ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Continuidad Y Complementareidad En Educación

alejofc3 de Noviembre de 2012

5.254 Palabras (22 Páginas)465 Visitas

Página 1 de 22

9

RESUMEN. A partir de la desescolarización y de las metáforas de la ciudad educativa,

la sociedad del aprendizaje, la sociedad de la información, etc., se hace una

revisión de la educación formal y no formal, a fin de fundamentar una crítica

sobre su discriminación o diferenciación, ya que, hoy en día, encontramos tantas

similitudes entre ellas que se nos hace difícil distinguirlas; ni por sus instituciones,

ni por la edad de los usuarios ni por planteamientos de carácter pedagógico;

hoy las escuelas propician educación no formal, y centros de educación no formal

desarrollan programas formales de educación. Todo ello nos lleva a promulgar

que entre la educación formal y no formal se da una continuidad en lo que sería

arquitectura pedagógica y una complementariedad en cuanto a su desarrollo

práctico. Para llegar a tal conclusión analizamos 30 características educativas que

abarcan los aspectos más importantes del profesorado, del alumnado, de las instituciones

y de sus recursos físicos.

ABSTRACT. Formal and non-formal education are analysed taking as a starting

point un-schooling and the metaphors of the educating city, the learning society,

the information society, etc. The aim is to provide the basis for criticism on their

discrimination or differentiation, since nowadays, so many similarities can be

found that differentiation between them is difficult (they cannot even be distinguished

neither by their establishments, nor users'age, nor pedagogical approaches).

These days, educational establishments provide non-formal education and

non-formal education centres implement formal education programmes. All this

leads us to state that what exists between formal and non-formal education is continuity

as regards pedagogical architecture and complementarity as regards their

practical development. This conclusion has been reached by analysing 30 educational

characteristics that cover the main aspects related to teachers, pupils, establishments

and their physical resources.

CONTINUIDAD Y COMPLENTARIEDAD

ENTRE LA EDUCACIÓN FORMAL Y NO FORMAL

ANTONIO J. COLOM CAÑELLAS*

(*) Universidad de las Islas Baleares y miembro académico de l’Institut d’Estudis Catalans.

Revista de Educación, núm. 338 (2005), pp. 9-22

Fecha de entrada: 06-09-2005 Fecha de aceptación: 23-09-2005

LA NECESIDAD

DE UN MARCO HISTÓRICO

La complejidad de la sociedad actual, fundamentalmente

con el surgimiento de las

nuevas tecnologías, ha propiciado la

necesidad del conocimiento –la sociedad

del conocimiento– de forma imperativa

más allá de los muros escolares, dando

entonces –al menos en parte– la razón a

los viejos visionarios que en la década de

los años sesenta y de los setenta nos

hablaban del «aula sin muros» (M.

MacLuhan y E. Carpenter, 1968), de la

«deseducación» (P. Goodman, 1973), de la

«muerte de la escuela» (E. Reimer, 1974),

de la «sociedad desescolarizada» (I. Illich,

1976), o del «fracaso de la escuela», (J.

Holt, 1979). Una histórica y olvidada

bibliografía pero que se merecería una

seria consideración visto como se han ido

produciendo los acontecimientos, y como

se han desarrollado los procesos de enseñanza

a distancia, las universidades, o

campus virtuales, y en general, las denominadas

formas flexibles de educación.

Paralelamente, en estos mismos años,

se iniciaba la preocupación de cómo

dotar de funcionalidad educativa a esta

sociedad que tenía que competir con la

escuela. Uno de los primeros ejemplos de

tal actitud fue (Reimes, 1974), «la sociedad

educativa», o «la sociedad del aprendizaje

» (T. Husen, 1978, 1988), la «ciudad

educadora» (Ayuntamiento de Barcelona,

1990), o incluso la «era de la información

» o la «sociedad red» (M. Castells,

1997), eran algunas de las denominaciones

que con mayor o menor fortuna se

utilizaron entre nosotros. Como fácilmente

podemos comprobar todas ellas tienden

a poner en evidencia la ampliación

del espacio educativo más allá de lo escolar,

poniendo énfasis en un tipo de educación

que es, o permanente o propia de la

ciudad, de la sociedad, de la red, o en

general, de los medios de la información.

