EDUCACIÓN, CULTURA Y LENGUAJE

2. EDUCACIÓN, CULTURA Y LENGUAJE

En el capítulo anterior intentamos establecer la relación entre el individuo y la sociedad, es decir la cultura, a través del proceso educativo que se desarrolla por medio del lenguaje. Intentaremos ahora hacer precisión del papel que cumple el lenguaje en esa relación del individuo con el mundo.

Nuestro punto de partida es una idea de Vigotski,^[1] sobre la relación entre el lenguaje y el pensamiento, puesto que estos no se pueden separar al considerar la forma como un individuo se apropia de su mundo. Según el psicólogo ruso, el desarrollo del lenguaje y del pensamiento son paralelos y se intersectan en algún momento del desarrollo del individuo: Aunque el lenguaje y el pensamiento tienen orígenes genéticos distintos, en el contacto del individuo con el mundo los dos empiezan a tener una relación recíproca en su proceso de maduración. El desarrollo del pensamiento está determinado por el lenguaje, es decir, por las herramientas lingüísticas del pensamiento y la experiencia sociocultural del niño” lo cual nos permite plantear que la interiorización del lenguaje del niño (y por consiguiente del mundo) depende de factores externos, eminentemente sociales; los procesos de pensamiento que el niño desarrolla lo llevan a internalizar el mundo, a través del lenguaje, donde como lo plantea Piaget, el desarrollo de la lógica es una función directa del lenguaje socializado y donde el crecimiento intelectual del niño depende de los medios sociales del pensamiento, es decir del lenguaje.

 No se trata de determinar entonces si el desarrollo del pensamiento está determinado por el desarrollo del lenguaje o viceversa sino de establecer que entre ellos hay una relación de complementariedad; el uno sirve de complemento al otro, el pensamiento se expresa en el lenguaje y a su vez el lenguaje se estructura en el pensamiento. Esta es la idea que nos interesa para el fin de este texto: Se logra el desarrollo del pensamiento por medio del desarrollo del lenguaje que es lo que la escuela debe buscar, lo cual nos permite asumir que la relación entre el lenguaje y la educación es dialéctica, pues no se podría cumplir con la tarea formativa sin buscar el desarrollo del lenguaje y por consiguiente, del pensamiento. En la búsqueda de la autonomía y el desarrollo de las dimensiones humanas deberá estar el desarrollo del lenguaje y del pensamiento como un eje transversal de la labor pedagógica de la escuela, buscando potenciar al individuo en su capacidad para leer y reconocer su entorno, para valorarlo, para criticar, para contextualizar sus aprendizajes, para reflexionar, para ser creativo, para comunicar, etc.

Es igualmente importante precisar de una vez que el lenguaje no se reduce  a la lengua; la lengua es una forma del lenguaje (funcional y muy importante), pero el lenguaje es mucho más. Incluye todas las formas intelectivas del ser humano, todas las formas que utiliza para establecer relaciones con los demás y con el mundo. Todo lo que hace y sobre lo que ejerce influencia: su manera de vestir, de comer, de actuar, de comunicar, todas ellas son formas del lenguaje que se establecen como códigos que tienen validez y aceptación social. Por su naturaleza misma, el ser humano utiliza el lenguaje para establecer la capacidad de relacionarse con los otros, para identificarse como ser significativo ante los demás, para reconocerlos como congéneres, para respetarlos, para valorarlos en sus aportes y producciones, para entender que son seres humanos que merecen respeto aunque piensen distinto.

El lenguaje también incluye la capacidad humana para interiorizar el mundo, el entorno social, es decir, todas las manifestaciones de la cultura que puedan llegar a afectar al individuo por su accionar en sociedad: la concepción del mundo de una sociedad, su pensamiento religioso, etc. se transmiten al individuo a través de la interacción con los elementos que contengan ese tipo de pensamiento, todo lo que comunique, lo que haya tenido influencia humana es parte del lenguaje y le permite al individuo apropiarse del pensamiento de su entorno social. Finalmente, el lenguaje incluye la capacidad que pueda tener una persona para exteriorizar el mundo, lo que ha podido interiorizar lo expresa a través del lenguaje, lo hace en su forma de actuar, de comunicar, de pensar, de sentir o de vivir; lo hace también por medio de cualquier proceso creativo, es decir, de re-creación de su experiencia con el mundo, como se ilustra en la figura número 4.

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D E S A R R O L L A   F U N CI O N E S

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Figura No. 4

Las funciones del lenguaje

La relación del individuo con el mundo y con sus congéneres se establece entonces a partir del lenguaje, el cual incluye diferentes procesos, y a partir de los procesos del pensamiento que sirven de soporte a los primeros. Esto quiere decir, que cualquier proceso comunicativo, significativo o expresivo lleva implícito su propio proceso de pensamiento. Así, por ejemplo escribir un texto lleva implícito la capacidad que tiene el individuo para organizar información, para jerarquizarla, para establecer secuencias, para adicionarla o contrastarla, para generalizar o ejemplificar, etc. lo cual representa las operaciones mentales necesarias para producirlo.

Por su naturaleza social, es necesario plantear entonces la relación del lenguaje con la cultura y con la educación,  desde tres puntos de vista:

1. Desde el lenguaje mismo como proceso social y cultural
2. Desde la relación del lenguaje con el pensamiento
3. Desde el lenguaje como el soporte del proceso educativo

Pongamos en consideración un planteamiento que ha hecho carrera  primero en la filosofía y luego en las ciencias del lenguaje desde hace varios siglos:  El lenguaje es de naturaleza social y establece una relación dual con la sociedad, pues sin la sociedad no habría lenguaje, y sin el lenguaje no existiría la sociedad; éste es su elemento de cohesión, el lazo invisible que une todos los elementos de la estructura de la sociedad. El lenguaje contiene y encierra todo lo que vive y posee la sociedad; las relaciones sociales son ante todo relaciones de lenguaje y son dinámicas. El lenguaje no es un objeto, es un organismo viviente, es un proceso que establece las relaciones entre todos los individuos de una sociedad y se manifiesta a través de diferentes códigos, los cuales a su vez se componen de signos. El lenguaje vive en el uso social, por fuera no existe; es decir, funciona en la sociedad mediante formas socialmente aceptadas y compartidas, no mediante frases u oraciones o palabras sino mediante textos que cobran sentido y significado en contextos específicos^[2].

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