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Sociologia de bourdieu


Enviado por   •  13 de Junio de 2020  •  Resúmenes  •  1.130 Palabras (5 Páginas)  •  116 Visitas

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Desde el punto de vista de Bourdieu,  las sociedades capitalistas se encuentran compuestas por diferentes campos sociales, los cuales se diferencian uno de otros por el capital que predomina en cada uno. A partir de allí, plantea en su teoría, tres especies de capitales: el capital económico (dinero, entre otros bienes económicos), capital cultural (lenguaje, conocimientos, libros, etc) y el capital social (relaciones, conexiones sociales), agregando a ello, que la estructura y jerarquización de estas sociedades refleja sin duda una distribución desigual de estos recursos de poder, y señalando además que las distintas especies (y sub-especies) de capital se pueden intercambiar por otras especies.

 A su vez, el capital social, cuenta con una sub-especie: el capital político, el  cual puede jugar un papel clave y diferenciador en la jerarquización, especialmente en sociedades en las que estas organizaciones (políticas) controlan estrechamente el acceso a las posiciones dirigentes del Estado y los servicios brindados por éste.

En otras palabras, dependerá del peso que la persona tenga de estos capitales su acceso a las distintas posiciones de poder, su pertenencia a las distintas clases sociales y más ampliamente, sus oportunidades y trayectorias de vida, es decir que esta concepción de Bourdieu de la estructura de poder permite observar como las clases dominantes se conceptualizan como las que tienen un gran volumen de las tres especies de capital (económico, cultural y social). Esto a su vez, se debe tener en cuenta que da pie a las relaciones de fuerza, conflicto y competencia entre los agentes, es decir, entre aquéllos que tratan de mantener sus posiciones privilegiadas en dicha distribución y los que tratan de transformarla en beneficio propio.

Por otro lado, y dependiendo del grado de diferenciación de las sociedades, los campos pueden dividirse en una multiplicidad de sub-campos especializados, por ejemplo, el económico en los sub-campos industrial, financiero o comercial y el cultural, en los sub-campos escolar, lingüístico, científico, artístico, religioso, etc.

Todos los campos, sean éstos económicos, culturales, educativos, políticos o estatales, son por los tanto espacios de lucha dentro de los cuales sus agentes, situados diferencial y desigualmente en la estructura de cada campo, se enfrentan entre sí contribuyendo de este modo a conservar o transformar su estructura.

Por otra parte, Bourdieu identifica en el capital cultural tres formas de capital: el capital cultural objetivado, que se materializa en bienes culturales, el incorporado, que implica la interiorización o aprendizaje de conocimientos, lenguaje y disposiciones cognitivas y valorativas duraderas, y el institucionalizado, que toma la forma de títulos y credenciales escolares o académicos que se supone garanticen públicamente el capital cultural adquirido. Un aspecto importante del capital cultural incorporado es lo que Bourdieu denomina “habitus”, es decir, las disposiciones o esquemas de pensamiento, percepción, evaluación y acción que las personas aprenden mediante los procesos de socialización que experimentan en los distintos contextos y campos sociales en los que participan a lo largo de su vida, entre los cuales tienen mayor peso formativo, los contextos familiar y escolar. El habitus de cada individuo varía según su posición en la estructura social y queda marcado de forma significativa por las condiciones sociales de la familia en que se cría, por lo que su habitus está ligado estrechamente a su clase o grupo social de origen.

Dicho de otro modo, la teoría del habitus de Bourdieu alude a que cada persona de acuerdo a su rol y posición social desarrolla determinadas formas de actuar e ideas y sentimientos, formadas de modo inconsciente  a través de las vivincias y socialización en condiciones diferenciadas, que se manifiestan en un campo de acción, para ocupar allí un lugar. Esos espacios están originados por la posición que una persona ocupa en la estructura social.

Mediante el concepto de habitus Bourdieu no conseguía solamente otorgar objetividad a todo aquello que los individuos consideramos inalienablemente 'subjetivo' y a lo cual los teóricos con inclinaciones metafísicas y poéticas quisieran llamar 'el ser', sino que prevenía a la sociología contra su vicio más acusado -el de atenerse exclusivamente a esa objetividad tan difícilmente ganada- porque mostraba que esas 'ilusiones' subjetivas que los agentes se hacen sobre sí mismos no son en absoluto una 'cantidad despreciable' que el sociólogo deba pasar por alto para ser más 'científico', sino un elemento indispensable para la descripción de la sociedad.

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