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TERAPIA TRANSPERSONAL

albert_perikoTesis9 de Septiembre de 2013

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TERAPIA TRANSPERSONAL Y REIKI

Escuela Española de Terapia Transpersonal

Irina Gómez Marín

Madrid, octubre 2009

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN

2. TERAPIA TRANSPERSONAL

• Qué es la Terapia Transpersonal

• Desarrollo de la terapia

• Aspectos propios de la Terapia Transpersonal

• Técnicas y ejercicios

• Lo transpersonal

• Logros de la terapia

3. REIKI

• Qué es Reiki

• Efectos y beneficios

• Cómo se complementa Reiki con otras terapias

• Reiki como terapia complementaria y apoyo de la Terapia Transpersonal

• Reiki durante la sesión de Terapia Transpersonal

• Reiki a distancia después de la sesión de Terapia Transpersonal

• Reiki aflorando emociones y acercándote a tu ser interior

• La Terapia Transpersonal y Reiki como camino espiritual

4. TESTIMONIO

5. CONCLUSIÓN

6. BIBLIOGRAFÍA

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INTRODUCCIÓN

Los estados emocionales y bloqueos que acompañan al ser humano en su vida cotidiana son innumerables, siendo algunos de ellos una carga pesada que se sufre a diario, sin encontrar una salida o solución que los libere. Además de éstos, existen otros estados emocionales de los cuales ni siquiera somos conscientes y que nos impiden relacionarnos con los demás, así como avanzar en nuestro crecimiento personal y espiritual.

El tipo de sociedad en el que vivimos avanza tan deprisa que nos impide detenernos a pensar en nosotros mismos y lo que nos rodea. La familia, las experiencias de la niñez y el sistema individual de creencias, tanto como lo que somos o creemos que somos, forman la red de conexiones e interrelaciones con los demás que es nuestra vida, siendo ahí donde manifestamos lo que nos inquieta e impide ser felices.

Sin embargo, hay sistemas y terapias que nos permiten entender y explorar diferentes

situaciones y estados y que nos proporcionan los medios para sanar aquello que nos aqueja y no nos deja avanzar.

Es aquí donde aparece la Terapia Transpersonal, una terapia nueva que transforma al ser humano dándole la posibilidad de mirarse a sí mismo, encontrando la verdadera esencia de lo que es.

Lo que intento desarrollar en este trabajo es, a través de mi experiencia personal,

la ayuda que puede proporcionar esta terapia en el proceso de sanación y crecimiento espiritual, complementándola con la práctica reiki.

Creo que son dos modos de sanación complementarios, y que se pueden ayudar y apoyar entre sí, trabajando desde principios diferentes. Es por esto que realizo una pequeña explicación de cada uno de ellos y de la manera de utilizarlos juntos. Obviamente, en este caso, la línea terapéutica principal que sigo es la transpersonal, siendo reiki la una herramienta de la que dispongo cuando se hace necesario.

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TERAPIA TRANSPERSONAL

Qué es la Terapia Transpersonal

La Terapia Transpersonal es una nueva dimensión de la psicología, un nuevo espacio donde el terapeuta acompaña al ser humano en el redescubrimiento de sí mismo y la identificación con su conciencia mayor.

El término transpersonal hace referencia a lo que está más allá de la persona. La terapia transpersonal no sólo facilita el crecimiento del yo-personalidad sino que va más allá, hacia la realidad trascendente.

El terapeuta acompaña al paciente en el proceso de “des-identificación” de sus procesos físicos, mentales y emocionales para conocer el alcance de su condicionamiento y orientarlo hacia una observación sostenida; como consecuencia de esta observación, el paciente procede a desidentificarse progresivamente de estos condicionamientos.

La Terapia Transpersonal atiende a la necesidad fundamental que cada individuo tiene de asumir la responsabilidad de sí mismo en el entorno que le rodea y en sus propias relaciones, gestionando de manera adecuada las necesidades físicas, mentales, emocionales y espirituales del sujeto.

La Terapia Transpersonal conecta lo psicológico con la práctica espiritual, en lo que difiere de la terapia occidental tradicional, más preocupada por la modificación del comportamiento y alegando que una personalidad bien adaptada es sana, sin tener en cuenta todos los aspectos del ser que trascienden la personalidad. También pretende adaptar al individuo a la sociedad, afirmando que los seres humanos como los animales, responden a los estímulos del medio.

Es una psicología sin conciencia, olvida los valores, el libre albedrío, la voluntad y la trascendencia.

