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Homo Videns La sociedad teledirigida Giovanni Sartori


Enviado por   •  6 de Junio de 2012  •  Reseñas  •  3.363 Palabras (14 Páginas)  •  775 Visitas

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Homo Videns La sociedad teledirigida

Giovanni Sartori

La presente lectura trata muy superficialmente muchos temas de gran interés, todos ellos alrededor de un eje central: la influencia que el abuso de la imagen, a costa de la cultura escrita está causando en el ser humano. Se defiende que actualmente el hombre antes homo sapiens, se está transformando en homo videns; a lo largo de la obra se nos explican las causas de tal mutación: el predominio de la televisión sobre la prensa escrita como medio de comunicación de masas; y sus efectos: entre otros, la progresiva mengua del ser humano para pensar en abstracto, debido a que la imagen lo da todo ya hecho. Considero que "Homo videns" trata de un tema muy necesario y sobre el que no sobran trabajos, seguramente por su modernidad. Los peligros de los que advierten se acrecientan día a día. Sin embargo, creo adecuado dejar constancia de una apreciación que desmejora el potencial del libro: el estilo. Sartori diseña algunos temas, pero no llega nunca a desarrollarlos. Pasa ligeramente por todos ellos, suscitando en el lector una serie de expectativas que luego se quedan a medio cumplir.

Sartori plantea algunos interrogantes y de hecho, si bien de forma muy leve, trata asimismo de resolverlos de especial relevancia en el mundo actual, que bien pueden llevar al lector a plantearse ciertos interrogantes que merecen un análisis en detalle. Para ello, eso sí, se hará necesario el estudio de una bibliografía más amplia.

En el primero apartado del libro se establece una comparación entre el uso de la imagen y el de la palabra escrita como transmisores de información, haciendo hincapié en sus efectos sobre los niños. En el segundo, compuesto de seis capítulos, el autor analiza la influencia de la imagen en la formación de la opinión política de la sociedad, ala cual, según Sartori, se halla a merced de la manipulación a la que los políticos recurren en el uso de los medios. Por último, en ¿Y la democracia?, apartado construido en seis capítulos, se ahonda en determinados aspectos políticos de la sociedad.

En un primer aspecto la característica que diferencia al hombre del primate es su capacidad simbólica, su capacidad de abstracción. Esta capacidad se expresa a través del lenguaje, la capacidad de comunicar mediante una articulación de sonidos y signos previstos de un significado. Los animales, se dirá, también transmiten señales, a su modo. Sin embargo, la diferencia radica en que aquél posee un lenguaje que es capaz e hablar de sí mismo. El lenguaje no es un instrumento sólo del comunicar, sino también del pensar. Y el pensar no necesita del ver. Así por ejemplo, un ciego está obstaculizado por no poder ver la realidad, pero no por no poder ver en lo que piensa. Las cosas en las que pensamos no son visibles.

De todos los inventos tecnológicos, es la televisión el que modifica primero y de forma sustancial la naturaleza de la comunicación, pues la traslada de la palabra impresa, escrita o radiotransmitida, al con texto de la imagen. La diferencia es sensible. La palabra es un símbolo, que se resuelve en lo que significa, en lo que podemos entender. Y entendemos la palabra sólo si entendemos la lengua. Por el contrario, la imagen es una pura retransmisión visual. Se ve y eso es todo. Basta con no ser ciegos.

Respecto a la influencia en los niño y sus consecuencias es claro que los niños se pasan horas ante la televisión antes de aprender a leer y escribir y absorben todo lo que ven: al no comprender, no discriminan la información. La imagen se convierte así en el primer contacto con la "realidad"; un contacto fácil por su inmediatez. La ausencia de esfuerzo que conlleva desemboca en el desarrollo de actitudes perezosas y acomodaticias, acostumbrándolos a responder únicamente ante estímulos audiovisuales. Ello degenera, además, en la creencia de que la cultura del libro es de unos pocos, es elitista, mientras que la otra, la audiovisual, es de la mayoría.

Y aun que no todo progreso tecnológico desemboca es un progreso por definición. Para la Ilustración, implica un crecimiento de la civilización hacia algo mejor. Y la televisión no tiene por qué serlo necesariamente. La TV, un progreso en sí mismo, no produce progreso per se, como tampoco una mejora cuantitativa es en sí misma una mejora, si no comporta a su vez un avance cualitativo.

El saber del homo sapiens, que se desarrolla en la esfera de un mundus intelligibilis, pasa a desarrollarse en un mundus sensibilis, el mundo percibido por nuestros sentidos. La TV invierte la evolución de lo sensible en inteligible, produciendo imágenes y anulando conceptos, atrofiando de ese modo nuestra capacidad de abstracción y, con ella, nuestra capacidad de entender. Kant dijo que la idea es un concepto necesario de la razón al cual no puede ser dado en los sentidos ningún objeto adecuado. Por lo tanto, lo que vemos no produce ideas, pero se insiere en ellas, que lo encuadran y lo "significan". Y éste es el proceso que se atrofia cuando el lenguaje conceptual o abstracto es sustituido por el lenguaje perceptivo o concreto, que es infinitamente más pobre. Más pobre no sólo en cuanto a número de palabras, sino sobre todo en cuanto a riqueza de significado o capacidad connotativa.

En la actualidad la red de redes es un prodigioso instrumento multitarea: transmite imágenes, texto, sonidos, abre al diálogo entre usuarios. Se distinguen tres posibilidades de empleo: 1) utilización práctica; 2) entretenimiento; 3) utilización educativo-cultural. El primer uso está generalizado. Respecto al segundo, la TV no perderá cuota, porque triunfará entre los perezosos, frente a la gente más activa que prefieran dialogar y buscar por Internet. En lo que concierne al uso cultural, parece que debería ayudar, ya que en la red se puede encontrar cualquier cosa. Sin embargo, existen varios peligros: uno, que la persona llegue a Internet ya como homo videns; otro, que la enorme oferta haga estallar la demanda y sature. En definitiva, las posibilidades de Internet son infinitas, y serán positivas en tanto en cuanto sea usado como herramienta práctica o educativa; como entretenimiento, sin embargo, puede dar lugar a una gran pérdida de tiempo, un espaico donde los analfabetos culturales maten su tiempo libre en compañía de almas gemelas. En este sentido, no significará progreso alguno.

Pese a que muchas televisiones aducen que muestran lo que la gente quiere, cuando lo que sucede es justamente al revés. La sociedad, al no saber más que de lo que se le muestra, no puede interesarse por ninguna otra cosa. El hecho de informarse requiere una inversión de tiempo y de atención.

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