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Implicaciones Del Perfil De Egreso En La Práctica Docente: Una Experiencia


Enviado por   •  19 de Enero de 2013  •  2.727 Palabras (11 Páginas)  •  993 Visitas

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Mi formación al servicio del Estado

INTRODUCCIÓN:

Reconociendo la fuerte influencia de los cinco rasgos del perfil de egreso en la formación de las alumnas que cursan la licenciatura de educación preescolar, como en su desempeño docente, a través de las prácticas de intervención que se llevan a cabo dentro del periodo escolar para permitir un acercamiento a las condiciones reales de trabajo; hago en el presente documento, una reflexión de mi desempeño docente, tomando como base, el plan de estudios 1998, a partir de los cinco rasgos deseables del nuevo maestro, que a letra dicen: “Las competencias que definen el perfil de egreso se agrupan en cinco grandes campos: habilidades intelectuales específicas, dominio de los propósitos y contenidos básicos de la educación preescolar, competencias didácticas, identidad profesional y ética, y capacidad de percepción y respuesta a las condiciones de sus alumnos y del entorno de la escuela”.

Estas consideraciones tienen que convertirse en el motor de los estudiantes normalistas, ya que ellos definen su nivel de pertenencia a la carrera, no sólo como trabajo, sino como, el mismo Plan de estudios lo menciona, como carrera de vida. Ya que nos permite visualizar muy claramente nuestro progreso frente a la docencia en condiciones reales y nuestro desempeño.

Cada uno de estos rasgos se convierte en la expectativa que debemos cumplir, pues, a través de ellos, se nos muestra nuestra zona de desarrollo próximo como docentes. Es decir, al término de nuestra formación habremos de desarrollar competencias que den cuenta de nuestras habilidades, conocimientos, actitudes y valores que son propios de la labor docente.

He dirigido las siguientes líneas a la descripción de mi experiencia docente, que tuvo lugar durante el último periodo de intervención en el jardín de niños “Marianne Frostig” con el grupo de 2° B, dando cuenta de mi progreso, con respecto, al tercer rasgo del perfil “competencias didácticas” específicamente.

DESARROLLO:

Durante el último periodo de práctica de intervención, que llevé a cabo en el Jardín de Niños “Marianne Frostig” planee actividades, de acuerdo a los métodos de enseñanza que ya había trabajado con los niños de otros jardines, puesto que sólo conté con dos días de observación, debido al cambio repentino de jardín.

Los métodos fundamentales de enseñanza-aprendizaje con los que yo me proponía empezar a trabajar, fueron, a grandes rasgos, aquellos que implican al juego como eje motivador de las actividades, ** ,lo cual había tomado en cuenta de manera permanente, a partir de esta intervención, ya que durante las prácticas anteriores, me valía del juego sólo para realizar actividades fuera del salón y no había reconocido con mayor énfasis su valor pedagógico como una necesidad permanente en el niño que detona su curiosidad, interés, aliento y emoción al desarrollar las actividades propuestas por la educadora, en este caso yo; haciendo crecer, en mi, la duda del porque las actividades que planeaba no tenía en los niños, el impacto de curiosidad y motivación deseado, ya que para el diseño de las mismas, había tenido cuidado de tomar en cuenta las características de su edad, sus necesidades, sus conocimientos previos y lo que ellos deseaban conocer.

Y es que la práctica educativa necesita más que sólo planear las actividades, es de fundamental importancia tener sensibilidad, que Rudolf Schaffer define como “la conciencia que el adulto tiene del niño como individuo provisto de derechos y a la capacidad de reconocer las necesidades, demandas y habilidades de un individuo concreto (De este modo) el adulto tiene que ajustar su comportamiento a las cualidades específicas de la personalidad del niño, cuando sabe adaptarse a su desarrollo cambiante y cuando se establece una interacción mediante la que puede interpretar la comunicación y darle una respuesta adecuada” (Schaffer, 1990) . Lo cual es más difícil cuando el adulto tiene que atender a varios niños al mismo tiempo, ya que su atención se reparte entre todos, en palabras del mismo autor.

No obstante que cada uno de los autores que revisamos en las diferentes asignaturas, puntualiza en mayor o menor medida el papel del juego como conductor de las actividades, fue hasta el cierre de la penúltima intervención, cuando me di cuenta que todas las actividades que planeaba, podían haber tenido una connotación de juego o exploración en la que los niños hicieran suyo el trabajo y las actividades tanto dentro como fuera del aula.

Por ello me valí de ésta útil herramienta para planear actividades, a pesar del poco tiempo que tuve para observar el desenvolvimiento de los alumnos y la forma y ritmo de trabajo de la maestra titular. Lo cual considero que fue un punto de progreso, tanto en mi intervención y la forma de dirigirme a los niños en las actividades, como en las habilidades y actitudes que adopté para trabajar con ellos.

Menciono este aspecto porque el perfil de egreso que nosotros los normalistas debemos tomar en cuenta para moldear nuestra formación y satisfacer las necesidades educativas de país, y concretamente del Estado de México; en su tercer rasgo, apartado c, nos declara que un estudiante normalista “Reconoce el valor pedagógico del juego y lo utiliza en su trabajo cotidiano como un recurso que promueve el desarrollo de aprendizajes, habilidades, actitudes y valores” (SEP, 1998).

Concretamente ejemplifico este rasgo al diseñar mi plan de trabajo, con la modalidad de unidad didáctica, la cual se sirve de varias actividades traducidas en juegos para cada día de la semana. A continuación expondré brevemente el primer y segundo día de la intervención para dar cuenta de cómo favoreció el método de enseñanza-aprendizaje a través del juego, mi trabajo y la disposición de los niños a involucrarse en las actividades y a aprender.

El lunes se trabajó con una actividad llamada “buscando el tesoro” que como su nombre lo dice, consistía en seguir pistas sencillas, de mayor peso psicomotriz, que llevarían hasta la ubicación del tesoro. Por haberse tratado de la primer actividad con la que yo, iniciaría mi trabajo con ellos, resultaba de vital importancia, crear un vínculo de confianza que me permitiera tener su disposición para trabajar conmigo, por lo que con conocimiento de causa utilicé el juego y el interés que provoca buscar un tesoro; trabajo que no sólo a los niños implica adentrarse en la actividad y hacerla suya, pues también generó en mi la motivación para ver la actividad, desde el punto que ellos la reconocían, como lo sugiere Valera

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