En cambio, la psicología transpersonal integra dimensiones que van más allá de los puntos de vista del conductismo, del psicoanálisis y de la psicología humanística; investiga la existencia de estados superiores de conciencia que son potencialmente alcanzables, ayuda al paciente en el proceso de desidentificación de sus procesos físicos, mentales y emocionales, reconoce la espiritualidad y las necesidades trascendentales como propios de la naturaleza humana.

El terapeuta intenta ayudar a la persona a ascender a niveles superiores de salud psicológica, a desarrollar su capacidad para asumir la responsabilidad sobre sí misma y sobre sus relaciones y experiencias, a capacitarla para que satisfaga de manera adecuada sus múltiples necesidades físicas, emocionales, mentales y espirituales de acuerdo con sus preferencias y predisposiciones personales, y a conectarse con su propia dimensión trascendental a través de

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práctica de la vía transpersonal. Para ello, el proceso se ocupa tanto de la solución de los problemas particulares (aunque los reconoce, los trabaja y los integra) como de la creación de condiciones en que se posibilite, según sea adecuado, la solución o la trascendencia de los problemas. El terapeuta no cura la dolencia particular de la persona, sino que la capacita para que aprenda a contactar con sus propios recursos interiores y deje actuar sin miedo al proceso natural de curación, que es también un proceso de crecimiento.

Lo dicho lleva a los psicoterapeutas transpersonales a considerar que las crisis significan cambio y que todos los pacientes tienen capacidad de autocuración, que se ve estimulada por el desarrollo de la consciencia transpersonal.

Por lo demás, la situación terapéutica se concibe de manera que ambos participantes trabajen sobre sí mismos, cada uno de la manera más adecuada para su propio desarrollo. La consciencia se entiende como el instrumento y el objeto del cambio. Esta terapia llega a los niveles de conciencia más profundos del ser humano, a los que cada persona puede acceder mediante trabajos y diversas técnicas (de atención sostenida, observación e integración).

Sin embargo, muchas veces se requiere cierto entrenamiento introspectivo para alcanzar dichos niveles de conciencia. Es por esto que la propia experiencia terapéutica encierra su propia energía sanadora que, traspasando creencias mentales, marcas emocionales y sensaciones corporales, abre a la persona a una nueva manera de contemplar la propia vida y el mundo que le rodea.

Cómo se desarrolla la Terapia Transpersonal

La Terapia Transpersonal inicia el proceso de sanación ayudando y facilitando al paciente en conflicto a finiquitar su grado de sufrimiento. Una vez que se ha restablecido un cierto nivel de equilibrio emocional, el terapeuta empieza a orientar al paciente hacia el descubrimiento de sus dimensiones interiores.

Este proceso se desarrolla en tres fases:

Primera fase: acercamiento del paciente al conocimiento de la propia identidad ego.

En esta etapa se entrena al paciente para que contemple su conflicto desde diferentes puntos de vista. Es el momento en que aprende a observar de manera introspectiva, incrementando el auto conocimiento y la consciencia de su propio sistema de creencias y condicionamientos mentales y emocionales. Al construirse un buen ego y luego trascenderlo, el paciente desarrolla no sólo confianza y respeto en su criterio, sino también su capacidad de concreción

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y la fuerza necesaria para realizarse en el mundo elegido, aprovechando las oportunidades creadas a raíz de la situación crítica.

Los intereses básicos del ego oscilan entre la atracción y el rechazo, entre la evasión del dolor y la búsqueda del placer; es conveniente observar y atestiguar, de forma que se logre alinear con los intereses de la identidad profunda para posteriormente trascenderla e integrarla. Un ego madurado posee dos cualidades: firmeza en el interior y flexibilidad en el exterior, muchas veces se cae en el error de negar el ego, situación que se da en personas que tienen un ideal de servicio a los demás. Cuando esto sucede aflora una especie de espiritualidad que no es otra cosa que un ego que no corresponde a la realidad.

Segunda fase: reprogramación del propio ego.

En esta fase, el paciente interioriza y nombra los diferentes elementos internos y procede a crear nuevos esquemas de pensamiento de los que dependerá la vida futura de su yo personal.

Aprende a conectarse con sus verdaderas necesidades y a elegir lo que quiere vivir, constatando que lo que sucede en su mente se debe a un proceso íntimo de interpretación de la realidad. A partir de este punto, el sujeto por el simple hecho de devenir consciente, abre un nuevo horizonte vital en cuya construcción ya puede intervenir y optar.

Nuestro aprendizaje en el campo del ego estriba en ampliar lo suficiente nuestra mente para dejar lugar al desacuerdo y a la oposición entre las partes internas. La dualidad es inherente a la mente y al pensamiento, el pensamiento es

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