Rebelión en la Granja

Rebelión en la granja.

El Libro nos narra una historia bastante peculiar, sabemos que la novela se basa en el régimen Estalinista de la unión soviética, pero en éste caso, me parece importante señalar cierto parecido con la historia de nuestro país; claramente podemos ver algo que día a día sucede, y es el hecho de que a los líderes nunca les ha gustado oír la verdad. A pesar de la libertad que presumimos en nuestro país, sabemos que ésta está restringida puesto que todos aquellos que se atreven a señalar los errores de los altos funcionarios, o a desafiarlos terminan desaparecidos, nuestra sociedad no es libre ni en opinión, y probablemente no lo sea hasta que todos despertemos, dejemos de seguir la opinión de los demás sin conocer e investigar la realidad.

Como ciudadanos, nuestra lealtad debe ser con nosotros mismos, con nuestro país, no con nuestros gobernantes, pues ellos pocas veces miran hacia aquellos que los pusieron en el poder; muestran una cara en campaña, prometen que todo va a mejorar, pero a fin de cuentas terminan todos igual, el dinero y la sed de poder los corrompe, se venden y nos venden, y cuando como votantes dejamos de servirles, nos cierran toda posibilidad de diálogo para hacer cambios positivos. Nuestro gobierno no se fija en las clases vulnerables, no atiende las necesidades de los ciudadanos, y como dicen: “En un mundo globalizado, la gente pobre no tiene lugar”.

Muchos podrían ofenderse al entender la comparación que se realiza en el libro, porque a fin de cuentas, eso es: Una comparación de nuestra sociedad, y la de unos animales que buscaban mejorar de forma colectiva en nombre de su especie, y esto no ha sucedido sólo en un país específico, sino en todos.

Pareciera chiste que a algunos se les llame “borregos” porque al igual que éstos animales, van por la vida repitiendo lo que escuchan, lo que les enseñan sin saber si quiera de qué se trata, o que como el resto de la granja, su memoria sea tan fácil de manipular, tan fácil de engañar tratando así de creer lo que nunca fue.

Sin embargo, hay quienes nunca han tenido la oportunidad de aprender, pues nuestro país tiene un alto índice de analfabetismo y aquellos en situación de ventaja abusan de ello, siendo más fácil que la gente caiga en engaños, a veces a cambio de unos cuantos pesos, y otras veces, a cambio de promesas vacías. No ocurren sólo robos monetarios, sino también de esperanza, pues a muchos se las arrebata o la pierden con el pasar del tiempo.

Muchos son los presidentes que han sido señalados como corruptos o asesinos, pero en nuestra historia conocemos a uno en particular, que como “Napoleón” se deshizo de su oponente de la peor manera y frente a todos, y a pesar de eso y ante su fraude electoral, se le permitió ocupar un lugar que no se ganó. Asesinó a un candidato que tenía una buena intención con nuestra nación, así como “Napoleón” con “Bola de nieve”; los animales olvidaron lo sucedido, creían lo que les convenía, porque era para ellos más fácil trabajar sin descanso para alguien que no les daba su lugar que razonar, pensar y aprender.

Poco le importaba a “Napoleón” la devoción y confianza que los demás animales depositaban en él, pues se sentía respetado por ellos, a pesar de que ese respeto se lo haya ganado a base de amenazas y mentiras, era miedo más bien.

Decían los animales estar mejor sin el hombre abusando de su trabajo y de lo que ellos producían, pero con el tiempo olvidaron todo, los cerdos les hicieron creer que era mejor el ahora y ellos obedecían.

En su intento por levantarse como especie, perdieron todo, no mejoró su vida, pero ellos ni lo notaban, los cerdos modificaron las reglas para su beneficio personal, y seguían viviendo del trabajo de los demás, y como ya antes mencioné, ellos preferían trabajar antes que pensar. Los cerdos se convirtieron en unos parásitos, y todo lo que prometieron a la granja, al final lo dejaron atrás, olvidando su objetivo inicial, contrario a esto, hicieron todo lo que en un principio repudiaban, los cerdos se dejaron llevar por las malas tentaciones, los excesos, y la arrogancia, eran cínicos y nunca avanzaron como civilización, ni dejaron a los demás animales avanzar, culpaban de todos sus conflictos a alguien que ni siquiera estaba ahí y paulatinamente olvidaron el propósito de su rebelión, el por qué la iniciaron en un principio, y a pesar de que su líder presumía inteligencia no la poseía en absoluto, pues sus ideas siempre fracasaban, y otras cuantas eran plagiadas, era fácil de engañar, porque no distinguía ni siquiera entre un billete falso y uno real, sus conocimientos sobre aquello que controlaba eran nulos, pues no sabía ni sobre el cultivo de tierras.

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