La rebelión en la granja

Siendo en esencia una historia para niños, la rebelión en la granja de George Orwell es un ejemplo vivo de la dinámica de las clases obrera de las décadas pasadas. Se desarrolla en una granja común con el único objetivo de todas las granjas, sin embargo en ella se desarrolla y por las noches después del trabajo, cuando el granjero se va a dormir hay reuniones secretas con todos los animales de granja, dirigidas por un cerdo viejo que le llaman el “el gran mayor”, en donde en medio y a voz alta se dedicaba a trazar las líneas generales de una unión de tipo proletariado entre los animales, donde el estandarte mayor o la proclama principal es que todos los animales son iguales.         
Buscaba la unión entre todos sus iguales de cuatro patas, refiriéndose a que los animales eran quienes sacaban adelante la granja, gracias a su compromiso, trabajo y empeño; y donde los humanos solo significaba una carga que menguaba el crecimiento de la granja.

A esta reunión asistían animales que se desempeñaban en distintos cargos dentro de la granja; desde el más alto al más pequeño, como las gallinas que con sus huevos alimentaban al granjero y los caballos que con su trabajo araban el campo, entre otras actividades que estos desempeñaban. Todos se unían dentro de las palabras del gran mayor, pues sabían que su trabajo como animales mantenían a flote la granja.

Me llama la atención la forma en que se llevan a cabo estas reuniones, esta manera en la que consigue el gran mayor unir a todos los presentes con un cantico de esperanza y fe, dado que con ello los animales entran en un estado salvaje, repitiendo hasta cinco veces la canción llamados por este himno que nos reconoce a todos como iguales; animales de cuatro patas, la asamblea termina abruptamente por el granjero, quien se percató de esta reunión y con un disparo la disuelve y así todos los animales regresan a sus nichos.

A la muerte del viejo mayor las ideas aún no han muerto, pues recaen en los dos cerdos verracos Napoleón y Snowball, quienes por ser cerdo al igual que el viejo mayor todos los demás animales de la granja consideraban que eran los más aptos y listos para continuar liderando su rebelión, en ese sentido comienzan a enseñarles a todos los animales una serie de ideas desarrollando un sistema de pensamiento llamado animalismo que predicaba principalmente en la igualdad de entre todos los animales y el desprecio a toda figura humana abusadora.

Poco tiempo después el granjero después de llegar ebrio a su casa olvida alimentar a los animales, quienes sueltos en furia arremeten contra él y toda su familia y los expulsan por fin de la granja. Los animales cambian el nombre de la granja a “granja animal” y plasman los siete mandamientos del Animalismo en la pared del granero.

No paso mucho tiempo para que los humanos regresaran a intentar recuperar la granja, una multitud de personas armadas y decididas no fueron suficientes para conseguirlo porque los animales dirigidos por Snowball les dieron frente y derrotaron a los hombres.

Como era de esperarse llego el momento en que ambos cerdos discutían por el control y futuro de la granja nunca pudiendo llegar a algún acuerdo, Snowball tenía la idea de crear un molino de viento que suministrara energía eléctrica a toda la granja, por el contrario, a Napoleón le desagradaba esta idea y por su parte entrena a nueve perros de caza que lo obedezcan ciegamente solo a él, los manda a perseguir a Snowball y lo obligan a abandonar la granja, había otro cerdo que se llama Squealer, quien se dedicaba a comunicar las decisiones de Napoleón los demás animales de la granja, armando una farsa diciendo que Snowball se alió con el granjero y que el molino de viento era una idea completamente de Napoleón y seguiría adelante con ella.

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