QUE ES TEATRO DE AULA?
179203Práctica o problema4 de Febrero de 2015
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2. ¿QUE ES TEATRO DE AULA?
Puede parecer pretencioso que, después de cerca de tres mil años de vigencia, alguien considere el Teatro como una innovación, máxima cuando en la mayoría de los centros de enseñanza se llevan a cabo dramatizaciones que dan prestigio y realce al Colegio. Pero el Teatro escolar no debe ser solamente el broche de oro con que termine el curso: puede y debe ser exprimido de tal manera que se convierta en el meollo de nuestro quehacer educativo.
En estos tiempos tan poco generosos, tan poco dialogantes, en los que el estudiante se siente solo, no ha de pedírsele que exprese exclusivamente su mundo interior -siendo interesantísimo- como ocurre en la clase de Expresión Plástica, sino que escuche también. El gran problema de la sociedad en la que vivimos es que no sabemos escuchar. Tal vez hayamos generado esta sordera como refugio ante la invasión de mensajes que nos acosan continuamente, enviados por alguien que sí tiene, sabe y posee medios para emitir. La actitud de nuestros escolares ha sufrido un acentuado viraje hacia horizontes hasta hace poco insospechados. El abuso de medios audiovisuales, si bien informa sus mentes, va deformando su expresividad. El estudiante teleadicto de ahora no juega, no ríe, no compite con los demás: lo hace con y contra la máquina, contra el videojuego, contra el ordenador. Ha dejado de ser un emisor de emociones para convertirse en un mero receptor... y, tristemente, no de los conocimientos y las ideas naturales, propias de su evolución, sino de otras exteriores, inculcadas subliminal y programadamente por personas que no pretenden educar en valores. Nunca en la historia ha estado el estudiante mejor atendido y más abandonado.
Por ello hemos de buscar una actividad artística que respete y potencie la expresividad de nuestros alumnos, pero que les haga saber que, además de la suya, existen otras opiniones igualmente respetables. La actividad artística que conjuga estas dos posturas (escuchar y exponer), que son el eje de la convivencia y la ciudadanía, es el Teatro.
El Teatro, que es, ante todo, diálogo, supone un reto, un estímulo, una transformación... y aplausos. El estudiante de hoy necesita todo eso y mucho más para superar el handicap de la superprotección familiar, la pobreza de conseguir todos sus antojos, la soledad producida por largas horas ante el televisor, el agobio de las clases particulares, la angustia materna por no tener dinero para pagar el plazo de la lavadora, las riñas conyugales o la separación de sus padres. O para superar sus propios problemas, como pueden ser su timidez, torpeza, pereza, despiste, atolondramiento, inseguridad o miedo.
En algunos centros educativos se suele trabajar el Teatro con mucha dignidad, tanto por parte del profesorado como por monitores especializados, en horario extraescolar. A este tipo de actividad se conoce con el nombre de Aula de Teatro y acoge a alumnos con aptitudes dramáticas, dispuestos a todos los sacrificios por conseguir una brillante representación. Previas al Aula de Teatro y, ya dentro de las programaciones escolares, aparecen ejercicios de sicomotricidad, juegos dramáticos, etc., que damos por realizados desde el parvulario.
Lo que se ofrece en este Proyecto no es un Aula de Teatro convencional, sino Teatro de Aula, que presenta una filosofía, planteamientos y soluciones completamente distintos.
El TEATRO DE AULA es una estrategia pedagógica, lúdica, motivadora, transversal y multidisciplinar, que parte de la inmersión de un aula completa en un proyecto dramático. Diseñado principalmente para alumnos de Tercer Ciclo de Primaria y Educación Secundaria Obligatoria, pretende, no solamente potenciar cualidades específicas tradicionales, como pueden ser la expresión corporal, la memoria, el sentido espacial o la sensibilidad artística, cuanto aglutinar al colectivo de alumnos alrededor de una empresa que pertenece a todos y a cada uno. No es solamente un área transversal, sino el eje vertebral que va a configurar todas las actividades del tiempo que le queramos dedicar (ciclo, curso, trimestre...); la urdimbre alrededor de la cual se tramará la vida escolar fuera y dentro del aula; la transgresión consciente y voluntaria del tratamiento de las áreas de trabajo, de por sí duras, para convertirlas en accesibles y entrañables. En el Teatro del Aula todos los participantes han de ser protagonistas y autores porque es flexible y elástico y se valoran todas las opiniones.
Este Teatro de Aula no está programado tanto para realizar un estreno teatral espectacular, cuanto para ser vivido y asimilado durante el proceso de preparación. Su meta es el camino a recorrer. No es una representación escénica -que puede, incluso, no llegar- sino el proceso que la ha generado.
