ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Concepto del Barroco desde múltiples perspectivas

  •  19 de Mayo de 2025   •  Resumen

7.313 Palabras (30 Páginas)   •   28 Visitas

Página 1 de 30

SARDUY—barroco

El texto reflexiona sobre el concepto de lo barroco, asociándolo con características como la extravagancia, lo excéntrico, lo barato y las versiones más recientes de camp y kitsch. Este rechazo al barroco tiene una dimensión moral, destacando la distinción entre capricho y extravagancia, siendo la primera una expresión imaginativa y la segunda un resultado del carácter, particularmente en la arquitectura.

El barroco es presentado como una anomalía frente a lo clásico, considerado una desviación moral. Sin embargo, a partir de d'Ors, esta represión se atenúa, planteando una visión menos moralista y más neutral. Se destaca que el barroco, en su expresión arquitectónica y artística, se caracteriza por un contraste extremo, como el caravaggismo, con el uso de luz y sombra de manera drástica, buscando un impacto visual y pedagógico, similar a la enseñanza retórica. Es un arte de la argucia, con una sintaxis visual que se organiza a través de distorsiones, hipérboles y contrastes fuertes, sin transiciones suaves.

Además, la palabra "barroco" se analiza desde una perspectiva lingüística, donde se observa que su forma y sonido, especialmente las vocales "a" y "o", crean una imagen de ciclo cerrado, representando un retorno o circularidad, similar a la figura del lazo. Este lazo simboliza un cruce de sentidos entre diversas disciplinas como la geometría, astronomía, música y pintura, integrando el barroco en un cruce de caminos entre diferentes campos del conocimiento y la expresión artística.

El texto explora las conexiones entre el concepto de barroco y sus representaciones lingüísticas, simbólicas y arquitectónicas, destacando el simbolismo de la letra "O" en la palabra "barroco" y su relación con el oro, el círculo y la elipse. La transición del círculo a la elipse se presenta como una metáfora del paso del clasicismo al barroco, representando la ruptura de una unidad central (el Uno) hacia lo plural y disperso, una dualidad que se refleja en las relaciones entre poder, ley y deseo.

El análisis de la capilla del Santo Sudario de Guarino Guarini en Turín se utiliza para ilustrar cómo la arquitectura barroca integra no solo un sentido literal, sino también una dimensión metafórica, en la que la opacidad y la oscuridad del espacio, junto con el uso simbólico del mármol negro, refuerzan las ideas de muerte, eternidad y resurrección. La relación simbólica entre el edificio y la reliquia se interpreta de diversas maneras, desde aspectos espirituales hasta políticos.

El enfoque propuesto en el texto es entender el barroco sin recurrir a interpretaciones simbólicas externas, sino en función de la conformidad entre la forma de expresión del barroco y el significado implícito en su arquitectura. Esto se conecta con la forma en que el barroco utiliza el vocabulario de la joyería en la poesía, donde las palabras asociadas a metales y piedras preciosas no funcionan como signos plenos, sino como marcadores de oposiciones binarias que evocan una estética superficial y abstracta, más vinculada a las valencias químicas que a las antiguas transformaciones alquímicas.

Este análisis propone una comprensión estructural del barroco, destacando su tendencia hacia la antítesis y la dualidad, y cómo estos elementos se traducen tanto en la arquitectura como en el lenguaje poético barroco.

El texto aborda la relación entre el círculo y su resonancia ideológica, especialmente a través de la cosmología y la filosofía griega, particularmente en Platón, Heráclito y el budismo. En Platón, el círculo es una metáfora esencial vinculada al Cielo y las Ideas. El Ecuador y la Eclíptica, dos grandes círculos cósmicos, representan los principios de la dialéctica platónica: la estabilidad del "Mismo" y la rotación del "Otro", conectando la estructura del Cielo con la estructura de las Ideas.

Además, se explora cómo en el Timeo, Platón presenta el Cielo como un lugar de armonía cósmica, con los cuerpos celestes siguiendo trayectorias circulares que reflejan la organización inteligible del universo. Esta concepción del círculo se conecta con la enseñanza pitagórica y también con la influencia de Heráclito, quien, aunque utiliza el círculo como símbolo de la perfección, lo interpreta de manera distinta al budismo, que lo ve como un símbolo de la impermanencia y la continuidad sin fin del ciclo de nacimientos.

El texto también menciona la representación de la metempsicosis en las Preguntas de Milinda, donde el círculo simboliza la perpetuidad del ciclo de la vida, mostrando cómo el concepto del círculo se adapta a diferentes tradiciones filosóficas y religiosas. Mientras que el budismo lo asocia con la eternidad y la falta de propósito, Heráclito lo utiliza para ilustrar la unidad subyacente en los opuestos. Según Heráclito, la armonía se logra a través de la convivencia de los contrarios, una idea que se refleja en la visión cíclica del cosmos.

