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DISCRIMINACION A PACIENTES CON VIH


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2014  •  1.786 Palabras (8 Páginas)  •  780 Visitas

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DISCRIMINACION EN LA RELACION ENFERMERA – PACIENTE CON VIH

Por enfermera, se conoce a un individuo cuyo saber científico, habilidades y disposición se dirigen al cuidado de una persona enferma. Por relación enfermera-paciente, se entiende aquella interacción que se establece entre la tratante y el sufriente con el fin de prevenir la enfermedad, devolverle la salud y aliviar su padecimiento, aun a riesgo de hacer suyo el sufrimiento. Esta relación implica, como parte primordial, la ética en general, de acuerdo al carácter específico del quehacer de la enfermera. En la relación enfermera y paciente con VIH/SIDA, se evidencia una serie de tensiones que se reflejan en actitudes negativas, de discriminación y rechazo, por parte de la enfermera, durante la atención que debe brindar.

Esta situación exige que la enfermera asuma, con plena claridad y precisión, varios factores; en principio, la estructura de sus valores, después la conciencia de la forma en que sus juicios personales definen a una persona, con base en el principio de identificación, y, además, la manera en que ambos, valores y juicios, influyen en las decisiones sobre su actuar en la práctica profesional; estos aspectos le impiden, consecuentemente, ver las cosas desde la perspectiva del enfermo. Estudios, encuestas e informes elaborados por instituciones mundiales como ONUSIDA, organizaciones no gubernamentales como vivo positivo y otros investigadores, han presentado evidencias de un comportamiento de las enfermeras similar al que se ve en la sociedad. Los motivos encontrados son los mismos que predisponen a cualquier persona a rechazar a un individuo del que se conoce es seropositivo; desconocimiento sobre los modos de transmisión o contagio, el temor real de contagiarse de una enfermedad incurable y el temor simbólico de ser identificado con un grupo social que sale de la norma moral por su estilo de vida, sexualidad y prácticas de riesgo.

Este tipo de confusiones origina conductas inapropiadas como la discriminación y el rechazo, actitudes relacionadas con el miedo a la transmisión y a la desaprobación de los estilos de vida reales o presuntos de las personas que padecen esta enfermedad y son una barrera importante en la atención.

La mayor parte de la literatura sobre el tema presenta evidencias de este comportamiento, identificándolo, describiéndolo y derivándolo hacia el ámbito de los derechos humanos en tanto conlleva falta de confidencialidad, implica obligatoriedad de la prueba de VIH, y atenta contra la dignidad de la persona; sin embargo, no se lleva a cabo una exhaustiva revisión ética desde la filosofía y la bioética, lo cual genera un vacío en el código profesional. Este vacío repercute, indiscutiblemente, en la interacción enfermera-paciente, el cuidado de la salud y la pretensión de respeto a la dignidad humana.

De este modo, se puede aseverar que la preparación académico-profesional de la enfermera también evidencia una deficiencia ética y humanística que permite que se exacerben estas conductas e impide responder, adecuadamente, en la relación enfermera y paciente con VIH/SIDA, a los problemas planteados por la discriminación y el rechazo.

Eming señala en su estudio Conocimientos, actitudes y percepciones de enfermeros y estudiantes de enfermería hacia VIH/Sida( 2010 ) “ En cuanto a las actitudes negativas de los profesionales de enfermería, en estudios realizados se encontró que cerca de la mitad de los enfermeros reportan un alto nivel de miedo de contraer VIH/SIDA en la práctica clínica. Además, la edad de los profesionales tuvo una correlación negativa con sus actitudes, es decir, a mayor edad menor actitud positiva hacia VIH/ SIDA. La actitud negativa se relacionó también con falta de información y compromiso por cambiar actitudes (Eming, 1991 )

IMPLICACIONES ÉTICAS

El hecho de que el VIH/SIDA sea una enfermedad que a diferencia de otras, y en la mayoría de las veces, se adquiera como consecuencia de la decisión deliberada de ejercer conductas de riesgo, no exime a los profesionales de la salud de la obligación de atender a estos pacientes. Negar los cuidados a alguien porque lleve una conducta peligrosa es una grave vulneración al deber-ser de la enfermera y pone en riesgo la ya de por sí deteriorada salud del paciente.

La discriminación y rechazo en la relación enfermera-paciente con VIH-SIDA atentan contra la dignidad de la persona enferma y ponen en riesgo su ya de por sí deficiente estado de salud, alejándolo de un nivel de vida digna .

Estas actitudes son improcedentes desde el punto de vista de los valores y principios éticos.

La correcta actuación de los profesionales en el caso de VIH/SIDA, como en todos los casos de enfermedad, estipula aplicar su ciencia y atención para curar el mal; si no es posible, entonces prevenir y aliviar sus efectos, acompañando y consolando al paciente.

Sin embargo, cuando se discrimina y se rechaza a un paciente con VIH/SIDA, se actúa contra la promesa y el juramento del profesional de la salud, originándose un problema ético, porque se ponen en juego no únicamente la responsabilidad y los deberes para con el prójimo, sino también la honestidad y la integridad de la persona que se comprometió. Se traiciona la confianza y la esperanza del enfermo que solicita ayuda y cuidados para recuperar su salud o aliviar su padecimiento.

Además, la enfermera se traiciona a sí misma, a sus valores y principios, así como a la convicción de auxiliar al prójimo como objetivo de vida al pronunciarse y actuar falsamente. La

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