Micro Y Macronutrientes Del Suelo Y La Planta
ibaraki14 de Septiembre de 2011
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Macronutrientes y micronutrientes
en el suelo y en la planta
Macronutrientes
Los macronutrientes son aquellos elementos que la planta necesita en grandes cantidades, entre estos se pueden distinguir dos tipo:
• Elementos primarios: En la mayoría de los cultivos, las necesidades de las plantas son superiores a las existencias en forma asimilable de dichos elementos en el suelo, por lo que se precisa hacer aportaciones de los mismos. Este grupo comprende: Nitrógeno, fosforo y el potasio.
• Elementos secundarios: Las existencias de estos elementos suelen cubrir las necesidades de los cultivos, por lo que, en general, no es preciso hacer aportaciones. Este grupo comprende: El calcio, el azufre y el magnesio.
Nitrógeno (N)
El nitrógeno en la planta
El nitrógeno es un elemento primordial para las plantas, ya que forma parte de las proteínas y de otros compuestos orgánicos esenciales (Enzimas, coenzimas, vitaminas, ácidos nucleicos, clorofila, etc.…) En menor proporción con relación al contenido total también se encuentra en la planta formas inorgánicas de nitrógeno: compuestos amónicos nitratos y nitritos, aumentando esta proporción cuando se presentan anomalías en el metabolismo que dificultan la síntesis de las proteínas.
Este elemento constituye un 2% aproximadamente, del peso total seco de la planta, concentrándose en los tejidos jóvenes. A medida que avanza la edad de la planta disminuye el porcentaje de nitrógeno, a la vez que aumenta el contenido de celulosa. Las hojas suelen ser las partes más ricas en nitrógeno, disminuyendo su contenido a partir de la floración. Dentro de las especies cultivadas, las leguminosas son las que contienen mayor proporción de este elemento.
Deficiencias y excesos de Nitrógeno
Dado que el nitrógeno es esencial para tantos procesos vitales de la planta no es extraño que la deficiencia de este elemento afecte a su crecimiento. Una insuficiencia nitrogenada da lugar a una vegetación raquítica; la planta adquiere poco desarrollo y las hojas son pequeñas y de color verde amarillento. Cuando la deficiencia es grave los bordes de las hojas toman una coloración anaranjada o violácea. Estas anomalías se acusan en primer lugar en las hojas más viejas, debido a que este elemento se mueve con facilidad en la planta y se desplaza hacia las hojas más jóvenes.
La deficiencia del nitrógeno da lugar a una maduración acelerada con frutos pequeños y de poca calidad, lo que se traduce en un rendimiento escaso.
El exceso de nitrógeno ofrece unos signos contrarios a los originados por la deficiencia: Las plantas adquieren un gran desarrollo aéreo, las hojas toman una coloración verdosa muy obscura que se retrasa en la maduración. La calidad de los frutos desciende notablemente.
El rápido y vigoroso crecimiento que adquiere n las plantas con exceso de nitrógeno provoca una demanda extraordinario de otros elementos, lo que daría lugar a deficiencias de estos elementos sino se encuentran disponibles en cantidad suficiente para atender a esas demandas.
Un exceso de nitrógeno da lugar a una mayor susceptibilidad de la planta a condiciones meteorológicas adversas (helada, sequia) enfermedades criptogámicas, ya que al permanecer los tejidos tiernos y suculentos durante más tiempo hay más probabilidades de ataques por esporas de hongos
Dinámica del nitrógeno en el suelo
Todo el nitrógeno procede, en primera instancia, de la atmosfera. Puesto que no existe roca nitrogenada. El nitrógeno presente en el suelo se encuentra bajo formas de nitrógeno orgánico y nitrógeno inorgánico. El nitrógeno orgánico que presenta un 98% de total se encuentra formando parte de la materia orgánica procedente de organismos minerales y vegetales. Este nitrógeno puede ser utilizado por las plantas mientras que no se transformen previamente en nitrógeno inorgánico, mediante una serie de procesos fundamentales de tipo bioquímico.
La forma más importante de nitrógeno inorgánico son los iones nitrato (NO3-) y amonio (NH4+). Otra forma menos abundante son: Ion nitrito (NO2-) y los gases óxidos nitrosos (NO) oxido nítrico (N2O) y amoniaco (NH3).
El ion amonio se encuentra absorbido por los coloides del suelo y una pequeña proporción disuelta en agua del suelo. El ion nitrato se encuentra libre en la solución del suelo. Las formas absorbidas en los coloides o contenidas en la solución del suelo que presentan solo el 2% del nitrógeno total del suelo y, sin embargo, tienen una gran importancia, puesto que las plantas absorben el nitrógeno bajo esa forma.
