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Antropologia De La Educacion

fernandalarreal24 de Julio de 2014

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Antropología de la Educación:

Disciplina también denominada Antropología pedagógica Es una rama de la antropología que estudia todos los aspectos culturales que tiene la educación y se pregunta acerca de cómo se educan los seres humanos en una cultura, también estudia el papel de las técnicas y del sistema educativo en la configuración de la personalidad infantil y juvenil, así como los procesos de continuidad y el cambio del sistema sociocultural de los grupos humanos, Su precursor fue el gran antropólogo y sociólogo francés Émile Durkheim (1858-1917), quién prestó gran interés, a lo largo de toda su obra, a las relaciones entre las estructuras educativas y las sociales. Esta disciplina nos acerca al estudio del ser humano en cuanto es educable: "homo educandus". La investigación en este campo sigue dos trayectorias distintas pero complementarias. La más antigua, de tradición germánica, supone una especialización de la antropología filosófica; la segunda, más desarrollada en el ámbito anglosajón, concreta la antropología cultural o etnografía que adopta un método empírico. Mientras que la antropología filosófica busca el conocimiento del ser humano en general, lo común entre todos los seres humanos de todos los tiempos, y procedencias, la antropología cultural se centra en el estudio del ser humano en cada cultura, de una determinada época y lugar. La antropología de la educación que arranca de la antropología filosófica indaga sobre el ser humano como educable y educando, mientras que la antropología de la educación que parte de la antropología cultural, se pregunta acerca de cómo se educan los seres humanos en una cultura concreta, es decir, cómo la civilización se transmite de unas generaciones a otras. La segunda orientación de la antropología pedagógica es asumida por la primera, que describe el proceso de la aculturación con rasgos universales, es decir cómo se educa el ser humano y por qué.

Frecuentemente asociada con el trabajo pionero de George Spindler. Como el propio nombre indica, el foco de la Antropología de la Educación es la educación, aunque una aproximación antropológica de la educación tiende a focalizarse en los aspectos culturales de la educación, tanto de sus aspectos formales como informales. Sin embargo, es necesario saber si se va a abordar esta cuestión desde el ámbito filosófico unificador (Antropología Filosófica de la Educación), desde el cultural diferenciador (Antropología Cultural de la Educación) o desde el campo Técnico(Tecnología aplicada a la educación).

La presente Antropología de la Educación, sigue las líneas generales señaladas en los descriptores indicados por el Ministerio de Educación y trata de llevar a cabo una integración de perspectivas desde un planteamiento básico, aunque buscando, al mismo tiempo, enriquecer la cuestión con las innovaciones que nuestra época nos permite vislumbrar para un futuro inminente. La breve descripción oficial de los contenidos de esta materia alude al hombre como fundamento de la educación; los fundamentos antropológicos de la evolución cultural y educativa; los procesos de aculturación y la educación. Por lo que respecta al primer descriptor, resulta obvio decir que el ser humano se presenta como el fundamento de la educación: sin él, ésta no existiría. El punto de partida de cualquier sistema educativo lo constituye un modelo antropológico: el concepto que se tenga del hombre. La condición humana como ser educable es la categoría sobre la que se asienta el proceso educativo. La Pedagogía se presenta como la guía que ayuda al hombre a alcanzar su plenitud a través de la educación. Antropología y educación quedan, así, íntima y recíprocamente relacionadas. Se da, por tanto, una mutua implicación entre ellas, pues, por una parte, sólo se puede entender la educación y su práctica desde la realidad del hombre; y, por otra, es necesario conocer al ser humano a como resultado, en parte, de la educación recibida.

Partimos de la base de que educar no es una simple tarea técnica, sino que los medios y el fin que se persigue implican necesariamente contar, de manera responsable y crítica, con una concepción del ser humano y comprometerse con ella.

Además, los fines y objetivos de la educación han de adaptarse constantemente a las necesidades individuales y sociales del momento, como son actualmente la defensa de los valores (útiles, vitales, ecológicos, tecnológicos, intelectuales, morales, estéticos, etc.) y la necesidad de propiciar la participación activa de la cada individuo en el mundo circundante (ambiental, social, cultural, económico...) para lograr el pleno desarrollo personal, etc. La imagen del hombre es cambiante en el tiempo y en el espacio, y a lo largo de las diversas épocas estas imágenes han sido interpretadas de manera diferente; pero no se puede prescindir de ellas. Estas imágenes constituyen la base de las ideas pedagógicas de las diferentes épocas y pueblos, de los movimientos y escuelas de los pedagogos particulares. Incluso puede hablarse de una imagen histórica acumulativa que afecta en cada momento tanto al educando como al educador.

