Didactica De Las Ciencias Sociales
kalisto5522 de Septiembre de 2014
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Didáctica de las Ciencias Sociales
Propuesta didáctica
Alumna: Figueredo Carolina
3º B – Profesorado en Educación Primaria
ISFD N º 29
Año 2010
TEMA
Dictadura Militar en Argentina
PROBLEMATIZACIÓN
Dictadura: El camino del horror
CRONOGRAMA
Clase 1 (2 horas)
Tema: Qué es un golpe de estado
Dictadura en Argentina
Clase 2 (1 hora)
Tema: Causas de la dictadura
Clase 3 (2 horas)
Tema: Objetivos de la dictadura
Clase 4 (1 hora)
Tema: Terrorismo de Estado
Clase 5 (2 horas)
Tema: Derechos suprimidos en la dictadura
Clase 6 (1 hora)
Tema: Consecuencias y fin de la dictadura.
Clase 7 (2 horas)
Tema: Informe de la CONADEP
Clase 8 (1 hora)
Evaluación
MARCO TEÓRICO
Proceso de Reorganización Nacional
En agosto de 1975 el General Jorge Rafael Videla es nombrado comandante y jefe del Ejército. En 1976 el General Albano Harguindeguy es designado jefe de policía. Ya el golpe estaba en marcha. El 24 de marzo la Fuerzas Armadas detienen a la presidente constitucional María Estela Martínez de Perón, y “visto el estado actual del país, proceden a hacerse cargo del gobierno de la República, jurando por Dios y los Santos Evangelios desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de miembros de la junta militar y observar y hacer observar fielmente los objetivos básicos y el estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional y la Constitución de la Nación Argentina”. En su juramento de toma de posesión del gobierno, priorizan su condición de jefes de la cúpula militar y ponen por encima de la Constitución Nacional el Estatuto creado por ellos.
Inmediatamente proceden a declarar caducos a los gobernantes nacionales, provinciales y municipales, sus legislaturas, la Corte Suprema de Justicia de la Nación y Tribunales provinciales, etc. también suspenden la actividad política y gremial en todos los ámbitos del país. La Junta Militar es la encargada de designar al presidente de la Nación y a los interventores militares. La proclama esta firmada por la Junta Militar: Teniente General Jorge Videla, Comandante General del Ejército; Almirante Emilio Massera, Comandante General de la Armada; y Brigadier General Orlando Ramón Agosti, Comandante General de la Fuerza Aérea. El primero, Videla, es nombrado presidente el 29 de marzo.
Los argumentos del golpe eran, básicamente, el vacío de poder, las contradicciones del gobierno, la falta de una estrategia global contra la subversión, el incremento de todos los extremismos, la corrupción, la irresponsabilidad en el manejo de la economía, la especulación y los vicios que afectaban al país y que las Fuerzas Armadas erradicarían mediante el ejercicio severo de la autoridad. Todo lo primero era cierto pero el remedio final se relevaría erróneo.
Los objetivos estaban señalados en el acta correspondiente, redactada previsiblemente según la factura de un documento militar: “concreción de una soberanía política basada en el accionar de instituciones revitalizadas”, “vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad del ser argentino”, y de la seguridad nacional erradicando la subversión y de las causas que favorecían su existencia, vigencia plena del orden jurídico y social, y del orden económico; ubicación internacional en el mundo occidental y cristiano y consolidación de un sistema educativo apropiado al ser argentino.
El régimen militar del proceso tuvo sucesivamente cuatro presidentes: Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Benito Bignone.
Videla fue Comandante General del Ejército hasta 1978, entonces se retiró y continuó como presidente sin formar parte de la Junta Militar. Ésta designó en su momento sucesor al General Roberto Viola para “el periodo comprendido entre el 29 de marzo de 1981 y el 29 de marzo de 1984”. Pero el fraccionalismo militar estaba en movimiento. El régimen militar como tal no existía, como lo demostraba la extraña formula -inconcebible para la teoría política y la experiencia- de que cada arma tenía un tercio de poder. La marina reclamaba la presidencia para su caudillo Massera, y el general Galtieri miembro de la nueva Junta, en alianza táctica con la marina, presionaba con otros sectores para el desplazamiento de Viola. Este no permaneció en el gobierno hasta 1984 sino hasta el 11 de diciembre de 1981 días después de que fuera declarado enfermo y cesara en esa fecha por decisión de la Junta Militar. Quien debía cumplir el mandato castrense hasta el 29 de marzo de 1984 sería el presidente General Leopoldo Fortunato Galtieri. Tampoco llegó éste a esa fecha: ocurrió la guerra de Malvinas. La derrota de las fuerzas argentinas fue el trágico resultado y Galtieri fue pasado a retiro el 18 de julio de 1982. En la Junta Militar fue reemplazado por el general Cristino Nicolaides.
