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Literatura Y Jergas Juveniles


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2014  •  1.121 Palabras (5 Páginas)  •  544 Visitas

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Literatura y jergas juveniles

La literatura como elemento que refleja el ser y sentir humanos, ha también tenido que aprovechar el acervo que entregan las jergas para incorporarlas en sus obras para dar sentido y configurar un mundo, las encontramos en textos de todos las épocas y tendencias, especialmente en las costumbristas, realistas o naturalistas, como es el conocido testimonio del chileno Baldomero Lillo.

La utilización de jergas no es un fenómeno reciente, como lo dijimos anteriormente, nace como una necesidad de identidad de grupo, por ello los jóvenes de todos los tiempos, han creado sus propios códigos, si hubieses escuchado conversar a tus abuelitos cuando jóvenes habrías oído palabras como “cacharrito” por automóvil, “malón” por fiestas, “pulento o flor” por excelente, dichos como “na´que ver chancho en misa” por desubicado, “cabros” por jóvenes, “descueve” por extraordinario, etc. Como todo fenómeno lingüístico se ha permeado de la sociedad y los tiempos en que se ha producido, muchos elementos quedaron obsoletos, pero algunos siguen vigentes e incluso se han incorporado al lenguaje formal o informal culto. Esta utilización de las jergas juveniles, ha sido siempre un tema de discusión y parte de indicadores de una brecha generacional, sobre todo cuando no se adapta a un principio básico de la comunicación como es la pertinencia lingüística, es decir la adaptación a la situación de emisión del mensaje, por ello es tema de estudio y análisis dentro de las esferas de especialistas.

La literatura como reflejo de mundo a través de sus obras ha plasmado la realidad, para ello ha utilizado un lenguaje que resulte creíble y cercano, sin perder la esencia de arte como tal, y ha recurrido a algunos recursos como la incorporación del lenguaje coloquial, de los niveles informales, de las jergas, de los usos tradicionalmente concebidos como vulgares en el lenguaje literario, la presencia de anglicismos, etc. Veamos en una obra de Antonio Skármeta ambientada en la década de los 60 y el uso de la jerga juvenil de la época hace el personaje.

El Ciclista del San Cristóbal

Antonio Skármeta (Fragmento)

Si gano la carrera tendremos plata. La podríamos meter en una clínica pasable.

-Si acaso no se muere.

Escupí sobre el hombro el cuesco lijadito de tanto menearlo. El viejo se alentó a pegarle un mordiscón a un durazno harto potable. Oímos a mamá quejarse en la pieza, esta vez sin palabras. De tres tragadas acabé con el café, casi reconfortado que me hiriera el paladar. Me eché una marraquetada al bolsillo, y al levantarse el pelotón de migas fue a refrescarse en una especie de pocilla de vino sólo en apariencia fresca, porque desde que mamá estaba en cama las manchas en el mantelito duraban de a mes, pidiendo por la bajo.

Adopté un tono casual para despedirme, medio agringado dijéramos.

-Me voy.

Por toda

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