Sociedad Teledirigida
sergioalberto12329 de Junio de 2014
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Homo Videns
La Sociedad Teledirigida
En el prefacio se habla sobre la transformación que está sufriendo el homo sapiens en lo que llaman homo videns, una transformación de un producto de la cultura escrita en una totalmente visual. La preponderancia de lo visible sobre lo intangible nos lleva a un ver sin entender.
Habermas establece que la televisión estimula la violencia y que es culturalmente regresiva.
El autor también nos dice que el desarrollo es inevitable y en un caso extremo útil, pero es útil siempre y cuando no desemboquemos en la vida inútil, en un modo de vivir en que solo matas el tiempo. También expresa que el punto central de este discurso es el hecho de que la televisión empobrece el aparato cognoscitivo del homo sapiens.
1. La primacía de la imagen
1.1 Homo sapiens
En el primer capítulo, Homo Sapiens, nos dice que lo que hace único al homo sapiens es su capacidad simbólica que es la forma en que ve Cassirer al hombre, como un animal simbólico, pues dice que el hombre no vive en un universo puramente físico sino en uno simbólico. Lengua mito arte y religión son los mitos que componen lo simbólico y la capacidad simbólica de los seres humanos se despliega en el lenguaje.
No sólo el comunicar, sino también el pensar y conocer que caracterizan al hombre como animal simbólico se construyen en lenguaje y con el lenguaje.
De acuerdo con el autor, las civilizaciones se desarrollan con la escritura, y es el tránsito de la comunicación oral a la palabra escrita lo que desarrolla una civilización, pero hasta la invención de la imprenta, la cultura de toda sociedad se fundamenta principalmente en la transmisión oral, de modo que libros, periódicos, teléfono, radio, son elementos portadores de comunicación lingüística. La televisión, como su nombre indica, es ver de lejos. En ésta, el hecho de ver prevalece sobre el hecho de hablar.
1.2 Progreso tecnológico
En el segundo capítulo, nos dicen que desde su aparición, todo progreso tecnológico ha sido temido e incluso rechazado.
Cuando aparecen el telégrafo, el radio, el teléfono, el periódico, fueron bien recibidos como progresos favorables para la difusión de información e ideas y en este contexto no había objeciones hacia los instrumentos sino a la información que éstos brindaban. Cuando aparece la Encyclopédie de Diderot, fue prohibida e incluida en el Índice en 1759, con el argumento de que escondía una conspiración para destruir la religión y debilitar la autoridad del Estado. No debemos confundir el instrumento con sus mensajes, sin la imprenta no habríamos tenido la Encyclopédie y con ello, tampoco ilustración.
Todos los medios de comunicación han tenido efectos secundarios no previstos pero el progreso tecnológico nos ha sumergido en la edad cibernética, pues la computadora es el medio que ha tomado el control, ya que en ella encontramos unificados la palabra, el sonido y las imágenes y además de ello, introduces en los visibles realidades simuladas y virtuales.
1.3 El vídeo-niño
El cambio en la sociedad se ha dado por obtener la información de forma visual y esto comenzó con la televisión sin importar los desarrollos virtuales posteriores a éste.
La televisión no es solo un instrumento, es un instrumento antropogenético, un nuevo tipo de ser humano. La televisión traslada el contexto de la palabra al contexto de la imagen. Entendemos la palabra sólo si podemos, sólo si conocemos la lengua a la que perteneces, de lo contrario es letra muerta, un signo o sonido cualquiera. Por el contrario, la imagen es pura y simple representación visual, la imagen se ve y eso es suficiente.
Actualmente la televisión es la escuela del niño, por ello cuando se convierte en un adulto responde únicamente a los estímulos audiovisuales. A los treinta años es un adulto empobrecido, un adulto marcado toda su vida por una atrofia cultural.
Cultura es sinónimos de saber, una persona culta es aquella que ha hecho buenas lecturas o que en todo caso está bien formada y es aquí donde se puede hablar sin titubeos sobre una cultura de la incultura.
1.4 Progresos y regresiones
Aquí se nos explica que un progreso significa un crecimiento de la civilización, un avance hacia algo mejor, es decir, una mejoría.
La televisión entretiene y divierte. El hombre como animal que goza y le encanta jugar nunca ha estado tan satisfecho y gratificado en toda su vida.
