RETOS A LOS DESAFIOS DE LA MUNDIALIZACION
hector201314 de Marzo de 2013
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Respuestas a los desafíos de la mundialización: Estudio sobre el sistema
financiero y monetario internacional y la financiación del desarrollo
[ SEC (2002) 185 ]
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COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL CONSEJO, AL PARLAMENTO
EUROPEO, AL COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL Y AL COMITÉ DE LAS
REGIONES
Respuestas a los desafíos de la mundialización: Estudio sobre el sistema
financiero y monetario internacional y la financiación del desarrollo
El presente informe responde a una petición de los ministros de Hacienda a la Comisión del
16 de octubre para que ésta realizase un estudio sobre las respuestas a los desafíos planteados
por la mundialización. De conformidad con el mandato recibido, la Comisión se ha centrado
en dos temas principales: el debate sobre la reforma del sistema monetario y financiero
internacional como respuesta a las crisis financieras mundiales, y la financiación y el fomento
del desarrollo para reducir las desigualdades a nivel mundial. Aunque analiza algunos de los
rasgos y factores económicos del actual proceso de mundialización, el informe no trata
muchos otros aspectos importantes de la mundialización en los ámbitos de la política social,
la salud o el medio ambiente. Estos temas se abordan en la Comunicación de la Comisión
denominada "Hacia una asociación global en favor del desarrollo sostenible", que establece
los parámetros para un enfoque global y equilibrado de la UE hacia una concertación a nivel
mundial.
Dado el limitado tiempo disponible y el gran alcance del mandato, el informe no incluye
investigación original, sino que se basa en la literatura existente. El informe pretende reflejar
el debate que se está desarrollando actualmente entre académicos, instancias decisorias y
grupos no gubernamentales con el fin de alimentar el debate a nivel de la Comisión y del
Consejo.
Mundialización: estado de la situación
La mundialización es un proceso que se ha venido desarrollando, aunque no de forma regular,
durante un largo periodo. La mundialización posterior a la Segunda Guerra Mundial tiene
numerosas facetas. En el ámbito económico y financiero, que constituye el objetivo de la
presente Comunicación, ha estado caracterizada por una fuerte expansión del comercio de
bienes y servicios y, más recientemente, por una fuerte expansión de los flujos de capital.
Diversos factores explican este proceso de crecimiento, tales como el progreso tecnológico,
que ha llevado a importantes reducciones del coste de transporte y a un incremento sin
precedentes de la capacidad de tratamiento de la información, y medidas económicas, entre
las que cabe citar una reducción de las restricciones cuantitativas y arancelarias al comercio y
la liberalización de los movimientos de capital.
Durante los últimos 15 años, el proceso de mundialización ha estado acompañado por una
sextuplicación de la producción mundial, mientras que la población mundial ha aumentado
aproximadamente dos veces y media. Esto se ha traducido en importantes aumentos de la
renta de gran parte de la población mundial y en unos mayores recursos para poder afrontar
los desafíos que tiene planteados la política económica. Además, en los últimos 50 años en
gran número de países se han observado importantes mejoras de otros indicadores del
bienestar y la calidad de vida, tales como la esperanza de vida.
Si bien la correlación no implica causalidad, apenas hay duda de que el fuerte incremento de
la renta per cápita mundial que se ha logrado no habría sido posible sin un avance constante
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hacia una mayor integración económica. Los dos estudios realizados recientemente por el
Banco Mundial confirman que los países en desarrollo que han abierto sus economías durante
los últimos veinte años han registrado un crecimiento superior al de aquellos países cuyas
economías no han seguido un proceso de integración económica internacional.
Sin embargo, a pesar del aumento de la renta y el bienestar a nivel mundial, probablemente se
ha ampliado la brecha entre los países más ricos y los más pobres y, dentro de un mismo país,
entre los segmentos más ricos y los segmentos más pobres de la población. En particular, ha
de admitirse que, aunque probablemente beneficia en conjunto a los países que pueden
participar en la misma, la mundialización crea problemas a determinadas categorías de la
población. Ejemplo de ello es la disminución de los salarios relativos y de las oportunidades
de empleo que han afectado a los trabajadores de bajas cualificaciones de los países
industrializados. La política económica tiene un importante papel que desempeñar para
abordar las dificultades con que tropiezan aquellos que pueden perder en el proceso de
mundialización y garantizar, al mismo tiempo, que los países que se integren en la economía
mundial cosechen todas las ventajas inherentes a la misma.