De hecho la propia definición de educación

permanente que nos aportaba E.

Faure (1972, p. 265) «proceso (educativo)

continuo e inacabable que se prolonga a

lo largo de la vida…» venía a ser una solución

de síntesis entre la educación escolar

y los nuevos retos educativos que ya se

perfilaban de forma global. La educación

permanente no sólo defendía la ampliación

de la educación escolar sino que

también abogaba por un sentido formativo

que se prolongase en el tiempo y en

otros espacios sociales, como los propios

del ocio, o del tiempo libre, o en las esferas

laborales.

Era necesario reseñar este contexto

pues es en él, y paralelamente a tales

denominaciones y enfoques, cuando se

acuña en la literatura pedagógica unos

conceptos que son claves en el amplio

marco de las ciencias de la educación ya

que se han querido utilizar para deslindar

estas otras educaciones (J. Trilla, 1993a).

Me refiero, claro está, a lo que entendemos

por educación formal, no formal e

informal, terminología que, con el tiempo,

y a pesar de sus posibles confusiones

de significado, ha sido aceptada ampliamente.

Pues bien, de entre ellas, la educación

no formal, pretende dar cuenta de

los fenómenos educativos a los que nos

hemos ido refiriendo hasta ahora, es

decir, los propios de las formas educativas

no convencionales.

Según J. Trilla (1993b, pp. 17-ss.) el

término «educación no formal» parece

que se usa por primera vez en la

International Conference on World Crisis

in Education que se celebró en Virgina

(USA) allá por 1967. Pues bien el documento

que sirvió de base para asentar los

objetivos de este congreso fue elaborado

bajo la supervisión de Philip Coombs por

la Oficina de Planeamiento de la

Educación de la UNESCO que el mismo

dirigía. Ahora bien como las aportaciones

10

al mencionado congreso no se publicaron

hasta algunos años más tarde (Ph.

Coombs, 1971) el uso de la expresión

«educación no formal» siguió postergada.

I. Pastor que recientemente ha estudiado

la cuestión (2001) y afirma que no fue

hasta 1975, con la publicación del libro de

Ph. Coombs y M. Ahmed (1975), cuando

se comenzó a deslindar los sentidos y significaciones

de lo que se entendería por

educación formal, no formal e informal.

LA NECESIDAD DE UNA REITERACIÓN

Personalmente he venido defendiendo

que la diferencia más determinante que

se da entre educación formal y no formal

es, sorprendentemente, de carácter jurídico

y no pedagógico (Colom et al.,

2001); es decir, entiendo la educación

formal como aquella que concluye con

titulaciones reconocidas y otorgadas

según las leyes educativas promulgadas

por los Estados, desde los diplomas de

enseñanza primaria o básica hasta la titulación

de doctor. Es pues la propia de los

sistemas educativos reglados jurídicamente

por el Estado y en consecuencia la que

mayoritariamente se imparte en centros o

instituciones docentes, aunque esta última

característica espacial, no puede ser,

hoy en día, tomada como un elemento

definidor o de distinción en relación con

la educación no formal, pues se dan casos

de enseñanzas regladas que se imparten a

distancia desde los niveles primarios

hasta los universitarios.

En consecuencia la educación no formal

sería, por el contrario, la que no

viene contemplada en las legislaciones

estatales de educación; es decir, que su

responsabilidad no recae directamente en

los ordenamientos jurídicos del Estado.

Es, por ejemplo, el caso de los postgrados

o maestrías universitarias que son ejemplo

de educación no formal, pues si bien

se llevan a cabo en instituciones educativas

oficiales como puedan ser las propias

universidades, su marco legal no viene

definido por la legislación ministerial sino

por la Universidad misma.

Tener en cuenta cualquier otra variable

creo que nos lleva a la confusión, pues

la educación formal o no formal aceptan

múltiples aspectos comunes como pueda

ser el espacial (que ya hemos analizado

someramente), el profesional, el sistemático

o por el contrario la flexibilidad, la

racionalidad, la planificación, lo evaluativo,

etc. Efectivamente, ambos tipos de

educación pueden tener finalidades

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (41 Kb)
Leer 21 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com