El balance de nitrógeno en el suelo bajo formas asimilable para la planta es el resultado de una serie de procesos que producen un continuo movimiento de ganancias y pérdidas.
Las ganancias se producen por los siguientes procesos:
• Fijación del nitrógeno atmosférico.
• Mineralización de la materia orgánica.
• Aportación de abonos minerales.
Las pérdidas se originan por los siguientes procesos:
• Inmovilización por los seres vivos.
• Fijación en el interior de la red cristalina de alguna arcillas.
• Desnitrificación
• Volatilización
• Lixiviación
Fosforo (P)
El fosforo en la planta
El fosforo es un elemento esencial para la vida. Las plantas lo necesitan para crecer y desarrollar su potencial genético y forma parte de todos sus tejidos, en una proporción cuyo valor medio puede situarse entre el 0.5 y el 1% de la materia seca (expresada esa proporción en P2O5). Es un elemento plástico y también catalítico, puesto que es un constituyente de muchas coenzimas. Participa ampliamente en la construcción de los compuestos encargados del transporte y almacenamiento de la energía precisa para realizar procesos vitales. Al igual que el nitrógeno, es un elemento que interviene prácticamente en todos los procesos importantes del metabolismo.
Las plantas absorben la mayor parte del fosforo bajo la forma de PO4H2-, y en menor proporción bajo la forma de PO4H2-, en pequeñas cantidades también se puede absorber en forma de fosfato orgánico soluble.
Deficiencias y excesos del fosforo
Dado que el fosforo interviene en los procesos de crecimientos y síntesis de los componentes de las plantas, su deficiencia ocasiona un desarrollo débil, tanto el sistema radical como la parte aérea. Las hojas son de menor tamaño que en circunstancias normales, con los nervios pocos pronunciados y coloración anormal: tonalidad azul verdoso oscura con tintes bronceados o purpuras. Las hojas más viejas son las que presentan mayores síntomas de deficiencias, debido a que este elemento se mueve con rapidez dentro de la planta y emigra desde la hoja más vieja a las más jóvenes. L a madures del fruto se retrasa y disminuye el rendimiento de la cosecha. Aquellas cosechas que se recolectan por su semilla reducen su rendimiento drásticamente.
Las alteraciones por exceso no suelen darse en la práctica. Únicamente en caso de exportación masiva y reiterada de fertilizante fosfórico se pueden presentar deficiencias de hierro, por insolubilidad de este último elemento en el suelo.
El fosforo en el suelo
Todo el fosforo existente de la naturaleza procede de la descomposición de la roca. Los yacimientos de fosfato tienen su origen seguramente en el fondo del mar, en donde se depositaron los restos de organismo marinos formando capas de fosfato calizos que posteriormente se levantaron mediante movimientos tectónicos; posteriormente se lavaron los carbonos, más solubles, quedando únicamente los fosfatos.
El fosforo del suelo se clasifica en orgánico e inorgánico. El fosforo orgánico, representa del 20 al 60% del fosforo del suelo, procede de los restos vegetales y animales y se acumulan en las capas superficiales. La descomposición del fosforo orgánico y su transformación en inorgánico la efectúan ciertas especies de bacterias, hongos y actinomicetos. Al igual que el nitrógeno, el fosforo orgánico tienen su ciclo de mineralización e inmovilización. Carbono, nitrógeno y fosforo orgánico se encuentran en el suelo en una proporción media de 100:10:1. La relación carbono/fosforo condiciona la mineralización del fosforo orgánico, de tal forma que se producen liberación del fosforo cuando esta relación es inferior a 300. El fosforo inorgánico comprende numerosos compuestos que pueden clasificarse en dos grupos:
• Fosfatos de calcio: Son los predominantes y los que tiene mayor importancia desde el punto de vista agrícola. El fosfato tricalcico es insoluble y, por tanto, no asimilable por las plantas. Los fosfatos monocalcicos y vocálicos son solubles y asimilables, pero están en pequeñas cantidades debido a que se transforman con facilidad en compuesto insolubles.
• Fosfato de hierro y aluminio: Son muy insolubles y muy estables en suelos ácidos.
Un suelo que tuviera una concentración de fosforo total de 0.5% contendría unas 30toneladas por ha en los primeros 50cm. Si toda esa reserva estuviese a disposición de los vegetales habría cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de los cultivos durante muchos años sin necesidad de hacer aportaciones. Pero la mayor parte del fosforo contenido en el suelo no es asimilado por la plantas, debido a su insolubilidad. Únicamente puede ser asimilado bajo la forma de iones orto fosfatos PO4H2- (monovalente) y PO4H2-(bivalente) presente en la solución del suelo, siendo la absorción proporcional en la
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