También queda un grupo de países, en su mayoría muy pobres, que están menos integrados en
la economía mundial y siguen viéndose en gran medida excluidos de los beneficios del
proceso de mundialización. El Sur de Asia y el África subsahariana quedan muy por detrás de
regiones tales como el Sureste Asiático y el Pacífico. Su parte en el comercio mundial ha
disminuido, su relación real intercambio se ha deteriorado y siguen sin poder atraer el capital
extranjero. Uno de los principales retos que tiene planteados la economía mundial es la
mejora del nivel de vida y la situación económica de estos países.
Además, la mundialización está asociada con otros desafíos, tales como los que plantean las
enfermedades transmisibles, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o la falta de
seguridad internacional. La resolución de estas cuestiones -proporcionando a la economía
mundial bienes públicos mundiales- puede considerarse que forma parte de una estrategia
encaminada a maximizar los beneficios de la mundialización y minimizar sus efectos
negativos. Estos bienes públicos mundiales son beneficiosos tanto para los países en
desarrollo como para los países industrializados y constituyen un elemento adicional de la
estrategia de reducción de la pobreza, debiendo estudiarse su financiación.
La creciente internacionalización de la actividad económica derivada de la mundialización
plantea cuestiones relacionadas con el nivel adecuado al que deben adoptarse las decisiones
políticas y la capacidad de los gobiernos nacionales de establecer una normativa. En este
contexto, el informe observa que, durante el siglo XX, el papel del Estado en la actividad
económica se ha incrementado significativamente en numerosos países desarrollados, lo que
se ha debido en parte a la evolución tras la Segunda Guerra Mundial de los sistemas de
bienestar y de seguridad social, que se considera juegan un importante papel de reducción del
riesgo en las sociedades expuestas a la competencia internacional.
El informe también pone de relieve el hecho de que desde el final de la Segunda Guerra
Mundial se ha avanzado significativamente en el establecimiento de una serie de foros e
instituciones internacionales y regionales que proporcionan una gobernanza económica y
financiera a nivel internacional. Se considera que los actuales acuerdos institucionales ofrecen
un marco de instituciones y foros establecidos para afrontar los desafíos que plantea la
política económica mundial cuya importancia es mayor que la de los que existían en
anteriores oleadas de mundialización. Sin embargo, los nuevos retos que van apareciendo
apuntan a una serie de deficiencias del sistema, por lo que actualmente se están debatiendo
propuestas de reforma relativas a diversos aspectos de este sistema de gobernanza.
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El sistema monetario y financiero internacional en una economía integrada a nivel
mundial
El estudio de la Comisión examina detalladamente la evolución y el funcionamiento del
sistema monetario y financiero internacional, llegando la conclusión de que, en general, el
sistema ha funcionado bien durante la última mitad de siglo. El sistema ha completado el
fuerte crecimiento del comercio de bienes y servicios, canalizando el ahorro hacia la inversión
productiva en todo el mundo por medio de unos mercados financieros abiertos con un
funcionamiento adecuado y de sistemas de compensación y liquidación eficientes. De esta
forma ha contribuido al crecimiento económico global y ha permitido a los países que seguían
políticas adecuadas aumentar el nivel de vida de su población. El sistema también ha
permitido afrontar los periodos de desequilibrios de la balanza de pagos y ha garantizado la
estabilidad monetaria en momentos de tensiones financieras.
Sin embargo, la experiencia reciente ha puesto de manifiesto una serie de deficiencias
sistémicas reales o potenciales, lo que ha planteado nuevos desafíos a la política económica.
Aunque la integración de los mercados financieros y el marco institucional y reglamentario en
que operan
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