La sociedad, el medio ambiente y la economía están entrelazados

ENSAYO

La sociedad, el medio ambiente y la economía– están entrelazados. Por ejemplo, una sociedad próspera depende de un medio ambiente sano que provea de alimentos y recursos, agua potable y aire limpio a sus ciudadanos. Este razonamiento, sin duda es resultado de una necesidad por priorizar la protección por el medio ambiente después de no hacerlo por décadas. El desarrollo, lamentablemente ha sido un impulso desproporcionado y generalmente sin planificar por parte de las sociedades.

Lamentablemente, es cuando las múltiples consecuencias del desequilibrio ambiental empezaron a afectar la dinámica “normal” de las sociedades, que surge la urgente necesidad de hacer un alto al desarrollo irresponsable y comenzar a dialogar con el ambiente. Es importante que la preocupación por un desarrollo sostenible se dé por parte de los países y regiones del mundo, aunque sea en un momento de la historia donde las consecuencias del desequilibrio ambiental son irreversibles por la gravedad del desinterés por parte de todos los ciudadanos del Mundo.

El auge de la planificación de proyectos, políticas y normas sobre desarrollo sostenible, entonces, constituye un cambio importante ante las nefastas consecuencias sociales y ambientales que experimentan en mayor o menor grado los países del Mundo. La sostenibilidad como objetivo a largo plazo, exige la práctica de muchos procesos y caminos para lograr ese objetivo; es decir, el conjunto de estrategias válidas para lograr sostenibilidad es lo que se conoce como “desarrollo sostenible”. En este sentido, todos los programas para el desarrollo sostenible deben considerar los tres ámbitos de la sostenibilidad: medio ambiente, sociedad y economía.

El desarrollo sostenible, por ende, se debe adecuar a los contextos locales y regionales de estos tres ámbitos, (sociedad, medio ambiente y economía), es decir, adoptará formas muy variadas en todo el mundo. Estos tres ámbitos deben guiar las acciones de los gobiernos, las comunidades y las organizaciones para definir los objetivos de sostenibilidad y crear programas para ayudar a lograr estos objetivos. En este sentido, los planes en desarrollo sostenible, deben ser organizados de forma concreta para traducirse en acciones realizables para los responsables involucrados. No es permisible pensar en sostenibilidad como un conjunto de ideales o principios ambiciosos, pero no realizables. La cuota de colaboración debe ser igualitaria entre todos los sectores que afectan el desarrollo social. Es indudable, que la sostenibilidad no se restringe estrictamente a temas ecológicos como la restauración del medio ambiente o la conservación de los recursos naturales; la sostenibilidad busca con amplitud lograr metas como la equidad entre las sociedades, igualdad de género, paz, tolerancia, reducción de la pobreza o justicia social.

Los 27 principios del desarrollo sostenible de la Declaración de Río, por ejemplo, son la mejor muestra de la preocupación por un desarrollo desde las tres perspectivas que se han analizado en este ensayo; estos principios son el sustento del diálogo mundial en materia de desarrollo. Debido a sus raíces ambientales, sociales y económicas, estos principios son complejos y suelen ser difíciles de solucionar. Entre ellos se incluye la reducción de la pobreza, el cambio de los patrones de consumo, el crecimiento de la población mundial y la protección de la salud humana, asimismo, la protección de los recursos que utilizamos, así como otros desafíos actuales importantes como el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. La lista para lograr sostenibilidad en todas las áreas del desarrollo humano es ambiciosa y extensa; pero es en definitiva necesaria para lograr el bienestar de todos los ciudadanos del Mundo.

El trabajo conjunto de todas las naciones influye de forma positiva en el desarrollo sostenible actual, no al nivel ni al ritmo que debería, pero sí hay conciencia por parte de la mayoría de los gobiernos por unir esfuerzos para prosperar de forma sostenible. En este sentido, todos los gobiernos involucrados saben bien que los valores económicos, ambientales y sociales tienen igualdad de importancia a pesar de que las personas con distintos intereses y orígenes interactúan, ya que el crecimiento o desarrollo sostenible de las personas y de las sociedades es un desafío con requerimientos universales.

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