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Las Aulas


Enviado por   •  13 de Diciembre de 2011  •  1.369 Palabras (6 Páginas)  •  1.264 Visitas

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CAPITULO 6. Las aulas: el papel de la inteligencia repartida

La inteligencia repartida

Sostenemos que la cognición humana óptima casi siempre se produce de una manera física, social y simbólicamente repartida. Las personas piensan y recuerdan con la ayuda de toda clase de instrumentos físicos e incluso construyen otros nuevos a fin de obtener más ayuda. Las personas piensan y recuerdan socialmente, por medio del intercambio con los otros, compartiendo información, puntos de vista y postulando ideas. Las personas sustentan sus pensamientos en virtud de sistemas simbólicos socialmente compartidos: el habla, la escritura, la jerga técnica propia de cada especialización, los diagramas, las notaciones científicas.

“Cognición repartida”: dispersión del funcionamiento intelectual a través de instrumentos físicos, sociales y simbólicos. Roy Pea usa el término “inteligencia” de un modo más estimulante. Tomada en sentido lato, la inteligencia se refiere simplemente al funcionamiento cognitivo eficiente.

Gavriel Salomon, observó y analizó durante años el papel desempeñado por las tecnologías en el aprendizaje, y escribió sobre el tema junto con Tamar Globerson establecen una diferencia entre los efectos con la tecnología y los efectos de la tecnología, incluyendo no sólo el ordenador y la televisión, sino otras más comunes como el lápiz y el papel. Los efectos de la tecnología consisten en lo que queda una vez que la dejamos atrás.

Los efectos con la tecnología consisten en la habilidad que se adquiere cuando disponemos de la tecnología, ambos efectos son parte del fenómeno de la persona más el entorno y es conveniente buscarlos.

Podemos resumir la perspectiva de la persona más el entorno en dos principios:

1. El entorno: los recursos físicos, sociales y simbólicos que se hallan fuera de la persona. El entorno es un sentido real, es parte del pensamiento.

2. El remanente del pensamiento: lo que se aprendió se encuentra en la mente del alumno y también en la disposición del entorno. No obstante, se trata de un aprendizaje genuino. El entorno, en un sentido real, sostiene parte del aprendizaje.

La cognición físicamente repartida

Los medios tradicionales para repartir la cognición en las aulas textos, lecturas, afiches, etcétera tienen que ver con el suministro de información. El producto lo que dicen y escriben los alumnos es menos variado desde el punto de vista formal: problemas, cuestionarios y redacciones. Estos productos generalmente son vistos como un modo de poner a prueba y ejercitar el pensamiento que el alumno tiene en la cabeza. Los diarios son útiles tanto para la comprensión de la asignatura como para el desarrollo meta cognitivo del estudiante.

John Barell creado un tipo de diarios que no sólo ayuda a resolver problemas sino a encontrarlos y a enunciarlos correctamente. Hay otras maneras de llevar diarios que habilitan a los alumnos a rastrear sus pensamientos sobre un tema específico a medida que lo elaboran.

La tecnología de la computación ha proporcionado una variedad de nuevos vehículos físicos para apoyar la cognición de los alumnos.

La cognición socialmente repartida

Todo educador que sea consciente del panorama pedagógico contemporáneo sabe lo que significa el aprendizaje cooperativo. La inteligencia socialmente repartida depende, de manera inevitable, de la distribución física de la inteligencia. La especialización constituye otra faceta interesante del trabajo en cooperación. La calificación que le corresponde a cada alumno es el promedio del puntaje obtenido por todos los miembros examinados individualmente, de manera que a cada uno le interesa perfeccionar las habilidades de sus compañeros.

Damon y Phelps subrayan dos dimensiones fundamentales para entender el intercambio que se produce entre los alumnos: la igualdad y la reciprocidad. La primera se refiere a la condición de igualdad de los participantes. Predomina tanto en el aprendizaje cooperativo como en la colaboración entre pares. La reciprocidad exige de un discurso amplio, coherente e íntimo entre los alumnos y predomina en el aprendizaje en colaboración. En la tutoría y en el aprendizaje cooperativo, la reciprocidad es variable. En el primer caso, depende de la destreza del tutor para entablar un diálogo fecundo y estimulante y de la apertura a esa experiencia por parte del alumno. En el segundo caso, del grado en que se subdividen las tareas y de la competitividad, una motivación usada con frecuencia en el aprendizaje cooperativo.

La cognición simbólicamente repartida

La

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