Aproximaciones al concepto de “libertad” desde una perspectiva humanista

Trabajo Práctico Nro. 1

Aproximaciones al concepto de “libertad” desde una perspectiva humanista

El presente trabajo problematizará la cuestión de la Libertad del hombre desde una perspectiva humanista, atendiendo al programa  ético de Jean Paul Sartre y a la formulación filosófica de Fernando Sabater.  Consecuentemente y en virtud de la comparación de ambos paradigmas teóricos,  se realizará un análisis de la película Matrix que nos permitirá desarrollar y ejemplificar las prerrogativas conceptuales objeto de estudio

En términos generales cuando hablamos de Libertad estamos haciendo referencia a la capacidad o facultad del hombre de elegir, complejizando esta noción  Fernando Savater  definirá a la Libertad como el acto efectivo de “hacer lo que uno quiere”. Lejos de entender este presupuesto como un mero capricho, esta formulación revela el problema esencial de la Libertad misma: a saber, que no somos libres de ser libres y que no tenemos más remedio que serlo. Nadie puede no elegir - ya que “no elegir” es una elección en si misma- o que otro lo haga por él, puesto que “elige” derivar su voluntad: todo acto humano implica necesariamente una elección,  incluso por la negativa.

El hombre posmoderno vive sujeto a un conglomerado de reglas y pautas que lo predisponen para la vida en sociedad coercitivamente. Este enunciado parecería entrar en contradicción con la definición de libertad antes dada por el filósofo español, sin embargo este explica:“Puedo hacer lo que quiera salvo ignorar la ley misma, salvo no tener ley; mi querer es libre porque conoce la ley. Esto es necesario porque el hombre necesita vivir en sociedad y no destruir a sus semejantes; para lograr la auténtica calidad de vida, en definitiva para que el hombre viva como lo que es: persona. "Ser libre no significa obtener lo que se quiera, sino determinarse a querer (en el sentido amplio de elegir) por sí mismo"^[1]. Como se ha expuesto, la libertad está sujeta al conocimiento y la responsabilidad del hombre y también a la acción efectiva andamiada por estas dos facultades.

Puesto que el fin último de toda la humanidad será alcanzar la felicidad y que esta construcción abstracta puede realizarse concretamente en la predisposición del individuo a llevar adelante una vida plena,  podemos decir que hacer lo que uno quiere y “darse una buena vida” implica también reconocer la humanidad  del otro, “es tratar a las personas como personas, ponerse en su lugar, relativizar intereses propios para armonizarlos con los de los demás, pues esta virtud se llama Justicia”^[2]  El hombre no es solo una realidad biológica, afirma el español, sino también una realidad cultural, reconocerse entonces como er humano implica salir de la subjetividad preponderando el universal. Es decir mi subjetividad moral presupone una imagen moral de hombre.  En atención a lo antes expuesto se puede concluir que la Libertad para Savater no es otra cosa que un acto volitivo,  deliberado y subjetivo fruto de la consciencia - como instancia suprema del conocimiento - que apunta a la consecución de la felicidad del individuo y sus semejantes.

Si hemos afirmado que la Libertad (hacer lo que uno quiere) como actividad que vehiculiza la felicidad (darse una buena vida) reivindica al hombre como hombre, podemos decir que el programa ético de Savater plantea una filosofía del humanismo que pondera al  individuo como responsable último de su existencia, en tanto sujeto moral que ejerce su libertad mediante el uso de la razón.

De manera análoga, la propuesta existencialista sartreana construye su programa  ético sobre la base de la subjetividad humana, presuponiendo al hombre como responsable total de su existencia, responsabilidad que no responde solo a la instancia individual sino ante la existencia de todos los hombres: “el existencialismo es una doctrina que hace posible la vida humana y que, por otra parte, declara que toda verdad y toda acción implican un medio y una subjetividad humana”^[3]. Es en este sentido en el que debe leerse la tesis de la conferencia: “el existencialismo es un humanismo”.

Como principio fundacional el  existencialismo afirma que “la existencia precede a la esencia”, Sartre  - máximo representante de la corriente atea - presupone esta existencia en el hombre o, en términos heiddegerianos, en la realidad humana, es decir  “un ser que existe antes de poder ser defininido por ningún concepto” (…) el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y después se define. El hombre tal y como lo concibe un existencialista, si no es definible empieza por no ser nada. Solo será después y será tal y como se haya hecho. (…) El hombre es el único que no solo es tal como él se concibe, sino tal como él quiere y como él se concibe después de la existencia.”^[4] 

El punto de encuentro entre estas dos propuestas filosóficas reside en el hecho de que ambas entienden al hombre como sujeto de opción moral cuya existencia es el resultado  de una serie de elecciones que este sujeto ha realizado a lo largo de ella. Así, eligiendo, el hombre no solo elije ser el hombre que quiero ser sino también una imagen de hombre que “se debe ser”.  Esa imagen de hombre dice Sartre, “es valedera para todos y para nuestra época entera” y viene a constituir eso que precede a la esencia. De esta forma el hombre no solo es responsable de sí mismo sino de la humanidad entera: “eligiéndome, elijo al hombre”, de ahí la angustia existencialista.

La libertad del hombre entendida desde una perspectiva humanista implica aceptar que el sujeto es plenamente responsable de su condición de existencia y no solamente de su efectiva realización sino también responsable de la condición de existencia de todos los hombres. De esta forma en su dimensión moral, preexiste en el sujeto una concepción “de hombre” en términos de lo que un hombre “debe ser”  y en virtud de la cual ejerce su libertad.

        La película de los hermanos Wachowaki, The Matrix (1999), resulta pertinente a nuestro análisis en tanto aborda en su argumento  la cuestión de la  humana y la realidad humana. Consecuentemente  será entonces, la decisión de Neo “el elegido”- el personaje central de la trama- el acto catalizador de desarrollo argumentativo del film.

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