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Homo Videns La Sociedad Teledirigida


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2013  •  7.732 Palabras (31 Páginas)  •  610 Visitas

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“Homo Videns, Sociedades Teledirigidas”

Giovanni Sartori es un investigador de la ciencia política moderna mundial, orientado al comportamiento social entorno a los sucesos políticos y a la forma en que las cúpulas de poder manejan a las masas y ejercen este poder.

En este libro, Sartori hace un enjuiciamiento de la forma en la que el ser humano ha dejado de racionalizar su entorno y sobre todo el aspecto de la política y la democracia a raíz de la aparición de la televisión y posteriormente del internet y tecnologías multimedia.

Sartori, para sustentar sus argumentos parte de un análisis de la forma en la que el hombre ha evolucionado su forma de pensar a lo largo de la historia. Así mismo toca temas polémicos como el origen y existencia de la verdadera opinión pública y los mecanismos para medirla; con el fin de demostrar que estas son herramientas de las llamadas cúpulas del poder para poder ejercerlo sobre las sociedades; las cuales gracias al televisor o lo que él llama “video-imagen” son cada vez menos analíticas, más pasivas y conformistas al recibir la información seleccionada y digerida para su consumo, lo cual les ha quitado la capacidad de crítica y de abstracción del pensamiento.

LA PRIMACIA DE LA IMAGEN

HOMOSAPIENS.- Fisiológicamente el homo sapiens no posee nada que lo haga único entre los primates, solo su capacidad simbólica. Así pues, animal simbólico comprende todas las formas de la vida cultural del hombre. El lenguaje esencial que caracteriza al hombre como animal simbólico es “lenguaje palabra”, el lenguaje de nuestra habla, característica que lo distingue de cualquier especie viviente. El lenguaje animal transmite señales y el hombre reflexiona sobre lo que dice, también el pensar y el conocer se construyen en y con el lenguaje. En el tránsito de la comunicación oral a la palabra escrita lo que desarrolla una civilización. Pero hasta la invención de la imprenta, la cultura de toda sociedad se fundamenta en la transmisión oral. El homo sapiens que multiplica el propio saber es el llamado hombre de Gutenberg (el tiraje de la Biblia fue de 200 pero se podían reimprimir). Se había producido el salto tecnológico. El progreso de la reproducción imprenta culmina con la llegada del periódico. Desde mediados del siglo XIX comienza un ciclo de avances tecnológicos. La invención del telégrafo y del teléfono (Alexander Graham Bell), con ellos desaparece la distancia y empieza la Era de las Comunicaciones. La radio es el primer gran difusor de comunicaciones. La ruptura se produce con la llegada del televisor (máquina) y la televisión, ya que en la televisión el hecho de ver prevalece sobre el hecho de hablar (la voz del medio está en función de la imagen) y como consecuencia, el telespectador es más un animal vidente que un animal simbólico.

EL PROGRESO TECNOLÓGICO.- Todo progreso tecnológico, en el momento de su aparición, ha sido temido e incluso rechazado. El invento más protestado fue, la máquina, la máquina industrial, porque según se decía, sustituía al hombre. Al periódico, telégrafo, teléfono y radio la mayoría le dio la bienvenida. Las objeciones y temores no atacan a los instrumentos, sino a su contenido. La Enciclopedia de Diderot (1751) fue prohibida con el argumento de que escondía una conspiración para destruir la religión y debilitar la autoridad del Estado. No debemos confundir el instrumento con sus mensajes, los medios de comunicación con los contenidos que comunican. El problema del telégrafo es que atribuía un formidable monopolio sobre las informaciones, a quien instalaba primero los cables. En EU la Western Union (servicio telegráfico) y Associated Press (1ª agencia de noticias) se aliaron enseguida, pero el teléfono permitía a cada usuario comunicar lo que quería. La radio tuvo efectos secundarios: la “musicalización” de nuestra vida. Hasta mediados del siglo XX la tecnología se había desarrollado en dos direcciones: 1) engrandecer los más pequeño (microscopio) y 2) ver lo lejos (binóculo  telescopio). La televisión nos permite verlo todo sin tener que movernos, lo visible llega a casa. El progreso nos ha sumergido en la Era Cibernética, desbancando a la televisión (Edad Multimedia). El nuevo soberano es ahora el Ordenador (unifica la palabra el sonido y las imágenes e introduce en los “visibles” realidades simuladas, realidades virtuales)

Los medios visibles son dos. La televisión nos muestra imágenes de cosas reales, es fotografía y cinematografía de lo que existe. El ordenador cibernético enseña imágenes imaginarias (la realidad virtual es irrealidad).

EL VIDEO NIÑO.- La televisión modifica la naturaleza de la comunicación, pues la traslada del contexto de la palabra a la imagen. La palabra es un “símbolo” que se resuelve en lo que significa. La imagen es pura y simple representación visual, se ve y eso es suficiente. Hasta hoy día los acontecimientos del mundo se nos relataban (por escrito), actualmente se nos muestran y el relato (su explicación) está en función de las imágenes. La televisión no es solo instrumento de comunicación; es también, a la vez, paideía (proceso de formación del adolescente que genera un nuevo ánthropos, un nuevo tipo de ser humano). Esta es la tesis o hipótesis en la que se centra el libro, que se fundamenta en el hecho de que los niños ven la televisión durante horas antes de aprender a leer y escribir. La televisión es la primera escuela del niño que recibe su educación en imágenes de un mundo centrado en el hecho de ver. En esta paideía la predisposición a la violencia es un detalle del problema, ya que el niño es una esponja que absorbe lo que ve (no posee aún la capacidad de discriminación), además lo reduce a un hombre que no lee. Será un adulto marcado por una atrofia cultural. El mensaje con el cual la nueva cultura se recomienda es que la cultura del libro es elitista y la audio-visual de la mayoría.

PROGRESOS Y REGRESIONES.- Damos por hecho que todo progreso tecnológico es un progreso. Sí y no. Progresar es “ir hacia adelante” y comparte un crecimiento sin ser necesariamente positivo. Cuando la televisión se define como un progreso no se refiere a su crecimiento, sino a una televisión que produce progreso y una mejora que solo sea cuantitativa no es por si una mejora; es una extensión, un mayor tamaño o penetración. La televisión beneficia y perjudica, ayuda y hace daño, no puede ser condenada. En general, es cierto que

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