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HISTORIA DE LA LAGUNA DEL CAJAS


Enviado por   •  16 de Enero de 2017  •  Tareas  •  3.131 Palabras (13 Páginas)  •  1.922 Visitas

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INTRODUCCIÓN

En el presente ensayo se va a detallar las leyendas o mitos cortos, que existen y de este modo podemos encontrar leyendas para niños. Otorgando la importancia que merece este tipo de narración legendaria e histórica, se trata de rescatar del olvido las mejores leyendas infantiles y entre otras; leyendas ecuatorianas con las cuales se puede aprender la historia de diferentes lugares. Porque creemos de suma importancia que los niños se formen en la cultura y que aprendan datos relevantes de diferentes lugares, como por ejemplo, de dónde surgen personajes tan conocidos y especiales para ellos, gracias a la animación y a la ficción.

Mitos y leyendas rurales, mágicas, mitológicas, indígenas, son muchísimas las posibilidades que permitirán que los más pequeños aprendan y se diviertan a un mismo tiempo, gracias a la brevedad de estos relatos y a su interesante contenido.

HISTORIA DE LA LAGUNA DEL CAJAS

Este cuento popular ha sido narrado en los lugares más apartados de nuestro Ecuador, los cuales han pasado de generación en generación, han sido contados de padres a hijos, y de los hijos a sus hijos, y así sucesivamente, hasta ahora.[pic 1]

 En tiempos antiguos, en las montañas de El Cajas, existía una inmensa hacienda, donde trabajaban muchos siervos que estaban al servicio de un hombre que tenía un carácter fuerte, les maltrataba, insultaba, no les tenía ninguna consideración. El hombre y su familia hacían todo lo que les daba la gana, hasta que un día llego a la hacienda una pareja de ancianos pidiendo posada, los ancianos cargaban un cántaro. El patrón ordeno a la sirvienta que soltara a los perros para que los atacara, pero ella se compadeció y espanto a los perros, justo a tiempo.

Al llegar la noche, acomodo a la pareja en el alar de la casa, de repente los ancianos pidieron a la muchacha que agarre todas sus cosas y se marchase de la hacienda porque iba a ocurrir una desgracia, como castigo para el patrón sin corazón, ella se alejó llena de miedo.

A eso de la media noche, en toda la hacienda se oyó que silbaban las aves, mugía el ganado, balaban las ovejas, los dueños empezaron a asustarse, sin saber que estaba pasando. Muy cautelosos decidieron dejar la cama y salir averiguar que ocurría, pero cuán grande fue su sorpresa, al ver que el piso estaba lleno de agua, quisieron correr para escapar de la casa, pero no pudieron, parecía que la casa estaba encantada, esa noche se quedaron encerrados ahí por toda la vida, con sus abusos, egoísmos y malos sentimientos.

Desde entonces la casa se había convertido en una gran laguna que ahora es la laguna del Cajas. (Paucar, 2013)

LA MISTERIOSA CIUDAD OCULTA EN EL CHIMBORAZO

 

Se cuenta hace muchos años, en el tiempo de las grandes haciendas, había gente dedicada al servicio de la casa y de las tierras. Los vaqueros eran los hombres dedicados a cuidar a los toros de encierro que eran criados en las faldas del volcán Chimborazo.

Juan, uno de los vaqueros, se había criado desde muy pequeño en la hacienda, recibió techo y trabajo, pero así mismo, los maltratos del mayordomo y del dueño. Una mañana que cumplía su labor, los toros desaparecieron misteriosamente. Juan se desesperó vagó horas y horas por el frío páramo, pero no encontró a los toros.[pic 2]

Totalmente abatido, se sentó junto a una gran piedra negra y se echó a llorar imaginando los latigazos que recibiría. De pronto, en medio de la soledad más increíble del mundo, apareció un hombre muy alto y blanco, que le habló con dulzura preguntando   ¿Por qué lloras hijito?

-          Se me han perdido unos toros –respondió Juan- después de reponerse del susto.