El Teatro de Aula no es un fin sino un medio.
3. OBJETIVOS DEL TEATRO DE AULA
3.1 OBJETIVOS GENERALES
Elevar la autoestima y la autoconfianza en los alumnos.
Crear en el aula un marco de convivencia agradable entre los compañeros y entre éstos y el profesor.
Fomentar hábitos de conducta que potencien la socialización, tolerancia y cooperación entre compañeros.
Hacer sentir a los escolares la necesidad de someterse a una disciplina necesaria en todo grupo.
Sembrar inquietudes intelectuales para que los alumnos disfruten del estudio y de la investigación.
Sensibilizar a las familias acerca del proceso educativo de sus hijos.
3.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS
Conseguir que el alumno aprenda a:
Conocer su propia voz y utilizar la palabra como el más noble medio de expresión.
Encontrar en su cuerpo (manos, voz, gesto, mirada, movimientos) recursos comunicativos y disfrutar de ellos.
Potenciar la lectura y corregir defectos de dicción.
Asimilar los problemas de los demás al tener que asumir los de sus personajes, lo mismo que su manera de hablar y sentir según su época y condición.
Poder transportarse con la imaginación, a otros momentos históricos.
Analizar los personajes y las situaciones representadas.
Realizar una crítica del hecho dramatizado.
Saber colaborar en la preparación de vestuario, decorados, manipulación de aparatos (magnetófono, luces...), etc.
Comportarse debidamente en un espectáculo.
Deliberadamente ninguno de estos objetivos está relacionado con la perfección de un estreno teatral, que incluso puede no llegar, aunque sea lo que esperen los alumnos. Puede ser su meta, pero no nuestra meta. Ellos no son actores ni actrices y, posiblemente, no lo serán nunca. Si luchamos por conseguir una correcta vocalización o la asunción de su personaje es porque consideramos que son objetivos del curso la expresión oral o la empatía para comprender a otro. Gracias al Teatro de Aula lo van a conseguir.
4. DESARROLLO DE LOS OBJETIVOS GENERALES
4.1 Elevar la autoestima y la autoconfianza en los alumnos.
Desde que el estudiante se suelta de las faldas de su madre hasta que, ya adulto, consigue afirmar su personalidad, debe ir quemando etapas de miedos, inseguridades, dudas, ilusiones y desilusiones que van haciéndolo madurar. La mayoría son inherentes al proceso vital y se superan de forma natural, pero la sociedad de hoy abruma de tal manera a las criaturas que su tierna sensibilidad hace que éstos reaccionen con dos tipos de actitudes, aparentemente contradictorias: hacia afuera (el estudiante agresivo), y hacia adentro (el estudiante reconcentrado). Arañando suavemente en ambos casos descubrimos estudiantes inseguros y temerosos. Naturalmente, el que molesta en la clase es el primero. Su agresividad es proporcional a su falta de autoestima y a él le vamos a dedicar nuestras principales atenciones. Si, además de molestar, es incordiante con preguntas incómodas, podemos estar ante un tipo inteligente, posiblemente buen actor, y un papel oportuno puede convertirse en la mejor terapia que lo redima de su incompatibilidad con el resto del grupo y con el profesorado.
En el apartado de alumnos que reaccionan hacia dentro, para defenderse de la opresión exterior, podríamos incluir a los empollones y a los adictos al televisor u ordenador. Aunque los padres se quejen de que su falta de sociabilidad se deba a la teleadicción, a veces, sobre todo en la preadolescencia, puede ser un refugio donde ocultan su timidez y su pánico a enfrentarse a una cuadrilla.
El aislamiento televisivo o intelectual puede ser efecto, en vez de causa. En el Teatro de Aula van a romper los primeros hielos y hacer amistades.
4.2 Crear un marco de convivencia agradable entre los compañeros y entre éstos y el profesor.
Muchas veces, a principio de curso, aparecen estudiantes nuevos que no son acogidos por el resto de los compañeros; o el repetidor, un año mayor que los demás, comienza a trabajar un liderazgo amenazante. Entonces el profesor, que tiene fama de excesivamente serio, y se ha tenido que poner los bigotes los primeros días para dejar establecidas las jerarquías y las normas de convivencia, quiere relajar el ambiente. Nada mejor, para romper el hielo, que, echando mano de su carisma, lea en la clase, con toda espectacularidad, esa obrita de teatro que le viene al pelo para coger al toro por los cuernos. Media hora es suficiente para calentar el ánimo y meterse a la clase en el bolsillo: ya se puede empezar a trabajar, porque ya tiene soñando a los chiquillos.
Este tipo de convivencia, al margen de asignaturas, que se va a generar entre los compañeros, y entre éstos,
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