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Conceptos generales de teoría de la enunciación


Enviado por   •  5 de Abril de 2020  •  Trabajos  •  2.311 Palabras (10 Páginas)  •  151 Visitas

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Conceptos generales de teoría de la enunciación

Se puede abordar el estudio del lenguaje desde dos perspectivas: Una es considerar el lenguaje como un sistema de significación cuyos elementos son definidos por las relaciones que entablan entre sí. La segunda consiste en considerar que el ejercicio del lenguaje es una acción como tantas otras, cuya significación depende no solamente de las relaciones estructurales entre sus elementos constitutivos sino también de los interlocutores implicados, así como sus circunstancias espacio - temporales.

Cada perspectiva lleva a resultados diferentes y tener propósitos a partir de presupuestos diferentes con respecto al lenguaje. Privilegiar uno u otro aspecto del lenguaje, implica adoptar concepciones diferentes acerca de la significación del lenguaje y sobre el lugar de éste dentro de la experiencia humana.

La obra de Austin “How To Do Things With Words” revela su preocupación por sacar a la luz el poder del lenguaje para efectuar acciones. Para él, hablar no es únicamente hacer circular significaciones, sino realizar alguna acción determinada, que como cualquier acción, tiene causa y consecuencia. Por ejemplo: Al decir la frase “juro decir la verdad”, en el contexto de un juicio no es sólo comunica una información, sino realizar un juramento. En otras palabras, jurar es decir que se jura, entonces el hecho de “decir” es “hacer”.

Existe una serie de verbos que tienen capacidad performativa (verbos que realizan la acción que significan); algunos que se pueden mencionar son: bautizar, declarar, prometer, inaugurar, aconsejar, clausurar, felicitar, agradecer, amenazar, etc.

Todas las frases tienen un orden gramatical aceptable (esto se llama acto locucionario), y además, toda frase realiza un acto ilocucionario por el cual afirma, interroga, ordena, etc. Y a esto hay que agregarle otra facultad del lenguaje, que es la de efectuar un acto perlocucionario (producir un efecto sobre el interlocutor), como hacer saber, hacer creer, consolar, etc.

Los estudios de Austin fueron apoyados y desarrollados más en profundidad por la obra de Searle “Speech Acts”. Searle parte de una hipótesis global en la cual hablar un lenguaje es igual a participar en una forma de conducta gobernada por reglas. En otras palabras: hablar consiste en realizar actos conforme a reglas. Dice que el acto que se realiza al hablar, es la unidad básica de la comunicación, y su propósito de estudio es distinguir entre varios géneros de actos de habla y establecer las diversas clases de reglas que los gobiernan.

Searle reconoce 3 géneros diferentes de actos: actos de emisión, actos de proposicionales, actos ilocucionarios.

El autor distingue las reglas en: reglas constitutivas (constituyen y regulan también, una actividad cuya existencia es lógicamente dependiente de las reglas) y reglas regulativas (regulan una actividad preexistente, cuya existencia es lógicamente independiente de las reglas). Hace esto para ofrecer un marco general de las condiciones necesarias y suficientes para realizar con éxito los diferentes tipos de actos de habla.

Las teorías y estudios de estos 2 autores se debe a los trabajos de Benveniste. Benveniste tiene como punto de partida la crítica a la concepción instrumental del lenguaje: considerar el lenguaje como instrumento de comunicación es una evidencia de la cual al menos hay que desconfiar. Se puede afirmar que no es el hombre quien ha creado el lenguaje como una prolongación exterior a él, sino que por el contrario, es el lenguaje el que ha fundado la especificidad de lo humano y ha posibilitado la definición misma del hombre.

Benveniste afirma que el lenguaje es donde el hombre se constituye como sujeto, ya que solo el lenguaje funda su modalidad que es la del ser, el concepto de “ego”. El que habla es un locutor que dirige su discurso a otro, por lo que el yo implica necesariamente un tú.

La polaridad de las personas (el yo/tú) es el primer argumento de Benveniste para sostener el carácter lingüístico de la subjetividad: es ego quien dice ego. Es el acto de decir el que funda al sujeto y simultáneamente al otro en el ejercicio del discurso. Ante cualquier enunciado, se puede suponer la cláusula yo (te) digo que… puesto que no podemos hablar sino en primera persona. El segundo argumento que usa Benveniste para explicar lingüísticamente la subjetividad, es el reconocimiento de otros elementos igual de importantes que los pronombres personales, y estos son los indicadores de la deixis: demostrativos, adverbios, adjetivos, que organizan las relaciones espaciales y temporales en torno al sujeto tomado como punto de referencia: esto aquí, ahora, eso, ayer, mañana, etc.

Los elementos indiciales o deícticos, organizan el espacio y el tiempo alrededor del centro constituído por el sujeto de la enunciación y marcado por el ego, hic et nunc del discurso. Así, todo discurso marca un aquí, lo que postula de inmediato un allí, y un en otra parte. El discurso marca un ahora en función del cual se traza una línea que divide el presente de toda relación que se marca por relación al ahora como anterior o posterior.

El tercer argumento de Benveniste es la expresión de la temporalidad. El tiempo presente no puede definirse si no es por referencia a la instancia de discurso que lo enuncia. El presente es el tiempo en el que se habla. Cada acontecimiento enunciativo inaugura un presente en función de cual pueden comprenderse los variados tiempos del enunciado.

ENUNCIADO Y ENUNCIACIÓN

En cualquier enunciado siempre se pueden conocer dos niveles: el nivel de lo expresado, la información transmitida, la historia contada, eso es el nivel enuncivo, y lo enunciado es el nivel enunciativo.

El enunciado puede concebirse como una materialidad perceptible realizada con cualquier sustancia expresiva (puede ser verbal, icónica, sonora, etc.). El enunciado tiene dos niveles: el explícito (lo enunciado, aquello que es objeto del discurso) y el implícito (la enunciación presupuesta por todo enunciado en la medida en que todo discurso proviene de un yo que destina su alocución a un tú. El nivel enuncivo, llamándose también “lo enunciado”, puede verse también como el objeto manifiesto de toda enunciación.

Greimas considera que la enunciación tiene la misma estructura que un enunciado, es decir, que ambos se componen de un sujeto, verbo y objeto, siendo el sujeto de la enunciación el “yo/tu” subyacente a todo enunciado, el verbo de la enunciación aquel que designa el acto enunciativo (o sea, decir), y el objeto de la

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