En medio de sentimientos cruzados de humillación, de relativos fracasos, de crisis moral concurrente con la diagnosticada por los militares en la sociedad argentina y con datos y sospechas sobre corrupción en el Ejercito, discutidos por otras ramas –emperó inevitablemente solidarias con el origen, el desarrollo y las consecuencias del Proceso- Nicolaides decidió por sí la designación como presidente del General Reynaldo Bignone. El objetivo de éste sería mucho más limitado pero no menos difícil: clausurar el régimen militar y dar paso a un régimen constitucional
Terrorismo de Estado
El concepto terrorismo se refiere a una metodología política violenta, que puede estar al servicio de un régimen de gobierno u oponerse a él. El terrorismo de Estado es la utilización sistemática de la violencia a través del aparato estatal para intimidar a los disidentes, involucrando en ese terror a la mayoría de la sociedad civil.
Son crímenes característicos del terrorismo de Estado el genocidio, los crímenes contra la paz, de guerra y de lesa humanidad, la tortura, el apartheid, la desaparición forzada de personas. También se convierte terrorismo de Estado cuando desde el poder o con su consentimiento se contratan grupos para realizar las acciones violentas, que a veces se proyectan internacionalmente, con o sin la complicidad de otros gobiernos.
Una característica del Estado Terrorista es que actúan como si fueran un Estado legal pero sostienen de manera oculta todo el aparato represivo, es decir, es un estado que mantiene dos caras: una pública que afirma la obediencia a la ley, la publicidad de actos de gobierno, etc., y una clandestina, donde se ejercitan la represión y el horror como herramientas cotidianas de gobierno. Generalmente se instala como si fuera una forma de gobierno definitiva: un “Estado militarizado” en el cual las Fuerzas Armadas toman el gobierno suprimiendo el derecho de la sociedad civil a participar, opinar o decidir.
Además de apropiarse del gobierno y de la “legalidad” (sus códigos o estatutos están por sobre las normas dictadas por el conjunto de los representantes anteriormente), se adueñan del vocabulario transformando a sus contrarios en “ilegales”, “subversivos”, “terroristas”, cuando en realidad los primeros en quebrar la legalidad fueron los que depusieron al gobierno o lo obligaron a someterse bajo sus normas.
Represión clandestina
Si bien la Junta Militar estableció la pena de muerte, no la aplicó legalmente: todas sus ejecuciones fueron clandestinas, en lo que los responsables del Estado Terrorista calificó como “Guerra sucia”. La responsabilidad por las acciones clandestinas fueron asumidas en forma conjunta por las tres armas, que se dividieron zonas de responsabilidad, y planificaron las operaciones en los más altos mandos castrenses. Para comprender a todo el personal dieron a la represión un carácter institucional, haciéndose sentir que estaban cumpliendo un deber para con la Patria, justificando la ilegalidad con el “altísimo fin” de eliminar a la subversión marxista que estaba minando las instituciones y los valores morales y cristianos de nuestra sociedad. Ayudados por un complejo aparato administrativo (en el que revistaban algunos detenidos-desaparecidos, que tras ser “quebrados” por intensas sesiones de tortura no tenían otra posibilidad que colaborar) se elaboraron fichas y expedientes de cada detenido, con el seguimiento y evaluación de su situación, y su destino final (que estaba confirmado por los más altos niveles militares).
En general, la represión clandestina que llevaba a que los sospechosos se transformaran en detenidos-desaparecidos constaba de cuatro pasos: el secuestro, la tortura, la detención y la ejecución. La CONADEP documentó en 1984 casi nueve mil casos, pero las asociaciones de derechos humanos y de familiares de desaparecidos hablan de treinta mil muertos, porque se asegura que muchos casos no fueron denunciados por miedo, por ignorancia o por desconocimiento de la situación.
Las víctimas
Si bien la excusa de la represión clandestina (o guerra sucia) era la guerrilla, la mayoría de los detenidos-desaparecidos fueron obreros que participaban de comisiones internas en las fábricas o delegados sindicales. Con esto se demuestra que lo que quiso hacer es eliminar la oposición obrera para implementar su plan económico. También fueron numerosos los desaparecidos que tenían una ocupación intelectual como los estudiantes,
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