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Introduccion A La Pedagogia


Enviado por   •  21 de Marzo de 2014  •  962 Palabras (4 Páginas)  •  176 Visitas

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Una problemática existente dentro del campo de la Pedagogía es ver como podemos hacer para que los estudiantes sean críticos, creativos, utilicen su razonamiento en pro de mejorar su capacidad intelectual, para transformar el mundo estudiantil hace falta comprenderlo y se comprende viviendo y no sólo existiendo.

Los liberamos en tanto los percibimos como seres humanos y ahí es donde entra la educación, como acto de conocimiento, para lograr que esa conciencia sea a la vez transformadora en los educandos, hay que razonar que el conocimiento no sólo consiste en un sujeto conociendo un objeto, sino que para conocerlo necesita de los demás sujetos.

Los profesores han sido el centro de atención de numerosos investigadores y analistas educativos, unos esperan que el docente desempeñe numerosas tareas y que cumpla eficientemente las metas institucionales como: elevar el prestigio institucional, realizar cambios curriculares didácticos, orientar el futuro de la juventud, cumplir con el programa de la materia, realizar innovaciones educativas, alcanzar el vínculo entre teoría-práctica y docencia-investigación entre otros.

Para realizar la actividad educativa concreta con los alumnos, se enfrenta un gran problema al intentar comprender que es un “buen docente” o bien cómo se imparte una buena enseñanza. Los conceptos de “buena enseñanza” y “buen maestro” se relacionan y pareciera ser que uno implica al otro, sin embargo, por lo general se parte de la experiencia cotidiana y de su referente obtenido de su historia de vida para guiar su actividad.

La noción de “buen docente” es relativa corresponde a la experiencia; a la cultura y a los valores aceptados por el grupo social quien la define; por el momento histórico por el que se atraviesa; a las ideas pedagógicas en curso; a la naturaleza de la disciplina, etc. por tanto el buen docente será el que concuerde con los lineamientos teóricos de quien lo define.

La docencia implica la intencionalidad explicita de que se logren determinados aprendizajes, sin embargo, no existe la certeza ni la seguridad de lograrlos por el sólo propósito de pretenderlos, pues no existe una relación causa efecto entre la enseñanza y el aprendizaje en forma mecánica, pues el aprendizaje, y en concreto su contenido, no sólo depende de la intención de los profesores depende también de factores y elementos ajenos a las intenciones de la docencia.

La docencia puede caracterizarse como una actividad intencionada que pretende resultados, o sea aprendizajes, estos resultados se pretenden desde las perspectivas de diversos actores como son la sociedad, la institución, el docente y los alumnos.

Con base en esa perspectiva, se entenderán a las representaciones sociales como significados, construcciones sociales que expresan, a través de diversos lenguajes, las relaciones que los individuos y los grupos mantienen con el mundo que les rodea y los otros, de esta manera, se constituyen, se reproducen y/o se transforman en las prácticas generadas en los procesos de interacción social y en la interrelación del sujeto con los discursos que circulan en el espacio que habita.

A través de la teoría de las representaciones sociales los estudiantes tienen las prácticas educativas de sus profesores, si consideramos que en la construcción de la realidad cotidiana se encuentra inmersa en la construcción de formas de pensamiento, significaciones, opiniones y actitudes que tienen los estudiantes respecto a esa práctica, veremos que estas se van construyendo a partir de las interacciones sociales con sus docentes, de su trayectoria escolar y de la información que incorporan a través de lo que leen y escuchan, o de otros medios de comunicación.

A lo largo de la práctica cotidiana, el educador deberá tomar una serie de decisiones de diversa índole que configurarán una forma particular de intervención didáctica, a esta toma de decisiones nos encontramos con que cada docente parte de un concepto y de su propio papel como agente educativo, dependiendo de cómo perciba al alumno, de las posibilidades que les estime y de los logros que en él prevea, el docente orientará la actividad en un sentido o en otro, intervendrá en mayor o menor grado, concederá más o menos autonomía a los alumnos, etc.

Es importante no dejar de lado, que el Sistema Educativo Formal en nuestro país, tiene como característica transmisión de contenidos e información, una dirección vertical de arriba hacia abajo, identificando que el proceso de formación y actualización se encuentra lleno de buenas intenciones, pero todo se da en cascada y los docentes lo reciben por simple requisito perdiéndose el sentido teórico-metodológico.

Las habilidades, herramientas, competencias y valores que adquiere el hombre al mantenerse en constante aprendizaje, son los elementos que le permiten desenvolverse eficientemente en el entorno social, es decir, es como logra obtener lo que lo ha motivado a desarrollar una actividad.

Este motor (de aprendizaje) es intrínseco al ser humano, se requiere de la satisfacción de las necesidades concernientes a la protección y a la seguridad. Después, se busca la pertenencia para lograr relaciones interpersonales que permiten la integración social con relaciones armónicas. Así, finalmente, al estar satisfechas estas necesidades, viene la búsqueda de la competencia y de la realización personal.

Es necesario enfatizar en el docente como elemento para alcanzar una educación eficiente, quien esta encargado de fungir como guía de acuerdo al nuevo rol que se le denomina, de manera que su intervención requiere puntos específicos como la planificación de las actividades escolares, el diseño de estrategias didácticas con base a las características individuales de los estudiantes, la organización y distribución de tareas encomendadas para alcanzar objetivos, la evaluación en sus momentos y distintos tipos, el trabajo colaborativo que incluye la participación de padres de familia y alumnos, propiciar un ambiente de trabajo donde los valores como el respeto, la solidaridad, tolerancia, paciencia, cooperación y otros más beneficien el autoestima de los estudiantes para que su desenvolvimiento responda al mundo fuera de la escuela.

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