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Como se da el Resumen sobre fundamentos de la ciencia politica


Enviado por   •  15 de Junio de 2017  •  Resúmenes  •  14.422 Palabras (58 Páginas)  •  225 Visitas

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Max Weber:
Weber entiende por política: la aspiración a participar en el poder o a influir en la distribución de poder entre los distintos Estados o, dentro de un mismo Estado, entre los distintos grupos de hombres que lo componen.
Para weber el Estado moderno solo puede definirse sociológicamente por referencia a su medio específico: la violencia física legítima. La violencia no es ni el medio natural ni el único medio de que es el Estado se vale, pero si es su medo específico.
Definición de Estado Moderno: comunidad humana que dentro de un determinado territorio (elemento distintivo) reclama, con éxito, para si el monopolio de la violencia física legitima. El Estado es la única fuente del “derecho” a la violencia.
El Estado es una relación de dominación de hombres sobre hombres, y esta se sostiene por medio de la violencia legítima. Para su subsistencia es necesario que los dominados acaten la autoridad que pretenden tener quienes dominan en ese momento. Características del Estado según weber: territorio delimitado, comunidad política, monopolio de la violencia física, burocracia, medios de administración, legitimidad.
Existen 3 tipos de justificaciones para fundamentar la legitimidad de una dominación: la costumbre, se consagra por su inmemorial validez y por la orientación consuetudinaria de los hombres a respetarla. El carisma de la autoridad, los seguidores del demagogo lo ven como una persona extraordinaria, con características y cualidades de caudillo. Legal-racional: es la creencia en la validez de normas racionalmente creadas (leyes).
Estos 3 tipos puros de dominación, raramente se encuentran solos, sino que en las sociedades son dominadas por la conjunción de estos 3 tipos.
Para weber la dominación “carismática” del “caudillo” es la expresión más arraigada a la idea de vocación. Esta figura es vista como la de alguien que esta “internamente llamado” a ser conductor de los hombres, y estos no obedecen porque lo mande la costumbre o una norma legal, sino porque creen en él y el mismo “vive para su obra”. Sus “discípulos” se entregan a su persona y a sus cualidades.
Lo propio de occidente es el caudillaje político: surge en la figura del “demagogo” libre, que aprecio en el Estado-Ciudad (creación de occidente) y más tarde va a aparecer en la figura del “jefe de partido” en un régimen parlamentario, dentro del marco del Estado constitucional (producto también occidental).
Toda empresa de dominación necesita, por una parte, la orientación de la actividad humana hacia la obediencia a aquellos señores que se pretenden portadores del poder elegido y, por otra parte, el poder de disposición sobre aquellos bienes que sean necesarios para el empleo del poder físico: cuadro administrativo y los medios materiales de la administración.
Cuadro administrativo: burócratas que reciben una retribución material y honor social.
Medios materiales de la administración: los bienes que permiten la tarea de dominación del Estado.
En el Estado moderno el cuadro administrativo está separado de los medios materiales de la administración; las asociaciones políticas en la que los medios de administración son, en todo o en parte de propiedad del cuadro administrativo, la llamaremos asociación “estamentalmente” estructurada. En estas asociaciones el señor se ve obligado a compartir el poder con una aristocracia independiente.
El estado moderno va a comenzar cuando el príncipe inicie el proceso de expropiación de los medios de administración. Weber con esto hace una analogía con la empresa capitalista mediante la expropiación de los medios de producción a los productores independientes.
En el Estado moderno la disposición de los medios de administración se acumula en la cúspide, no hay funcionarios que sea propietario del dinero que gasta, edificios que utiliza o recursos de los que dispone.
Para Weber se puede hacer política de 3 maneras: como político “ocasional”, como profesión secundaria o como profesión principal. Políticos “ocasionales” lo somos todos cuando depositamos nuestro voto, protestamos en una reunión política etc. Políticos “profesionales” son esos delegados  y directivos  de asociaciones políticas que solo desempeñan estas actividades en caso de necesidad, sin vivir de ellas y para ellas, ni en lo material ni en lo espiritual.