Pero la difusión de algo se considera progreso sólo si el contenido de esa difusión es positivo, o al menos no da pérdida y podemos hablar sobre una regresión fundamental que ha surgido a causa de éstos progresos, el empobrecimiento de la capacidad de entender.
1.5 El empobrecimiento de la capacidad de entender
El Homo Sapiens debe todo su saber y todo el avance de su entendimiento a su capacidad de abstracción.
Casi todo nuestro vocabulario cognoscitivo y teórico consiste en palabras abstractas que no tienen ningún correlato en cosas visibles, y cuyo significado no se puede trasladar ni traducir en imágenes.
Los pueblos se consideran avanzados porque han adquirido un lenguaje abstracto que permite el conocimiento analítico-científico.
La televisión invierte la evolución de lo sensible en inteligible y lo convierte en un regreso al puro y simple acto de ver. La televisión produce imágenes y anula los conceptos, y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender.
1.6 Contra-deducciones
El progreso tecnológico no se puede detener, pero no por ello se nos puede escapar de las manos, ni debemos darnos por vencidos negligentemente. Entender mediante conceptos y entender a través de la vista se combinan en una suma positiva reforzándose o almenos integrándose el uno en otro. El hombre que lee va decayendo, tanto el lector de libros como el de periódicos. La imagen por sí sola no da ninguna inteligibilidad, la imagen debe ser explicada y la que se da en la televisión es insuficiente. El acto de ver empobrece el entendimiento y este empobrecimiento está ampliamente compensado por la difusión del mensaje televisivo.
1.7 Internet y cibernavegación
Las nuevas fronteras son Internet y ciberespacio, y el nuevo lema es ser digitales. El televisor es un instrumento monovalente que recibe imágenes con un espectador pasivo que lo mira, mientras que el mundo multimedia es un mundo interactivo, polivalente. Distingamos tres posibilidades de empleo
1) una utilización estrictamente práctica
2) una utilización para el entretenimiento
3) una utilización educativo-culturalen la medida en que internet es una diversión, un entretenimiento, la televisión resultará vencedora entre los perezosos mientras que internet triunfará entre los activos, los que quieran dialogar y buscar.
Haciendo un comparativo, el autor demuestra que internet tiene mayor posibilidad de reencauzar al hombre hacia el análisis y la información que cultiva, aunque deja ver que es un arma de doble filo, ya que también puede ser una herramienta meramente de entretenimiento en la cual sus efectos son similares a los de la televisión.
2. La opinión teledirigida
2.1 Vídeo-política
La televisión se caracteriza por una cosa: entretiene, relaja y divierte. Cultiva al homo ludens, pero invade toda nuestra vida, se afirma como un demiurgo. Continúa formando e influenciando a los adultos por medio de “información”. La mayoría de las noticias que se dan en la televisión terminan por ser deportivas o sobre sucesos, o asuntos del corazón.
Saber de política es importante, la política condiciona toda nuestra vida y nuestra convivencia. La ciudad perversa nos hace poco o nada libres y además nos empobrece. El término video-política hace referencia solo a uno de los múltiples aspectos del poder del video: su incidencia en los procesos políticos y una radical transformación de cómo ser políticos y de cómo gestionar la política.
Al ser, la política, un asunto que debiera ser importante para todos, la televisión y su fuerza para entretener y divertir, ha asumido un rol importante en este aspecto, y a través de ella se ha dosificado la información política que se hace saber a la sociedad.
2.2 La formación de la opinión
Una opinión no es una verdad matemática, las opiniones son convicciones frágiles y variables; si se convierten en convivencias profundas y fuertemente enraizadas, entonces debemos llamarlas creencias. La democracia representativa no se caracteriza como un gobierno del saber sino como un gobierno de la opinión. Cuando la opinión pública se plasmaba en los periódicos, el equilibrio entre opinión autónoma y opiniones heterónomas estaba garantizado por la existencia de una prensa libre y múltiple, que representaba amuchas voces.
Una opinión se denomina pública no sólo porque es del público, sino también porque implica la res pública, una opinión es doxa, no epísteme; está claro que la información debe estar expuesta a flujos de la información, cuanto más se abre y expone la opinión pública a flujos de la información exógenos, más corre el riesgo de convertirse en hetero-dirigida.
La información debe ser divulgada por distintos medios para que sus receptores a su vez la transmitan y emitan así una verdadera opinión (propia y particular) de los asuntos públicos.
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