El concepto de la rueda, el anillo y el círculo se expande aún más al final del fragmento, conectando estas figuras con la metafísica y la dialéctica, y cómo estas imágenes circulares representan el intercambio y la dinámica de los opuestos en la filosofía occidental, desde Platón hasta Nietzsche.

El fragmento describe la evolución de la cosmología desde Platón hasta Copérnico, y cómo este proceso de transformación del modelo geocéntrico en uno heliocéntrico refleja un desplazamiento en la manera de concebir el universo.

La cosmología platónica y pitagórica: En la República y el Timeo, Platón presenta un modelo cósmico basado en la perfección de las esferas concéntricas, con la Tierra en el centro y las esferas celestes girando a su alrededor. Este modelo es una representación ideal, en la que las esferas celestes están regidas por leyes matemáticas y armoniosas. Platón, influenciado por el pitagorismo, ve el cosmos como un sistema ordenado, perfectamente estructurado por proporciones matemáticas. Este modelo tiene una finalidad pedagógica: enseñar sobre el cosmos y sus leyes a través de una representación simbólica que refleja la perfección divina, más que una descripción precisa de los cuerpos celestes.

La influencia de Ptolomeo y la cosmología medieval: Con la obra de Ptolomeo, particularmente el Almagesto, el modelo de esferas concéntricas alcanza su apogeo. Aquí, la idea de esferas es refinada, y los cuerpos celestes, moviéndose en esferas perfectas y uniformes, son iluminados por la luz del Sol o reflejan luz según su posición en el cosmos. Este modelo se mantuvo como la visión dominante durante siglos y fue adoptado por los astrónomos árabes, quienes le dieron autoridad. En este sistema, la Tierra sigue siendo el centro, y todos los cuerpos celestes se mueven en órbitas circulares y uniformes a su alrededor.

Aristóteles y la confirmación de la cosmología esférica: Aristóteles consolida el modelo geocéntrico, donde el universo se organiza en una serie de esferas concéntricas. Cada esfera tiene su propio movimiento, y la esfera exterior, la de las estrellas, es la que mueve a todas las demás. Este modelo, a pesar de sus imperfecciones, sigue siendo coherente con las observaciones astronómicas de la época. El universo aristotélico es un sistema autónomo y eterno, con el movimiento de los cuerpos celestes como un acto natural, sin necesidad de una causa externa.

La teoría heliocéntrica de Aristarco de Samos: Aunque esta teoría fue desestimada en su momento, Aristarco postuló que la Tierra no era el centro del universo, sino que era un planeta que giraba alrededor del Sol. Este planteamiento fue ignorado por los astrónomos posteriores, quienes defendieron el modelo geocéntrico basado en las observaciones de Aristóteles. Sin embargo, la idea heliocéntrica sería resucitada muchos siglos después por Copérnico.

La revolución copernicana: Copérnico, al retomar la teoría heliocéntrica, perturba el orden establecido por el modelo geocéntrico, pero lo hace de una manera que no destruye el sistema de esferas. Aunque coloca al Sol en el centro, mantiene la idea de esferas concéntricas, pero ahora estas esferas ya no están centradas en la Tierra, sino en el Sol. Esta modificación del sistema cosmológico no es una ruptura total con el pasado, sino más bien una reconfiguración: se traslada el centro del universo sin alterar profundamente la estructura de las esferas. Copérnico introduce una relatividad de centros, pero preserva la organización esférica del cosmos.

La prefiguración galileana y la metáfora de la "retombée": La obra de Copérnico, al preparar el terreno para el pensamiento galileano, inicia una "retombée" o deslizamiento de ideas: lo que en principio parece una modificación cosmológica se convierte en un desplazamiento simbólico hacia una nueva forma de entender el universo. Este desplazamiento de centro de atención, de la Tierra al Sol, se convierte en una metáfora de la revolución científica que permitirá una comprensión más precisa del cosmos. Galileo, al adoptar y defender el modelo copernicano, lleva esta transformación a un nivel más material y experimental, con un enfoque que desafía la visión aristotélica y medieval.

Este proceso de evolución de la cosmología refleja no solo una transformación en la manera de comprender el universo físico, sino también una adaptación de los marcos epistemológicos, en los cuales la matemática y la observación empírica comienzan a ganar terreno frente a las explicaciones filosóficas tradicionales.

Este fragmento examina cómo las transformaciones en el pensamiento cosmológico, filosófico y científico, desde Copérnico hasta el Renacimiento, influyen en la concepción del espacio, la percepción y las representaciones visuales, como la perspectiva en el arte. Aquí se abordan varios puntos clave:

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (46 Kb) pdf (187 Kb) docx (150 Kb)
Leer 29 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com