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SIMCE: Herramientas obsoletas de evaluación educacional


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2023  •  Ensayos  •  2.458 Palabras (10 Páginas)  •  38 Visitas

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 SIMCE: Herramientas obsoletas de evaluación educacional

                                                             Jennifer Contreras

Francisca Jorquera

Daniela Zubicueta

El Simce se crea en el año 1968, con el propósito de  contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación. De este modo, los resultados de las pruebas Simce aportarían información clave para que cada comunidad educativa reflexione sobre los aprendizajes alcanzados por sus estudiantes e identifique desafíos y fortalezas que contribuyan a la elaboración o reformulación de estrategias de enseñanza orientadas a mejorar los aprendizajes. (MINEDUC, n.d.)

Desde el 2012, Simce es el único sistema de la Agencia de Calidad de la Educación que se utiliza para evaluar los resultados de aprendizajes de los establecimientos. Sus creadores y defensores avalan este sistema de prueba estandarizada como único instrumento para evaluar y mejorar la calidad de la educación y sostener un modelo de aprendizaje escolar precario y deficiente en materia.

Sin embargo, este sistema viene siendo criticado y cuestionado tanto por las mismas comunidades escolares, como profesionales de la educación. Los cuales apuntan a esta  prueba como un sistema de mercado, un negocio, un modelo obsoleto que no se adapta a las necesidades actuales y de los estudiantes, sin dejar de lado que los resultados de las pruebas se prestan para la estigmatización y discriminación de establecimientos más pobres, así como crear brechas de género mediante los mismos resultados.  

Desde los resultados del 2013, el catedrático Jaime Retamal viene haciendo un llamado con respecto a la actualización o generar un nuevo instrumento de medición, ya que hasta esa fecha no se han presentado resultados significativos en la brecha de aprendizaje, y que la prueba no hacía más que estigmatizar  a las escuelas más pobres, y solo funcionar enfocado en las necesidades de mercado, y no las educativas (USACH, 2017).

En materia más actual, los resultados del Simce 2022 vienen a ser bastante controvertidos, ¿En qué sentido? Resulta desalentador y vacío escuchar y/o leer anuncios de expertos en política educacional, expresando que los resultados de la prueba “son menos catastróficos de los que se esperaba”, “es una posición menos desfavorable de lo que se esperaba”, y otros como esos (Cancino & Lillo, 2023). Eso nos habla de una mediocridad de las autoridades y poco interés por mejorar la calidad de educación y sostenernos de una prueba obsoleta.

 Para contextualizar y sin ahondar demasiado en el pasado, la creación del sistema Simce es puesto en marcha en un contexto político dictatorial, como actualización de la prueba PER  cuyo propósito era usar la información de los resultados que llegaba directo a los apoderados (no fue público hasta 1995)  para elegir un buen establecimiento para sus hijos, generando una demanda y oferta, lo cual también viene a complementar la privatización de la educación (Ortiz Caceres, 2012). Por lo anterior, y debido a la falta de fundamento empírico y científico, es que la crítica a la creación de estas pruebas resulta más una ideología de mercado que un modelo de mejoramiento y crecimiento para el  aprendizaje escolar.

Este modelo de privatización de la educación ha posicionado a Chile como uno de los países con mayor segregación educacional, esta situación fue la raíz del surgimiento de movimientos estudiantiles en los cuales se exigía el derecho a la educación y que el estado garantice una educación igualitaria, laica, gratuita y de calidad por igual en todos los establecimientos del país . Frente a esta solicitud, la prueba estandarizada de Simce estaría completamente opuesta al fin de estas demandas estudiantiles, pues podríamos señalar que sus bases han creado mayores distancias en lo que ha igualdad y equidad se refiere, pues la prueba ha sido un motor para que los diversos establecimientos educativos busquen alcanzar mayor prestigio y diferenciarse de establecimientos educativos con menos recursos. Siendo estas las razones de que aquellos estudiantes que forman parte de estos establecimientos peores evaluados tengan por consecuencia menor acceso a la educación superior, siendo privados de esta forma al derecho a una educación digna e igualitaria.

Hoy se hace necesario cuestionar la necesidad de seguir utilizando y defendiendo a este modelo que en consecuencia ha provocado el cierre de diversos establecimientos, la des profesionalización y desvalorización del trabajo docente, aumentando el agobio laboral y estrés en la comunidad escolar, por situaciones como estas es importante discutir ¿por qué siguen funcionando estas formas de medición? ¿Son realmente necesarias? Pues, según datos, no han logrado sus objetivos principales y que finalmente, tal vez el Simce no ha hecho más que potenciar una distorsión educativa.

Schiebelbein (1998) señala que la implementación de un sistema de evaluación respondía a la necesidad de contar con una herramienta para orientar la selección de escuelas por parte de las familias, una lógica de regulación de mercado, “Se esperaba que los establecimientos educacionales compitan en calidad para hacerse más atractivos a los potenciales ´clientes´. Esta necesidad requería de una cobertura universal (no muestral) y de preparación de informes para padres con los rendimientos de cada alumno, de manera individual” (Schiefelbein, 1998: 242)

La mayor crítica que rodea al sistema de la prueba Simce es la brecha socioeconómica, cuya crítica despertó más fuerte con los últimos resultados de la prueba de matemática y lenguaje que evaluó a los estudiantes de 4.º básico y 2.º medio en un contexto pospandemia covid-19. Esto debido a la diferencia en los resultados de establecimientos con más recursos para enfrentar la pandemia, los cuales obtuvieron mejores resultados en comparación a los más vulnerables. El resultado de esto, puede traer graves consecuencias para los establecimientos vulnerables, sus profesores y alumnos, ya que el modelo de la prueba no puede medir estas desventajas, lo cual estigmatiza al establecimiento y sus profesores.   ¿Cómo una prueba mide la calidad del aprendizaje, aun cuando las ventajas y desventajas son notorias?

La decana de la U. San Sebastián, Ana Luz Durán, rescata que lo más importante que entregaron estos resultados, son la brecha socioeconómica de los establecimientos que no se ha podido aminorar y el foco en políticas públicas de estructura, más que en el aprendizaje (Publimetro, 2023).

Así mismo, la rectora de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) Elisa Araya, afirmó que “le sorprende, que le sorprenda a los especialistas” la diferencia en los resultados. Ya que siempre ha existido una brecha muy grande entre los escolares provenientes de escuelas de sectores acomodados, con mayor capital cultural y económico del sector más pobre, que es esa diferencia lo que mide esta prueba estandarizada. También agregó que se deben evaluar otras dimensiones, que la prueba no nos muestra en la baja de los resultados, como la dimensión socioafectiva, el efecto pandemia y la ausencia clase, así como la dimensión social y de género (Moya Plaza & Radio Universidad de Chile, 2023).

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