La Pica Leña, Costa Rica, Guanacaste, Nicoya,

La Pica de Leña

La Pica de Leña es una actividad que se realiza todos los años aproximadamente el segundo sábado de noviembre fecha previamente determinada en la Contadera de Días. Por tradición indígena, esta fecha no debe pasar más allá del 14 de noviembre de cada año.

La Pica de Leña se lleva a cabo para alistar toda la leña que se utilizará durante las fiestas de La Virgen en el mes de Diciembre.

La Atolada.

En la tardecita del siete de diciembre se reúnen los miembros de La Cofradía en la Casa de La Virgen. Se preparan para asistir el otro día a la ceremonia religiosa dedicada a La Virgen de la Purísima Concepción, la que llaman familiarmente La Concha y que se considera es comadrita de la Virgen de Guadalupe. El día ocho de diciembre asisten a la misa y la procesión en honor de la Virgen de la Purísima.

Muy temprano las moledoras empiezan a quebrar el maíz pujagua crudo, que servirá para la hechura del atol que se repartirá tempranito el nueve de diciembre entre los miembros de la cofradía, con el propósito de recordarles así sus compromisos con La Virgen los días de fiesta. Por eso es que el día nueve es conocido como La Atolada.

Despuecito, las mujeres preparan la masa de las rosquillas y los hombres vuelven al monte para alistar horcones, varas y la palma que servirá para levantar La Ramada el día siguiente, diez de diciembre. Ahí se recogerá las limosnas de los fieles y se velará a la Virgen de Guadalupe el día once.

La levantada de La Ramada y la colocación de de una cruz de madera se lleva a cabo al son de tambores y el estallido de bombetas, preparando además el jolgorio entre risas de mujeres cocinando, haciendo rosquillas y a conversadera de los hombres calentando el horno donde se dorarán las rosquillas.

Once de Diciembre. Vísperas

En las vísperas, el once de diciembre la actividad comienza en el atrio de la iglesia vieja desde las cuatro de la mañana con atronadoras bombetas, repiques alegres de las campanas, redoble de los tambores de La Cofradía y los acordes parranderos de la filarmónica de Nicoya.

Con todo este jolgorio, el Patrón de Alborada frente a la Iglesia Colonial, anuncia el arranque de las fiestas y acto seguido toda la gente se traslada a su casa, donde es obsequiada con café, rosquillas, tragos de guaro, tamales y música alegre y bulliciosa de los ya picadones músicos, hasta que los rayos del sol terminan con el jolgorio.

A media mañana vuelve el movimiento fiestero con la música y la pólvora que recuerdan que las fiestas apenas comienzan.

Al medio día, El Patrón de Doce, con el estallido de bombetas, redobles de tambores, alegres repiques de campanas y acordes parranderos de la Filarmónica, anuncia que se va a iniciar La Procesión de la Pasada.

Esta procesión lleva la Virgen de Guadalupe del templo católico colonial a La Cofradía, donde por toda la tarde la Virgencita permanecerá

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