cómplice para extorsionar a don Felicito. Mabel recibe la visita del capitán Silva y su ayúdate, lo cual la puso nerviosa, volviendo sus facciones pálidas. Rápidamente le pidieron que les explicara por qué había intentado extorsionar al señor Felicito. Mabel alterada demandó saber los delitos de los que planeaban acusarla por el chantaje a Felicito, los cuales eran: “Asociación ilícita para delinquir en un plan de secuestro con envío de anónimos y amenazas de extorsión. Asociación ilícita para destruir mediante explosivos un local comercial, Participación activa en un falso secuestro y engaño ante la autoridad” lo que daba un total de ocho a diez años en la cárcel de mujeres en Sullona. Felicito estaba con Adelaida, se sentía mal. Adelaida trató de calmarlo dándole un vaso de agua recién sacada del destiladero.  Felicito le mencionó la primera vez que fue a ver a la santera, con la carta de la arañita.  Estaba tan palido que apenas podía hablar bien, le dolía la lengua y los dientes. Pronto le confesó que Mabel era la que estaba detrás de las cartas y de que había intentado chantajearlo para quitarle dinero. Candelario le explicó a Don Felicito que están seguros que el cómplice de Mabel era su hijo Miguel y que probablemente había una relación de amor entre él y Mabel.

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