-          No te preocupes, yo me los llevé –dijo el hombre- vamos que te los voy a devolver.

Juan se puso de pie dispuesto a caminar, pero el hombre sonriendo tocó un lado de la piedra, y ésta se retiró ante sus ojos. Aquella roca realmente era la entrada a una gran cueva, sin saber realmente cómo, Juan estuvo de pronto en medio de una hermosa ciudad escondida dentro de la montaña.

El hombre alto le entregó los animales, le dio de comer frutas exquisitas, y como una forma de compensación le regaló unas mazorcas de maíz. De la misma forma extraña en la que había llegado, pronto estuvo en el páramo. Al llegar a la hacienda todos se burlaron de él por lo que consideraban una influencia del alcohol. Decepcionado, pero a la vez tranquilo por haberse librado de la paliza, Juan fue a su casa y sacó las mazorcas, que para su sorpresa eran de oro macizo.

Con este tesoro, el vaquero se compró una hacienda propia y se alejó del lugar donde le habían maltratado tanto. Desde entonces, los campesinos y los turistas tratan desesperadamente de buscar la entrada a la ciudad del Chimborazo. (Paña, 2013)

EL GALLO DE LA CATEDRAL

Había una vez un hombre muy rico que vivía como rey. Muy temprano en la mañana comía el desayuno. Después dormía la siesta. Luego, almorzaba y, a la tarde, oloroso a perfume, salía a la calle. Bajaba a la Plaza Grande. Se paraba delante del gallo de la Catedral y burlándose le decía: ¡Qué gallito! ¡Qué disparate de gallo![pic 3]

Entraba en la tienda a tomar unas mistelas, allí se quedaba hasta la noche, al regresar a su casa, ya estaba coloradito. Entonces, frente a la Catedral, gritaba: ¡Para mí no hay gallos que valgan! ¡Ni el gallo de la Catedral!

Don Ramón se creía el mejor gallo del mundo! Una vez al pasar, volvió a desafiar al gallo, en ese momento, don Ramón sintió que una espuela enorme le rasgaba las piernas, cayó herido, el gallo lo sujetaba y no le permitía moverse. Una voz le dijo:

Que le prometiera que no volviera a tomar mistelas, que nunca jamás volviera a insultar

El hombre respondió que ni siquiera le nombrara.

- ¡Levántate, hombre! ¡Pobre de ti si no cumples tu palabra de honor!

Entonces el gallito regresó a su puesto. Cuentan quienes vivieron en esos años, que don Ramón nunca más volvió a sus andadas y que se convirtió en un hombre serio y responsable. (VISITA ECUADOR, 2009)

ATAUD AMBULANTE

Se cuenta que por las noches y en los ríos del gran Guayas, frecuentemente se observa un ataúd flotando en las oscuras aguas, con la tapa levantada y una gran vela en la cabecera que ilumina los dos cadáveres de la princesa Mina y su hijo. Mina fue hija del último de los caciques de los daulis: Chauma. A sus espaldas, y en contra del parecer de su padre, ella se enamoró de un español con quien se casó en secreto. Su padre, al conocer la noticia, se molestó mucho porque los españoles habían matado a sus antepasados y despojado a su pueblo de sus tierras. Lleno de ira maldijo a su hija por casarse con un enemigo, la maldición de Chauma condenó al espíritu de Mina, falleció dando a luz a su primogénito que también nació muerto. Su esposo dio cumplimiento al último deseo de la princesa que, presintiendo un triste desenlace, pidió que al morir no la enterrase sino que, colocada dentro de un ataúd, la dejase en el río con la tapa de la caja levantada. Apenas su esposo abandonó el ataúd en el río, éste, en vez de hundirse permaneció en la superficie y partió como una flecha a la ribera más lejana. Desde entonces, ciertas noches se observa el ataúd por los ríos Daule y Babahoyo. Muchos navegantes aseguran haber visto con claridad los dos cadáveres y una nube de moscas que los rodea, sobre todo en la noche del 25 de febrero, aniversario del deceso de la princesa. (Paña, 2013)[pic 4]

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