“Estamentos” : el conjunto de poseedores por derecho propio de medios materiales para la guerra o para la administración o de poderes señoriales a título personal. Aprovechaban su poder señorial para recibir rentas o beneficios y solo desarrollaban una actividad política cuando se lo exigía expresamente el señor o sus iguales.
el príncipe para armar su empresa política propia no le basta con los auxiliares ocasionales o semiprofesionales, sino también necesita de auxiliares profesionales, la capa sociales de donde fueron reclutados, habría de determinar de manera esencial la estructura de las nacientes formas políticas dinásticas; y no solo de ellas, sino también de toda la cultura que en ella se desarrolló. Aquellas asociaciones políticas que eliminaron por entero o limitando muy ampliamente el poder de los príncipes, se constituyeron políticamente en lo que se llaman comunidades “libres”: libres en el sentido de que no existía como fuente única de autoridad el poder del príncipe, legitimado por la tradición. Estas comunidades también nacen en Occidente.
Hay dos formas de hacer de la política una profesión: viviendo “para” la política o viviendo “de” la política. La diferencia entre vivir “para” y vivir “de” se sitúa en el nivel económico. Vive “de” la política como profesión quien trata de hacer de ella una fuente duradera de ingresos; vive “para” la política quien no se halla en este caso, deberá ser económicamente independiente de los ingresos que la política pueda darle. Además deberá ser económicamente libre, sus ingresos no deben depender de hecho de que el consagre a obtenerlos todo o una parte importante de su trabajo personal y de sus pensamientos.
La dirección de un Estado o de un Partido por gente que, en el sentido económico, viven para la política y no de la política, significa necesariamente un reclutamiento “plutocrático” de las capas políticamente dirigentes. Que exista esta dirección “plutocrática” no significa que el grupo políticamente dominante no trate de vivir “de” la política y no acostumbre a utilizar también su dominación política para sus intereses económicos privados.
Puede haber dos direcciones de la política una que sea “honoraria” y entonces estará regida por personas que llamaríamos “independientes”, o sea, ricas y sobre todo rentistas; pero si la dirección política es accesible a personas carentes de patrimonio, estas han de ser remuneradas. El político que vive “de” la política puede ser un puro “prebendado” o un funcionario a sueldo.
Toda lucha de partidos persigue no solo un fin objetivo, sino también y ante todo, el control sobre la distribución de cargos. Ciertos partidos, ejemplo: los norteamericanos,  se han convertido en cazadores de cargos que cambian su programa objetivo de acuerdo a la posibilidad de captar votos.
A esta tendencia se opone, la evolución del funcionariado moderno, que se va convirtiendo en un conjunto de trabajadores intelectuales altamente especializados mediante una larga preparación y con un honor estamental muy desarrollado, cuyo valor supremo es la integridad.
Weber va a distinguir entre funcionarios profesionales y funcionarios políticos, a estos últimos se los puede identificar exteriormente por el hecho de que pueden ser trasladados o destituidos a placer. Entre los funcionarios políticos suelen estar aquellos a quienes esta atribuido el cuidado de la administración interna.
El ministro era el representante de los poderes políticos existentes, y su función era la de defender las medidas políticas que estos poderes determinasen, resolver conforme a ellas las propuestas de los especialistas que le estaban subordinados  e impartir a estos diferentes directrices de orden político. Lo mismo ocurre para Weber en una empresa privada. El “soberano”, la asamblea de accionistas, esta tan privada de influencia sobre la dirección de la empresa como un “pueblo” regido por funcionarios profesionales. Las personas que determinan la política de la empresa, “consejo de administración”, se limita a dar las directrices económicas y a designar a las personas que han de administrarla, sin ser capaces de dirigirla técnicamente por sí mismos.
Políticos profesionales surgieron para hacer frente a los estamentos, estos estaban al servicio del príncipe. Este se valió de las capas sociales disponibles de carácter no estamental. En primer lugar los clérigos, ya que, con ellos podían estructurarse cuadros administrativos capaces de leer y escribir, principalmente se buscaban al clérigo célibe porque estaba apartado del juego de intereses políticos y económicos normales y no siente la tentación de crear para sus descendientes un poder político propio frente al del señor. En segundo lugar se buscaba a los literatos con formación humanística. Tercer capa fue la nobleza cortesana, una vez que se logró desposeer a la nobleza de su poder político estamental, se los atrajo a la corte y la emplearon en el servicio político y diplomático. Cuarta capa está constituida por una figura específicamente inglesa: un patriarcado que agrupa tanto a la pequeña nobleza como a los rentistas de las ciudades y se le da el nombre de “gentry”, estos retuvieron los cargos de la administración local. Quinta capa juristas universitarios (influencia del derecho Romano), llevaron a cabo la transformación de la empresa política para convertirla en Estado racionalizado. Estos crearon los medios formales de que el poder real se valió para acabar con la dominación de los señores. Sin este racionalismo no son imaginables ni el Estado absoluto ni la revolución. Los abogados existen solo en Occidente y a partir de la edad media, su función es dirigir con eficacia los asuntos que los interesados le confían, este es superior a cualquier funcionario. Puede hacer triunfar un asunto apoyado en argumentos lógicos débiles y convertirlo en un asunto técnicamente bueno.