Por tanto, todo educador debe proponerse formular una imagen del hombre que juzgue verdadera, de la que dimanen las orientaciones esenciales de su quehacer que, en definitiva, contribuye también a su propia autoeducación. El hombre ha de ser contemplado tanto desde la perspectiva filosófica, como bajo el prisma de la cultura, sin perder de vista el referente integral que debe presidir todo este análisis. Por lo que se refiere a los fundamentos culturales de la educación, ésta puede considerarse como hecho de cultura, bien de cultura o síntesis de cultura; o también como el proceso de adquisición-transmisión de cultura. Mediante esta función, se reproduce, conserva, transforma y transmite la cultura en el espacio y en el tiempo.

Los trabajos de los antropólogos clásicos y posteriores (Boas, Malinowski, Herskovits, Montagu, Mead, Kneller, Wallace, Spindler, Kimball, Burnett, Gearing, etc.) pusieron de manifiesto las estrechas relaciones existentes entre cultura y educación, considerando a la Antropología de la Educación como una subdisciplina de la Antropología Social y Cultural; postura que se consolidaa partir de 1954 al concebir la educación como transmisión de cultura. Pues bien, desde este punto de vista se abordan –de acuerdo con las directrices del MEC- cuestiones tales como la educación como enculturación, la aculturación, la relación entre cultura y cambio social, las teorías y ecosistemas de transmisión cultural, el desarrollo educativo, la ecología de las poblaciones humanas, etc.

La Antropología de la Educación pretende, pues, ofrecer una visión general de la materia como ciencia global del hombre desde la perspectiva de la educación, incluyendo temas antropológico-educativos de la actualidad como son los problemas en torno a la ecología y los valores tradicionales y emergentes, que constituyen un nuevo espacio en el que educar hoy a ese ser- en formación que es el hombre.

Naturalmente, la Antropología de la Educación no constituye un coto aislado dentro del contexto general de la Pedagogía, sino que se relaciona con el resto de las materias que se ocupan de la educación, aunque tenga más afinidad con unas que con otras.

El positivismo

Es el movimiento intelectual predominante del siglo XIX y comienzos del siglo XX, cuyo principal exponente es Agusto Comte. Viene del latín Possitum, lo cual significa que es lo que está puesto frente de mí, es decir son realidades externas a mí. El positivismo es sistema filosófico basado en la experiencia y el conocimiento empírico de los fenómenos naturales, consiste en no admitir como válidos científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia, rechazando por tanto toda noción a priori (juicio racional) y todo concepto universal y absoluto. En esta definición vemos claramente la base empirista en la cual se sustenta el positivismo, ya que todo conocimiento validero es el que proviene y es justificado en la experiencia, es decir es posterior al hecho empírico, por lo tanto es válido el conocimiento a posteriori, los juicios racionales y verdades anteriores a la experiencia misma no son válidos como conocimientos científicos ya que no se sustentan en sí mismo, el conocimiento debe ser capaz de probarse por sí mismo por medio de la prueba empírica. Con el podemos ver que el positivismo no se interesa en el conocimiento metafísico, ya que en este las verdades están prescritas y son anteriores a la experiencia, vienen dadas con anterioridad a los hechos. También no encuentra valideros los juicios racionales o conocimiento a priori por carecer o por ser anteriores a la experiencia. Además para el positivismo el hecho (empírico) es la única realidad científica y la experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Los hechos son el objeto de la ciencia, Comte los denomina como hechos positivos, los cuales son independientes de mi experiencia. Para Durkheim el objeto de la ciencia son los hechos sociales, los cuales deben ser vistos como cosas, las cuales son independientes de mi experiencia. Un ejemplo de hecho social puede ser la educación, ya que la educación está por sobre todos nosotros, por lo tanto es independiente de mi experiencia, es anterior a ella y por lo tanto está fuera de mí. El positivismo dice que solo es válido aquello que se pueda probar, Como dijimos anteriormente el positivismo opera a través de la inducción, lo cual se refiere a que se basa en hechos particulares, se estudian para ver lo que hay de ´´ común ´´ en ellos, lo común es lo que se repite, es lo que hay de igual en

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