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Seguridad y salud en el trabajo


Enviado por   •  12 de Mayo de 2020  •  Síntesis  •  6.313 Palabras (26 Páginas)  •  153 Visitas

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Capítulo I Prologo.

3:05 de la mañana.

Eran oportunos los llamados de auxilio, un tanto molestos por el insoportable dolor que sentía Dave, llamados para a su hijo Roberdy el cual, de manera precisa y gratificante, fue arrebatado de su estado onírico; gratificante por ser despertado de un horrible sueño; era en el transcurso de las once de la noche, periodo en el que se acostumbra a descansar y las tres con cinco de la mañana, tiempo en la que fue despertado.

Impetuoso por su perturbador sueño del que pudo despertar gracias a su padre, Roberdy se desvelaba una vez más, confrontando una realidad mucho peor que su espantoso sueño. Con los suficientes seis pasos que le bastan para ir a la habitación de su padre, este iba a favorecerlo por primera vez sin fruncir la cara, al llegar, el aspecto lúgubre donde dormía su padre le daba la bienvenida,  en este solo había una cama vieja de esqueleto metálico color hueso, poco agradable a la vista, pero si con un excelente colchón ortopédico que facilitan el descanso de Dave, a su lado una estropeada mesa de alcoba, hecha de buena madera y delicados acabados, dispuesta con dos estantes, en el primero una cajita de aluminio almacenada por tres tipos diferentes de medicamentos para el uso cronometrado de Dave, en ese mismo estante un par de revistas apostólicas,  un teléfono celular y un termo con agua tibia, en el segundo estante, el más alto, una estatuilla de porcelana con el molde perfecto de la Virgen María, una silla vieja había también, de color madera, opaco por su larga existencia, que rechinaba siempre que alguien se sentaba o se levantaba de esta.

–Siento destrozada la cintura, ven y ayúdame a moverme, cambiando de posición me alivie un poco – con palabras quejumbrosas recibió Dave a Roberdy al entrar. Dave casi siempre hacia el esfuerzo de dormir con la vista mirando al techo –Te conviene más a tu lado derecho – Respondió Roberdy, lado al que fijaba la puerta.

Con la mayor delicadeza posible, Roberdy metió su mano por debajo de la espalda de su padre, mientras que Dave con sus brazos se apoyaba del cuello de su hijo.

 – ¡Ay! ¡Ay!... Dios… más despacio – Clamaba Dave, tensionando los músculos de la cara; su hijo, acostumbrado a los fatigosos gemidos de su padre, decidió hacer un movimiento brusco pero efectivo y de un giro rápido Dave en un instante estaba de lado, solo un grito en seco manifestó el agónico dolor que sufrió al momento de ser realizado el cambio.

– Roberdy, que insoportable es mi situación, no aguanto más – triste exclamo Dave, sus ojos también se lamentaban, estos hablaban por su alma, la cual manifestaba resignación total a la vida, mientras que Roberdy sentía que su corazón se tambaleaba cuando escuchaba palabras como esas, y hacían que se lamentara cuando iba a regañadientes al auxilio de su padre en ocasiones pasadas.

 – No te desanimes papá, confía en que pronto te vas a curar – dijo Roberdy, sabiendo el, que sus palabras carecían de esperanza y que tan solo eran de aliento para su padre.

Las lamentaciones de Dave se apaciguaron poco a poco, hasta que la habitación se silenció por completo, Roberdy se mostraba inquieto, dando la sensación de que  explorase ese pequeño cuarto, estaba a la espera de satisfacer alguna necesidad que se le presentara a su padre, pero de repente  y de manera absurda la virgen de porcelana se cayó, casi cincuenta centímetros al piso, está en miles de pedazos quedo, Dave se mostró indiferente a los sucedido, – Que lastima, era una pieza hermosa  que conserve desde niño – repuso Dave. Más sin embargo Roberdy se estremeció, su corazón latía con fuerza, sus manos empezaron a temblar con fuerza, su temor fue demasiado, tanto que se le cruzo por la cabeza abandonar la habitación, pero el dolor y la tristeza hacia su padre se lo impidieron, decidió entonces darle algo de razón al inexplicable accidente, pero era casi imposible de hacerlo, puesto que la estatuilla estaba bien posicionada en el centro de la mesa; además el accidente fue asociado por Roberdy con el aterrador sueño que había tenido, motivo por el que sus sentimientos de temor lo infundieron en nuevos pensamientos de angustia. Tenía la vista clavada en la que fue una bella pieza de porcelana, la habitación seguía en absoluto silencio por varios minutos, hasta que Roberdy decidido abandonar sus ideas para ir por la limpieza y recoger la virgen hecha pedazos. Mientras recogía la basura, Roberdy cayó en cuenta de la tranquilidad en la habitación, así que dejo de limpiar y se puso al tanto del extenso silencio de a su padre, la profunda respiración de Dave hizo suponer a Roberdy que este dormía plácidamente, y por supuesto que lo hacía, Roberdy lo tomo con tanta sorpresa, pues su padre no dormía de esa manera hace mucho tiempo. – Deberías dormir así siempre – Exclamo Roberdy con tristeza.

Sin saber qué hacer, Roberdy naufrago de nuevo en sus pensamientos, en ese instante un destello de luz proveniente del pasillo llamo la atención de Roberdy, era Astinar su hermana, era ella quien encendió las luces y se aproximaba al cuarto de su padre. – ¿De nuevo adolorido? –, pregunto al llegar a la triste habitación. – Lo mismo de siempre, es el dolor de su espalda que lo hace desvelar, pero míralo, es increíble como duerme ahora, ¡esta privado de la realidad! – contesto Roberdy.

Tanto Roberdy como Astinar, admiraban la paz que hace mucho no infundía su padre, los dos lo contemplaban, como si buscaran la solución, la cura o cualquier remedio que diera fin a su enfermedad, aunque la realidad era otra sin querer ellos aceptarlo, sabían que la vida de tan importante hombre se despedía lentamente de este misterioso mundo.

– Tu qué crees, que piensas sobre esa maldita enfermedad que tiene mi padre… ¿crees que se la merezca? porque yo no –  las palabras de Roberdy sonaban con algo de rabia,  – Cálmate…solo Dios sabe lo que hace, nunca pierdas la fe, no sé con certeza lo que le vaya a suceder a mi padre, pero pase lo que pase, ten por seguro que Dios no nos abandonara – contesto su hermana –– la respuesta de Astinar causo mucho impacto en Roberdy, de tal forma que este se marchó de la habitación, no sin antes clavar una fría miranda a su hermana, encontró el en la respuesta de ella mucha decepción y con mucho sarcasmo poco habitual en él se despidió – ¡Gracias a Dios tengo sueño de nuevo! –. Astinar no le presto mucha atención y se despidió también con frialdad, algo le sucedía, estaba ella también enfrascada en sus pensamientos, entonces apago las luces de la habitación, y con la mucha tristeza se despidió de su padre. – Descansa –.

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