La política actual se hace cada vez más de cara al público y utiliza como medio la palabra hablada y escrita. El auténtico funcionario no debe hacer política, sino limitarse a administrar, sobre todo imparcialmente. Esta afirmación es válida para el funcionario político siempre y cuando no esté en juego la “razón de Estado”, o sea, los intereses vitales del orden predominante.
Parcialidad, lucha y pasión constituyen el elemento del político y sobre todo del caudillo político. Toda la actividad de este, está colocada bajo un principio de responsabilidad distinto y opuesto al que orienta la actividad del funcionario, este se honra con su capacidad de ejecutar como si respondiera a sus propias convicciones.
El honor del caudillo político está en asumir personalmente la responsabilidad de todo lo que hace y no debe ni puede rechazarla o arrojarla a otro. Los funcionarios con un alto sentido crítico, son malos políticos, irresponsables en sentido político y por lo tanto, éticamente detestables.
Desde la aparición del Estado constitucional y en especial de la democracia, el demagogo es la figura típica del jefe político en Occidente. La demagogia moderna se sirve también del discurso pero su instrumento permanente es la palabra impresa. El publicista político, y sobre todo el periodista, son los representantes más notables de la figura del demagogo en la actualidad.
El periodista al igual que el demagogo, el artista y el abogado comparte el destino de escapar a toda clasificación social precisa. Pertenece a una especie de casta paria que la “sociedad” juzga siempre de acuerdo con el comportamiento de sus miembros moralmente peores.
La posibilidad de que los periodistas lleguen a puestos directivos, solo fue posible dentro del partido socialdemócrata y aun dentro de él, los puestos de redactores eran más bien puestos de funcionarios y no escalones para conquistar una jefatura.
En los Estados Modernos, parece válida la afirmación de que el trabajador del periodismo tiene menos influencia política, en tanto el magnate capitalista de la prensa tiene cada vez más.
Los grandes consorcios capitalistas de la prensa, cultivan la indiferencia política. Con una política independiente no tenían nada que ganar y corrían, el riesgo de perder la benevolencia económicamente rentable de los poderes políticos establecidos. El negocio de los anuncios pagados ha sido así el camino por el que, se intentó y continúa intentándose, ejercer sobre la prensa una influencia política. La situación es más difícil para los pequeños periódicos.
La vida del periodista es azarosa desde todos los puntos de vista y está rodeada de unas condiciones que ponen a prueba la seguridad interna como quizás no lo hace ninguna otra situación. Son los periodistas triunfantes los que se ven situados ante retos especialmente difíciles.
En todas las asociaciones políticas medianamente extensas, la empresa política es necesariamente una empresa de interesados. Los primariamente interesados en la vida política y en el poder político, resultan a los grupos de seguidores. Esto provocó una división de los ciudadanos con derecho a voto en políticamente activos y políticamente pasivos. Jefatura y militancia son elementos activos para el reclutamiento libre de nuevos miembros y a través de estos, del electorado pasivo, son elementos claves para conseguir la elección del jefe, esto es vital para los partidos. Partidos en la edad media eran sequitos puramente personales.
Los partidos de notables que surgieron con la toma del poder por la burguesía.
La unión entre los distintos grupos locales está asegurada por los parlamentarios; los notables de cada localidad tienen una influencia decisiva en la proclamación de candidatos.
Las más modernas formas de organización de los partidos, son hijas de la democracia, del derecho de las masas al sufragio. La dominación de los notables y el gobierno de los parlamentarios ha concluido. La empresa política queda en manos de políticos profesionales de tiempo completo que se mantiene fuera del parlamento. En unos cosos son empresarios y en otros funcionarios con sueldo fijo. Ya no es la fracción parlamentaria la que la elabora los programas adecuados, ni son los notables locales quienes disponen la proclamación de candidatos. Estas tareas quedan reservadas a las asambleas de los miembros del partido, que designan candidatos  y delegan a quienes han de asistir a las asambleas superiores.

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