“Las neurociencias como elemento fundamental para la labor docente en el siglo XXI”

INSTITUTO DE ENLACES EDUCATVOS[pic 1]

MESTRIA EN NEUROEDUCACIÓN.

INVESTIGACIÓN EDUCATIVA I.

DOCENTE:

 Dr. ABISAID OROZCO MORALES

Ensayo:

“Las neurociencias como elemento fundamental para la labor docente en el siglo XXI.”

Areli Aidee Angeles Arcos.

2022.

INTRODUCCIÓN.

Es muy común que a docentes jóvenes se les repita  muchas veces la siguiente pregunta: ¿No es muy joven para dar clases?, al inicio esta pregunta resulta  ser incomoda, pero con el paso del tiempo los docentes llegan a entender la preocupación de los padres va más enfocada al desarrollo académico de sus hijos que al desempeño del docente; por lo que, lejos de ser un acto ofensivo, resulte una motivación para mejorar el actuar profesional; transformando esta pregunta en ¿Realmente tengo los conocimientos, herramientas y aptitudes que necesito para que estos niños desarrollen todo lo necesario para su nivel educativo?

En muchas ocasiones, a los docentes se les tilda de incultos, haraganes y que simplemente no tienen una plataforma de trabajo profesional o de desarrollo horizontal. Realmente no se podría reprochar este pensamiento, pues tan solo hace menos de 10 años, los planes de estudio en las escuelas Normales encaminaban al estudiante de la Licenciatura en temáticas simples, resumidas y totalmente básicas de teorías de desarrollo infantil, educativas, etc. Enfocándose mas en tratar a la carrera como un oficio, mas que un campo amplio de investigación y desarrollo.

En el presente ensayo se pretende dar un panorama amplio de la importancia que el estudio de las Neurociencias tiene para la labor docente, y la relevancia de que esta labor se revalorice como una acción profesional y de investigación, dejando en el pasado la visión se ser meramente un oficio que se “aprende con la práctica”

         DESARROLLO.

                Sin embargo, basta comprender que allí, sentados frente al docente, hay decenas de cerebritos dispuestos al desafío, al pensamiento crítico(…) En este sentido, la neurociencia tienen mucho que aportar a la educación (tanto que se ha generado una disciplina específica llamada neuroeducación): cuando hace apenas unos años se afirmaba que entre la escuela y la investigación había “un puente demasiado lejos”, hoy las investigaciones (…) de muchos otros acortan las distancias, iluminan ese mismo puente y hacen que transitarlo en uno y otro sentido sea cada vez más necesario. (Dehaene, 2011, p. 10)

Esta idea, puede parecer un tanto utópica cuando la trasladamos a un contexto latinoamericano y de educación pública; sin embargo, el hecho esta ahí: los docentes, sobre todo los de educación básica, tienen el objeto de estudio cara a cara, conviviendo mínimo de cuatro a seis horas de lunes a viernes. Lo único que hace falta es ese impulso para cruzar “el puente”, y hacer un intercambio justo por lo que se vive día a día en el aula.

Volviendo al planteamiento anterior, se debería de traer a la mesa de conversación, sin la intención de menospreciar el trabajo y experiencia de los docentes, si realmente se cuenta con las bases necesarias para guiar correctamente el aprendizaje de cientos de estudiantes.

Por lo anterior, es importante definir correctamente a las Neurociencias como “el ámbito interdisciplinar que estudia diversos aspectos del sistema nervioso: anatomía, funcionamiento, patología, desarrollo, genética, farmacología y química, con el objetivo último de comprender en profundidad los procesos cognitivos y el comportamiento del ser humano” (Mora y Sanguinetti, 1996, como se cita en Portellano 2005, p. 3). Es decir, las neurociencias parten de un trabajo en conjunto de diferentes disciplinas, pero que están encaminadas a explicar, entender y profundizar en el funcionamiento del cerebro, desde su formación, desarrollo y modificación a lo largo de la vida.

En un primer momento, parecería que el trabajo de las Neurociencias esta demasiado alejado de las problemáticas reales en las escuelas publicas de Latinoamérica, y combinan mas con el desarrollo e investigación de los profesionales de la salud, ya sean Neurólogos, Psiquiatras, Psicólogos y demás; pero el trabajo de dichos especialistas debería de repercutir directamente en lo que se hace en las aulas y viceversa; el trabajo de observación, análisis y desarrollo que se lleva a cabo en ellas debería de enriquecer a los estudios neurocientíficos y no quedar aparte de la vista de otros especialistas en la neuroeducación.

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